¿Después de llegar? -privado lemon

Había sido un viaje muy largo desde su hogar a estar de nuevo dentro de esa habitación. Aun sentía el suave aroma a especias y algo de humedad por el clima, pegado en su ropa de algodón. Llevaba unos jeans un poco ajustados, la camisa suelta de algodón con un ligero cuello en V, todo bien bordado; con una gargantilla de piel que le había regalado su hermana en cuanto le vio.

Suspiró deslizando sus dedos por toda la orilla de la primera maleta por desempacar. Desde que había entrado a la habitación había intentado no mirar hacia el lado de Marius, no había podido ni despedirse cuando tuvo que irse a casa a gritos de su madre por teléfono y una amenaza muy clara de que irán por él si era necesario. Volvió a tomar aire terminando frotándose las manos de forma nerviosa para intentar calmar su ansiedad… tanto tiempo lejos.

Se pasó las manos por el cabello, echándose a la cama a un perturbado y con decidía de hacer las cosas ¿por qué diablos tenía que desempacar? Cada dos semanas tendría que volver a la India, tenía que hacerse cargo de las cosas que estaban pendientes allá, porque era su deber. Cubrió sus ojos con los brazos ¿La escuela se volvería el escondite que necesitaba?... eso esperaba…

No podía quejarse de lo que tenía allá; tenía todo con sólo pedirlo… pero no era eso lo que estaba deseando o esperando… nada de eso lo hacía feliz ¿o sí?... es decir, ¿por qué debía de quejarse cuando le podían dar todo, con sólo quedarse callado, aceptar las cosas y hacer lo que debía? Ni su padre, ni su madre le negarían absolutamente nada, no había discusiones, ni disputas entre ellos… sólo tenía que decir “Sí”. Extendió el brazo para mirar a un lado… pero… todas esas ideas… lo hacían aun más infeliz de lo que había ideado.

Le daba cosa entrar a su habitación y verla tan vacía, tan exenta de vida….sin que él estuviese ahí, estudiando o simplemente acostado viendo televisión o leyendo. Pero cuando escucho como había alguien dentro sintió ese vacío en el estomago, solo podía ser el mayor, solamente él. Pego su frente a la puerta, mirando por el pasillo, acababa de dejar a Matth en su habitación, con esa aura amorosa y tranquila que tenía desde que habían comenzado a salir, desde que Narayan se había ido sin despedirse, sin decirla absolutamente nada y dejándole desecho. El gran vampiro había llorado como nunca cuando el moreno no regreso, había destrozado la habitación para solo tumbarse en el suelo, no había ni podido jugar de cama en cama, todo lo contrario, había hallado un novio…Suspiro, abrió la puerta, encontrándole ahí dentro y tan solo dejo su mochila en la cama, acostándose.

-Bienvenido

No lo dejaría que notara lo bien y mal que estaba, bien al verlo y mal al sentirse desolado sin el otro el tiempo que no estuvo. Saco su ipod de la mochila, colocándose los audífonos y cerró los ojos. Se había deprimido tanto que ahora su cabello era negro, ¿Por qué? Siempre era bueno el cambiar cuando uno se sentía mal, algo asi el había dicho un ex. Froto la cara contra la almohada, escuchando como la lluvia golpeaba con fuerza las ventanas del cuarto, si, ahora hasta el cielo se burlaba de el al hacer que el cielo llorara. Se levanto en busca de su cajetilla de cigarros y encendió uno, fumando con el ritmo de su música gótica perforándole los oídos, no quería, ni tenía mucho que decir y no actuaria como una vieja despechada por que el novio se fue sin decirle nada…que ni novios eran.

Se descubrió los ojos cuando le escuchó entrar, al principio no se movió, sólo vio al menor andar por la habitación y como un extraño brinco en su corazón agradecía ése “Bienvenido” aunque… ésa tensión… la atmosfera pesada que no lo dejaba respirar, el no saber cómo romper el hielo. Tragó saliva tontamente pensando que quizás Marius diría algo más, pero no y seguramente seguiría así.

