Oscuridad [Matt]

Los del club de Música Alternativa mandaron a Salvador a dejar algunos instrumentos rotos al sótano, suspiró, no le gustaba hacer ese tipo de trabajos, pero tampoco quería enemistarse con sus compañeros. Recorrió todo el edificio hasta llegar a las escaleras que le conducían al tan temible lugar, abrió la puerta cargando las cosas desechadas y comenzó a bajar grada por grada, estaba completamente oscuro y no tenía idea de donde estaba el interruptor, suspiró y sacó su celular, iba alumbrando apenas haciendo malabares para no tirar nada en las escaleras y bajar sano y salvo.

Cuando iba como a la mitad, no se fijó que la cerámica de las gradas estaba mojada -oh si, esa escuela era tan elegante que hasta las gradas del sótano estaban recubiertas por la más fina cerámica- y literalmente patinó sobre la grada, terminando de bajar rodando, uno de los instrumentos se le hirió la pierna izquierda y su tobillo derecho se lastimó un poco; trató de levantarse pero los golpes y la herida dolían mucho, se quedó un momento sentado en ese lugar, estaba relativamente tranquilo hasta que su celular se apagó, genial, la única forma de pedir ayuda se había ido.

Comenzó a desesperarse con el paso de los minutos, no le gustaba la oscuridad, le dolía la pierna y bueno, estaba muy magullado en general, trató de levantarse de nuevo, pero volvió a resbalar, el lugar estaba sucio y húmedo, las sombras parecían moverse y comenzaba a darle mucho miedo. Tras un par de minutos que le parecieron horas, supo que nadie llegaría al sótano, nadie vivo al menos. Su mente comenzó a volar por miles de películas de terror, las sombras se hacían cada vez más atemorizantes; comenzó a gritar, esperando a que alguien lo escuchara.

-¡¡AYUDAAA!! -gritó desde el suelo, tratando de levantarse, pero más que las heridas, que en realidad eran leves, el miedo no lo dejaba levantarse- ¡¡QUE ALGUIEN ME SAQUE DE AQUÍ!! ¡¡POR FAVOOOOOOOOOOORRRRR!! ¡¡AYUDAAAAAAA!!

Estaba caminando, perdido por el colegio, como siempre le pasaba. Aún no se acostumbraba a un lugar con tantos pasillos y esquinas.
Iba pensando en otras cosas cuando escuchó a alguien gritar. Corrió hacia la puerta de donde veían los ruidos, nervioso por no saber bien que hacer, tomó coraje y abrió la puerta, viendo que el cartel que llevaba ésta decía Sótano. No se llevaba bien con esos lugares, pero decidió entrar, ya que no había nadie cerca en esos momentos. O estaban comiendo, o se encontraban en sus clubes, y como él se había perdido buscando la sala del club de deportes, era el único paseando por los pasillos.

Sus ojos claros normalmente eran una molestia a la hora de salir a lugares con mucha luz, pero en este caso, lo ayudaron mucho para encontrar la llave de luz que se encontraba muy escondida entre telas de arañas y quien sabe que otras cosas asquerosas.

-hace... mucho no prenden esta luz...-

pensó bajando las escaleras. La luz no iluminaba muy bien ya que estaba cubierta de mugre tanto como la llave, por lo que se veía oscuro.

-¿hola? ¿hay alguien?-

Preguntó mientras bajaba los escalones despacio, sosteniéndose de las paredes y de donde podía para no caer. Fue ahí cuando vio al salvadoreño tirado en el suelo. Se acercó a él con cara de preocupación.

-¿te encuentras bien? ¿te lastimaste?-

Dijo poniendo una mano sobre el otro. Esperando que le diga que hacer.

Salvador vio como se encendía la luz y las sombras se hicieron más notorias. Estaba al pie de las escaleras, así que miró hacia arriba, estremeciendose. Había una figura que se acercaba él, no le podía distinguir bien, estaba asustado y se imaginaba cosas; trató de calmarse con poco éxito hasta que escuchó la voz del canadiense.

-Sí -gritó- estoy yo -trató de levantarse, obteniendo un poco más de éxito esta vez tenía las rodillas temblorosas, cuando Matt llegó hasta él, se le quedó mirando un rato, era muy lindo. Desvió la vista, apenado- C-creo que no estoy tan mal, solo unas magulladuras, pero estaba realmente aterrado -suspiró- ¿Me ayudas a levantarme?

Sonrió dulcemente y le tendió una mano para que la tomara, así agarrarlo y ayudarlo a subir luego.

-como has quedado así? estás bien?-

Preguntó preocupado, observándolo para ver si no tenía heridas graves.
Lo miró bien, notando que lo había visto alguna vez, pero como despistado que era, no sabía bien de donde.

-un gusto, me llamo Matthew...-

Dijo mientras pasaba un brazo de Salva por sobre sus hombros y un brazo de él por debajo de loa brazos del moreno.
"de esta manera será más fácil" pensó, agarrándolo fuerte de la cintura.

-Me resbalé -dijo con un poco de vergüenza tomando su mano, ligeramente sonrojado- Pues... creo que no es nada grave, sólo son cosas menores... y... me dio miedo estar aquí solo... en lo oscuro... -respondió la otra pregunta, sintiéndose observado y aún más nervioso- E-eh... y-yo soy Salvador -se presentó y sonrió, extendiendo su mano como saludo.

Sintió la forma en que Matt lo acondicionaba y se puso aún más nervioso y sonrojado si era posible, bajó la mirada y sacudió un poco la cabeza, afianzandose bien de Matt, sin saber muy bien que pensar.

-¿Y... qué hacías por aquí?, no mucha gente viene... -preguntó sólo por hacer plática

Lo llevó hasta una silla que veía entre las telas de araña y las sombras, lo sentó allí para que no estuviese incómodo.

-yo... yo... me perdí... buscaba una sala... y nunca la encontré...-

Miró al piso sonrojado y apenado por lo tonto que parecía perderse en un lugar así.

-n-necesito más luz.... no puedo ver si sangras...-

Se levantó y buscó otra lámpara o algo que iluminara. Había una, pero parecía estar más sucia que la anterior, por lo que se sacó el buso que llevaba y la limpió para luego encenderla.

-listo!- dijo sonriendo -ahora puedo verte.... aunque sea un poco más...-

Se le acercó a salva mientras buscaba un botiquín, los lugares así suelen tenerlos contra una pared, amurados... por lo que miró en todas las paredes encontrando uno. Y sacando las cosas necesarias para curar alguna herida o raspón.

-Gracias -murmuró al ser sentado sobre la silla y le sonrió- ya veo... jeje, descuida, este lugar es inmenso, es difícil ubicarse...

-¿Sangrar?, no... no creo no se siente como si sangrara -lo observó buscar las cosas y luego lo vio a duras penas.

-No creo tener nada mas grave que un par de raspones, no deberías molestarte tanto -dijo ligeramente sonrojado por la verguenza

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