Se levantó acercándose como si de dos imágenes gigantes se tratasen, abrazándolo con fuerza de la espalda, deslizando sus manos hasta el pecho del otro, recargando su frente contra su espalda. No sabía nada de Marius desde que partió de la escuela, y realmente nunca creyó que necesitara tanto a ése idiota que solía molestarle todas las noches quitándole sus libros cuando leía, o cerrándole la Lap para salir a caminar bajo la lluvia… todo era tan hueco cuando no escuchaba la voz del menor, y aun así extrañaba sus berrinches, caprichos y hasta los comentarios mal dirigidos.

-…gracias… -murmuró

Le quitó una de los audífonos, para poder acariciarle bien la mejilla y darle un beso en la oreja, soltándole despacio para sentarse en la silla de su escritorio.

-Ya extrañaba este lugar… -soltó- Aquí parece que de verdad no importa quién eres –sonrió entrelazando sus dedos sobre el escritorio- Traje… algunas cosas, que quizás te gusten

Levantó la mirada para observar a Marius, ahora con ése vistoso cabello negro, completamente diferente a sus platinados cabellos. Se volvió a levantar quedando frente a él para poder enredar sus dedos en esa cabellera.

-Te queda bien este tinte.

-Si, este sitio es bueno para olvidarse de uno mismo

Se había sentido tan bien, demasiado bien esos labios, esas manos tocándole. Nadie era Narayan, nadie era ese hombre estúpido que le había enamorado como nadie lo había hecho. Mordió su labio inferior, tomando al mano que tocaba sus cabellos negros y tan solo la soltó, levantándose de la cama y recuperando su cigarro que había caído al suelo, dándole una fuerte calada, soltando el humo contra de la fuerte lluvia que caía y del frio húmedo que le hacia sentir tan bien. Tiro el cigarrillo a medio fumar por la ventana y miro al mayor, subiendo sobre el escritorio, sentándose en flor de loto y tamborileo los dedos en la madera de roble de la que estaba hecho. Tomo aire, preparándose para decirlo y tan solo le miro, rascándose la nuca

-Estoy saliendo con alguien, Matthew, el representante de Canadá. No tenemos mucho saliendo, es lindo, pero bueno, ¿Cómo te fue con tu esposa? Que supongo te fuiste por eso…Supongo que pronto serás padre o algo así.

Sintió ese dolor en el pecho, así que solo se levanto en busca de su cajetilla de cigarros, dejando uno en sus labios y no tardo en ahogar sus emociones con ese humo que lo acabaría matando, aunque quizás antes moriría de algo mas . Se tallo la cara, apagando su celular, no quería llamadas de nadie, solo quería descansar y olvidarse de todo, disfrutar de Narayan, solo eso. Abrió la maleta del mayor, dejando al ropa y cosas regadas sobre la cama del otro, sonriéndole lo mejor que pudo, con el cigarro entre sus dedos y acaricio una de sus playeras que no tardo en reconocer como suya

-con razón no la encontraba, pero para que te la llevaste? Te queda grande

-Es linda… -soltó sencillo a la pregunta- No recordaba nada de ella, pero cuando la vi recordé muchas cosas –continuó caminando contra su armario mirando a Marius- Y no… no creo que tan pronto seamos padres –rió tratando de controlar sus nervios

… un hijo? Ahora?... no… para nada. Suspiró frotándose los brazos; había olvidado que allí si hacía frío cuando llovía, nada de tonterías. No podía negar que su esposa era una buena chica, una buena amiga si la podía llamar de algún modo, pero no creía que fuera justo poner un juicio tan pronto y de tan poco tiempo de compartir juntos. Más al escuchar que Marius tenía nueva pareja, era como una extraña sensación de “Era de esperarse” Aunque parecía que igual que siempre tenía que sonreír y decir:

-Qué genial, de verdad parece que lo estas disfrutando –soltó- Matt parece un gran chico cuando estamos en clase.

Al menos la atmosfera se había aligerado bastante a comparación de esos minutos de silencio absoluto y agobiante. Se cruzó de brazos caminando tranquilo hasta el pelinegro que como siempre, como un niño curioso empezaba a revisar su maleta, pero pronto tuvo que sonreír casi a la fuerza cuando descubrió ese mal secreto.

-No lo sé –respondió pasándose una mano por la nuca- Sencillamente cuando me di cuenta, estaba allí –le miró- Espero que no te haya hecho falta

Aunque quizás no, normalmente robaba esa camisa para dormir mientras que el otro estaba por allí divirtiéndose con alguien y nunca se había quejado.

-Lo quiero mucho, pero no es tú…

Fue todo y seria todo lo que diría, no era justo para el rubio que lo comparara, nadie jamás seria Narayan, por que Narayan era único a sus ojos. Pero Matth también le gustaba bastante y si su relación funcionaria seria por que el pondría de su parte para que esto pasara y dejaría de lado su obsesión con el mayor. Narayan estaba casado y con este vieja y los que siguieran, bueno, pronto de verdad sería del todo un hombre casado y si seguía obsesionado con el mayor no tendría ninguna relación duradera y se moriría solo, así de fácil. Tomo la playera favorita del hindú y la olfateo sin vergüenza, tenía su aroma, ese aroma a especias y la colonia del mayor que tanto amaba olfatear en su cuello cuando tenían relaciones sexuales, en su ropa y hasta en sus sabanas. Perdió la cuenta de las veces que se masturbo en esa cama, anhelando al moreno como nunca pensó anhelar a nadie.

-Quédatela, yo me quedo con esta y todo arreglado. Me daré un baño, me duele la cabeza, puedes…ya vengo…

Estuvo a nada de invitarlo a darse un baño, ¿lo extrañaba? Claro, había extrañado acosarlo cuando entraba a lavarse los dientes y Narayan estaba bañándose o las veces que lo habían hecho contra esos mosaicos fríos. Cerró la puerta, desnudándose y entro al agua sin importarle que siguiera fría, frotándose la cara para acabarse de despejar, necesitaba tranquilizarse. Se dejo caer en el piso, con el chorro de agua pegándole en la espalda y solo se levanto, golpeando la pared y salio del baño, tumbando al mayor a la cama, tirando las cosas al suelo y le beso con ansiedad, jalándole la ropa en busca de quitársela

-te extrañe tanto!! Jodido imbécil!! Tanto te costaba enviarme un mensaje al celular o al menos dejarme una puta nota!!? Eres un pendejo de mierda!!

Por extraño que pareciera: No luchó. Sabía que debía hacerlo, que debía oponerse como siempre, es más… debía hacerlo con más fuerza, porque ambos tenían parejas, más él que no podía hacerse el tonto teniendo ya una relación sólida, si se le podía llamar de alguna forma. Más… absolutamente podía entender lo que era estar lejos por tanto tiempo de alguien que podía llamar único, que sabía desarmarle sus defensas con palabras tan sencillas: Era quizás que sabía cuando decir las cosas con su voz penetrante y tan directo como siempre.

Se movió bajo su peso tomando la fuerza para sujetar esos brazos que estaban por quitarle su camisa, mirándole a los ojos. Estaba sonrojado, al igual que Marius amaba tener relaciones sexuales en cualquier parte del departamento, con permiso o sin él, pero ahora, se sentía más asfixiado.

-… no… -dijo lo más firme que pudo- No pude, si te veía no me iba a ir –sonrió de lado- Si te escribía sentía que me echaría por la borda, y ahora siento que no puedo detenerte

¿Sonaba a un tipo de drama barato? Sí… la verdad es que sí, pero era verdad, había sentido muchas cosas cuando tenía frente a él la pantalla del celular con el número del menor y sin poder llamar. Bajó la mirada suspirando, tragando saliva. Las manos que detenían los brazos de Marius fueron subiendo lentamente… acariciando la piel desnuda y mojada del rumano, deseando mentalmente que le abrazara con tanta fuerza que nadie pudiera hacerle olvidar esos brazos.

-También te extrañé tanto –le abrazó con fuerza, dejando que su ropa se mojara por el líquido que había en el cuerpo del otro y su cabello ahora negro.

-Un mensaje, solo uno y me abrías hecho feliz, tarado…¿sabes cuantas noches pase mirando mi maldito celular en espera de algún mensaje o llamada? Me sentía como mujercita, esperando la llamada de su novio. Ya sé que, bueno, si hay una forma de llamar esto es una relación obsesiva y destructiva sin futuro, pero me agradaba pensarte a mi lado. De verdad soñaba con que nos fuéramos lejos, que por una vez dejaras de ser mr. Responsable y tan solo disfrutarnos…pero creo que no será así.

Beso sus labios varias veces, solo superficialmente, separándose para quitarle su mojada ropa y quedar en igualdad de condiciones sobre esa cama que era testigo de sus noches y mañanas juntos. Le abrazo con fuerza, recordando esa sensación de la piel cálida y morena del otro. Ese aroma que lo atontaba, su suavidad y cuanto amaba ese tono. Adoraba su piel morena, era de verdad piel de chocolate y se levanto en busca de su cúter, tapándole la boca mientras le cortaba una pequeña herida en la palma de su mano, como se corto a sí mismo. Tan solo junto sus manos, recostando su frente en el pecho del mayor. No hablo por minutos, sin soltar su mano, ahora al menos se sentía que el mayor y el estarían dentro del otro, por si las dudas de que Narayan se fuera de nuevo sin decir adiós. Le miro a los ojos, sonriéndole de lado y soltó su mano, lamiendo las gotas de sangre que recorrían ambas manos y araño sus brazos, necesitaba acostumbrarse al otro, solo un poco más.

-Devorare tu carne, huesos y sangre…tu miembro, labios, ojos y todo lo demás, seremos uno tu y yo hasta el final, nadie jamás nos separa de nuevo. O quizás tenga que seguirte a aeropuerto en mi moto, estrellarme y que luego cuando vuelvas sepas que estoy en coma en el hospital…

Le susurro al oído, sonriéndose, sabia que el otro lo reconocería de esa historia que solía leer como traumado o el anime favorito. Dos obsesivos, tanto como el, que estaban destinados, junto a sus parejas, a sufrir. Pero los amaba, amaba esas historias depresivas y oscuras, amaba llorar al verlas. Beso su cuello, acariciando los huesitos de la pelvis del mayor, sonriéndose como niño pequeño al recuperar su juguete favorito y pego sus frentes para verlo a los ojos, tomando sus manso entre las suyas, entrelazando sus dedos

-Mi Izumi…

¿Por qué siempre que lo escuchaba decir todo eso no se sentía bien a pesar de que su corazón latía con fuerza y gritaba que estaría siempre a su lado? Le tomó con amabas manos de la nuca mientras que escondía su cara en el pecho del otro; no era justo pensar que Marius estaba dejando pasar todo lo bueno por esperar una respuesta que quizás nunca obtendría, aun muertos quizás nunca podría decírselo. Había tenido tanto tiempo para pensar en la India que ahora entre esos brazos se sentía una carga negativo que lo único que hacía era sentirse mal por ambos. Suspiró bajando sus manos lentamente por sus brazos, ya era suficiente… cuando estaba allí era él… cuando estaba afuera era Narayan Bharat y eso… era doloroso; era ser dos personas al mismo tiempo.

Le miró a los ojos mientras que le tocaba, mientras que su cuerpo reaccionaba lentamente a sus caricias, haciéndole sentir acalorado, sediento si se podía decir de alguna manera a la hora de buscar los labios de Marius para saciar su sed. Marius tenía pareja… una pareja estable y allí andaba él metiéndose como una pequeña prostituta ¿podía caer tan bajo?

-Termina conmigo… acábame y después de eso seguramente seré todo tuyo, idiota –sonrió de lado metiendo un brazo por un momento entre el menor y él-… Aunque para que ése día llegue, creo que nos tendremos que conformar solamente con esto

… compartir sus cuerpos, porque afuera de esa habitación volvería a ser tan lejanos como debía ser. Se acomodó de nuevo bajo de él para abrir las piernas bajando sus manos hasta las nalgas, abriéndoles y llevando sus dedos hasta su ano, a la vez que sentía el miembro del menor sobre él suyo, dándose unas caricias calientes y mal sanas.

-No quiero solo follar como siempre, me dejaste mucho solo así que te jodes, esta vez no solo te lo meteré y todos felices….quiero más de ti, quiero pasar la noche contigo, no solo sexo y ya, me canso de eso….aún yo necesito de mas.

Se tiro a su lado en al cama, estaba excitado, pero sabia que una vez que se acostaran Narayan no le diría ya nada y regresarían al mismo pinche jueguito e siempre, sin decirse nada, fingir y ya. Se rasco la nuca, mirando el techo y tomo al mano de su amigo, entrelazando sus dedos con los suyos, no sabia ni como comenzar a preguntarle sobre su estancia en su casa. Y Mas que nada, no sabia si estaba preparado para escucharle cuando le contara sobre su esposa, sobre como pronto estaría siendo un padre de familia en un futuro cercano…El como lo dejaría definitivamente…no se sentía listo. Apretó el agarre y recostó su frente en el hombro de su amigo, acariciándole el marcado abdomen con su mano libre

-Y como es ella? Es bonita seguro, digo, para que tus insoportables padres digan que es perfecta para ti es que es una mujer aburrida, un vientre donde meter tus hijos, pero bonita para tener nietos bonitos…

Soltó su mano, y solo se levanto en busca de un cigarrillo nuevo, fumando, necesitaba calmarse, estaba comenzándose a enojar, y no quería echar a perder el regreso de Narayan con sus cambios de humor tan repentinos. Encendió el cigarro para ahogar sus pensamientos en humo, y olvidarse de lo demás, no debía de dejarse llevar por sus sentimientos, no regresaría a esas discusiones con el mayor

Suspiró para mirarle con calma… era la primera vez que no decidía tomarlo y ya, extrañamente eso le puso bien, hasta que supuró con sus palabras los celos que sentía. Ya lo conocía, lo sabía bien. Se sonrió de lado negando despacio mientras que lo escuchaba, ¡Claro que era hermosa! En muchos sentidos lo era, hasta habían congeniado bastante bien, pero se notaba a leguas que sólo podían ser amigos, no existía en ningún momento “La chispa” como para sentir lujuria entre ellos: Existía una pasión por los negocios, las mismas visiones… pero la verdad es que sin el deseo de la piel dudaba que fueran más que eso… compañeros de la vida.

Se levantó de la cama para andar tras Marius. Le abrazó por los hombros con uno de sus brazos, estando a sus espaldas, y con la mano libre le acarició los cabellos… aun seguía intentando acostumbrarse al nuevo color, le quedaba bien, pero sentía que estaba físicamente con alguien más. Le soltó para quedar frente a él, quitándole el cigarrillo y cubriéndole los labios con los dedos de su mano.

-Sí es linda, es una buena amiga, pero nada más… -sonrió de lado- No creo que podamos ser algo más… parece imposible, así que tranquilízate por favor –le devolvió el cigarrillo- Allá todo sigue bien, la empresa se ve mejor, la de mi hermana también está creciendo bastante, le queda muy bien dedicarse a la joyería –se sentó sobre el escritorio sin nada de pena ir desnudo frente a su amigo ¿qué no conocía de él?- Tú… tu novio es tan bueno parece en clases? –extendió su mano al otro

Aun le dolía la cortada y hasta estaba un poco hinchada la zona que le había dañado, pero no importaba, no era tan incómodo como podía parecer. Atrapó su mano para besarla.

-Ya te dije, es muy pronto para hablar de hijos… así que dejo hoy hasta allí.

-Si lo es y cocina bien. Quiere formar un club de cocina, lo se, un club muy uke pero a él le queda. No lo sé, es distinto a mis parejas de siempre, ya sabes que yo no soy del tipo que sale con ukecitos adorables, pero me agrada y es bueno en la cama. Y el club no es lo mismo sin ti, capitán, ni me he parado por ahí, cada que lo hago recuerdo todas las veces que follamos ahí o cuando solo entrenábamos y me ponía de mal humor.

Le tomo de la barbilla para besarle con ansiedad, como recordando que estaba ahí, que no se iría como en sus sueños, y que no despertaría mojado por soñar que lo hacía suyo de nuevo solo en sueños. Disfruto de esa lengua y labios que tanto disfrutaba cuando se besaban en al cama o solo cuando en veces se escondían en al biblioteca para hacerlo. Eran más que amigos, si, lo eran, un amigo no follaba contigo, un amigo no se celaba de tu esposa….y un amigo no se sentía bien al ser tu amante, tu juguete. Pero Matth era fabuloso también, le encantaba su forma de ser, su comida, su aroma y ese nerviosismo que lo caracterizaba. Se separo para fumar, dejando el cigarrillo en uno de sus ceniceros, tomándolo de la nuca para besarle de nueva cuenta, acariciándole una de sus nalgas, estrujándole entre sus dedos. Le sonrió contra sus labios, acariciándole esos suaves cabellos platinos, aspirando su aroma al acercar su nariz hacia su cuello y le tumbo en su cama, abriéndole y moviéndose hasta que ambos estuvieron cubiertos por esas negras sabanas de satín. Acaricio su vientre, bajando hasta tomar su pene, apretándole con su uña en la uretra.

-No se acostaron ni una vez? Y ella entonces no sabe que te acuestas conmigo, verdad? No sabe que su esposo le es infiel con un hombre… que tienes un amante que te hace gemir cada noche cuando estamos juntos

Se separo para ver esa perforación que el había hecho hacia un mes, ahora mucho mejor y se levanto en busca de algo en su guardarropa, regresando a la cama con su amante, quitándole al arete que tenia y le puso uno de platino, resaltando bastante en esa piel morena. Beso todo alrededor, hasta acabar jalando con sus dientes el arete, penetrándole con dos de sus dedos en su recto, le dejaría dolorido, lo dejaría muerto de cansancio, dolor y placer en su cama..se la debía y Narayan debía de saberlo muy bien

-No te lo diré… ah… -soltó- ¿Para qué siempre quieres ponerle más leña al fuego? –le miró un poco aprensivo.

Gruñó para sacarse las sábanas de encima, odiaba tener algo cubriendo su piel cuando estaba junto a Marly, aunque hiciera frío y estaba intimando con el menor, no le gustaba; siempre se sentía afiebrado, y ya suficiente tenía cubriendo afuera su relación para tener que cubrir sus cuerpos en la habitación. Subió uno de sus brazos a la cabecera de la cama del menor, apretando la sábana junto a un gemido, con esos dientes que jalaban el arete y los dedos que le penetraban con fuerza.

-ah… n.no lo sabe… -dijo sonrojando, cerrando las piernas, para que no siguiera por unos segundos- ¿Matt sabe que tienes esta obsesión por tener sexo conmigo?

Amor… sexo… pasión o lujuria, daba igual, él también merecía saber si Matt sabía en lo que se había metido. Aunque no le gustara, Marius tenía unas alas enormes que no era fácil ayudar a mantener bien, pero suponía que si notaba un brillo en la mirada del menor cuando hablaba de su novio, no había problema ¿verdad?

Abrió las piernas otra vez para seguir dándole espacio, llevando su manos a esos cabellos negros… le estaba excitando en sobre manera lo rico que se veía pareciendo un extraño que tocaba su piel con tanta libertad, podría sonar extraño… pero así le pasaba haciéndole sonreír un poco.

-Seguiré siendo el capitán… es nuestro último año

-Me gusta amargarme la vida de pensarte con ella, sabes que tengo gustos torcidos…Y sabe que amo a mi compañero, de hecho le pedí que fuera mi novio porque pensé que nunca volverías y porque me gusta…no tolero la soledad y Matth llena muy bien el hueco que dejaste…

Le daba risa que Narayan parecía mas excitado que de costumbre, quizás el tiempo alejados, pero se iba mas por el lado de que su cambio de look tenía mucho que ver…Narayan le podía ser ultrajado por un extraño….eso si no se lo sabía. Subió a capturar uno de sus pezones, jalándole con algo de fuerza con sus dientes, dejándole tan duro como sentía ya el miembro de los dos ante tanto fajoneo entre ambos. Capturo sus labios en un nuevo beso, mientras su cuerpo comenzaba a perlarse con el sudor del calor del momento, bajando a su cuello, dejándole la primera de muchas marcas que dejaría en ese cuerpo. Al carajo si al otro no le gustaba, lo marcaria en venganza de su soledad, sonrió de medio lado al ver la gran marca en esa piel morena, mirándole a los ojos mientras sus dígitos seguían explorando el interior tan extrañado de Narayan. Movía sus dedos de afuera para adentro, en tijera, lo dilataría y así no se quejaría de que le dolía mucho por el tiempo que no lo uso

-¿Y qué me trajiste? Espero que sea chocolate de la india o alguna cosa picante, con que no sea otro de tus pinches libros de historia o religión o te lo meto en el culo por qué no te das por vencido de hacerme leer cosas del karma y bla bla…

Sacó sus dedos cuando ya le sintió más dilatado, abriendo el cajón de su buro, sacando si tira de preservativos, como el lubricante. Se unto un poco de lubricante aroma vainilla en los dedos, acariciando despacito la pielecita del recto de Narayan, metiéndole tres de sus dedos tras de ponerse el preservativo, lanzando el empaque al suelo. No se lo metería hasta no saber más cosas de que había hecho, sería un castigo para el mayor él no dejarle lleno, que aunque lo negara, sabía que Narayan le gustaba sentirse lleno. Se mojo su mano libre de lubricante para poderle masturbar, viéndole a los ojos.

-Y tus eres tan obsesivo como yo en que lo hagamos, Narayan. Y yo tengo novio, tu estas casado con una mujer y aunque no me lo digas, se que te la tiraste…tienes rasguños en e pecho, y por como están hechas seguro son con uñas largas. Así que o te cogiste a tu esposa o te ataco un gato o algo parecido…

Le miró casi con desapruebo de que jugara de esa forma con él, son su cuerpo y con todo lo demás, le causaba dolor, aparte de que insistiera saber lo que había hecho con su esposa, no era para nada justo. Suspiró y jadeo levemente, sujetándose de la sábana a la vez que arqueaba ligeramente su espalda, deseando que se olvidara de la idea de torturarlo en esa posición, con su mano tocándole esa erección que se volvía lentamente dolorosa. Movió la cadera levemente para sentir la punta bien enguantada contra sus nalgas… era raro hacerlo con el preservativo, no importaba cuantas veces lo hicieran de ése modo, era… una sensación extraña de cómo empujaba contra su cuerpo.

-Marius –extendió sus brazos hacía el cuello del mayor

Le giró con sus piernas, sentándose sobre de él y sujetándole las muñecas, mirándole a los ojos… y disfrutando de ésos momentos de control, empezó a meter le miembro a su ano, aunque… solo fuera la punta, no lo podía meter solo sin ayudarse, o que Marius lo penetrara.

-… sí, lo hice con ella –murmuró con los ojos entrecerrados- Pero sabes que eso no es nada con lo que yo deseo

… y debía admitir… que eso era deshonroso ¿cómo un varón podía decir que prefería el lugar de una mujer en la cama? Gimió para soltarle y llevar una de sus manos al pene del menor, ayudándose ahora si a penetrarse completo, quedándose quieto con ese miembro dentro de él.

-Por favor… deja de preguntarme de ella –murmuró con los ojos cerrados, mientras que empezaba a mover despacio sus caderas- Si leyeras bien los libros que traigo entenderías que te pasará si sigues haciéndome recordar todo esto –se mordió el labio inferior-…s eguro solo leíste el kamasutra

Narayan se rió mientras sacaba de su mochila, algunas cajitas con arillos y pequeños aretes para el menor, cosas de ése tipo… todos los chocolates se los daría después.

-Sabes que si…odio la religión, la religión que sea…

Le tumbo a la cama, riéndose, mientras tiraba los regalos al suelo, ya los vería después, por ahora tenía más cosas que hacer, como disfrutar del mayor hasta hartarse. No tardo en regresar a estar entre sus piernas, penetrándole de golpe. Ahogo un gemido de placer puro al regresar a esas cálidas paredes, pero giro su rostro hacia atrás, descubriendo que la lluvia pegaba con fuerza en la ventana. Salió de su cuerpo, sonriéndole, lo castigaría aun mas, apretó su pulgar contra la pielecita suave del ano de Nara, metiéndole de a poco, acercándose para besarle en los labios despacito, buscando desesperarle un poco, pero eso significaba también el desesperarse solo, así que saco su pulgar y le hizo las piernitas hacia atrás, riéndose malicioso, dejando ese culito rosita y hermoso a su entera disposición. Bajo de la cama de su amante para abrir el mini bar, encontrando un cubito de hielo lo bastante alargado como para hacer su trabajo y de paso hacer gemir a su chocolate.


-Alguna vez te he dicho cuanto amo ver como tu lindo culito se contrae? Y si ya te lo he dicho, lo digo de nuevo, amo ver tu hermoso anito contraerse cuando te meto cositas por aquí, señor toda rectitud…Era tan zorra como yo lo soy, solo que tu prefieres que te den y no dar..


Mordió su labio inferior, empujando poco a poco el hielo dentro del hindú, sin perder detalle de cómo iba abriéndose y apretaba el hielo, como se contraía, buscando meterlo más…El solo pensar que así se veía cuando se lo metía, le sacaba su parte más animal y le daba ganas de metérselo con todo y el bendito hielo ahí adentro..Seria frio pero seguro que Narayan gemiría más como la puta que era. Metió tres de sus dedos en ese lugarcito que tanto amaba, disfrutando de la hermosa vista, ya ni le diría nada de que sabía que le gustaba que viera su culito, siempre se abría mas de piernas o se acomodaba de manera que lo podía ver perfecto. Sin dejar de sacar y meter sus dedos dentro del cuerpo de su amado, empujando el hielo dentro de su cuerpo en busca de dar con esa zona de placer dentro del mayor, aprovechando de dejarle bien dilatado, busco en su escritorio su cámara, riéndose cuando le tomo una muy clara foto de su carita de placer. Tenía demasiadas, de cada parte del cuerpo de Narayan, videos haciéndolo de todas formas, en demasiados lugares… Claro que tenía que aprender a que el otro no pudiera borrarlos, era su pornografía y mas que nada, a su modo de ver, Narayan desnudo era arte puro

-…qué… carajo de gusto por meterme ¡ah…!... hielos… -gimió sujetándose de las sábanas lo mejor que podía.

Era… terriblemente escalofriante lo rápido que podía hacerlo delirar, hacerle doler su recto y aun así deseas que siguiera con sus jueguitos, además… que verlo como observaba su cuerpo era aun más erótico que cualquier otra cosa; Era demasiado morboso en realidad… demasiado rico y escalofriante, no quería imaginar que tantas cosas pasaban en la mente de Marius. Tuvo que soltar por algunos momentos las sábanas negras de seda que tanto amaba el menor, para cubrir sus ojos e intentar el controlar todo su nerviosismo.

Tomó la fuerza suficiente para sentarse, exhalando un jadeo que sus labios no pudieron contener, y mucho menos los que siguieron cuando intentó ponerse sobre el pelinegro, llegando solamente a quedar con la cara cerca de la erección que se levantaba por todas esas cosas que seguro estaba pensando.

Era difícil moverse con los bordes del hielo rozando la piel de su recto, mucho menos después de que ese tonto le había dilatado. Acarició los músculos de las piernas, tan torpe por lo nublado de su pensamiento que no se dio cuenta cuando su mejilla rozó contra el glande húmedo y rojizo… pero sus labios pronto atraparon la cabeza, masajeándole despacio junto a la punta de su lengua. Atrapó uno de los testículos con su mano derecha para presionarle y masajearle con algo de fuerza.

-…no importa cuantas veces haga esto –murmuró subiendo por su cuerpo con besos hasta sus labios- Adoro tu sabor… -sonrió con los ojos entrecerrados- Pero… supongo que tendremos tiempo para que me des toda tu leche ¿no?... –deslizó los dedos por el tronco, sintiendo las venas del pene bien marcadas, y acomodó el miembro entre sus nalgas, con el glande contra su ano que tenía al borde el hielo que le había metido.

-Es que siempre tendré la duda de cómo entro en ti y que nunca te desgarro, más que cuando quieres que te rompa tu culito o puedes caminar como si nada o entrenar horas y horas, gritar, brincar y correr sin que se note que tuviste a mi gran amigo aquí dentro..Es que es tan apretadito y chiquito, demasiado. Y aquí dentro es tan cálido siempre, solo ve lo rápido que derretiste el hielo y lo rojo que ya estas

Le encantaba verle así de excitado, derritiéndose de placer a cada movimiento. Como su cara tan seria la mayor parte del tiempo tenia ese rictus de placer infinito que disfrutaba ver siempre. Sus labios y boca contra su pene se habían sentido de maravilla, como su boca que disfruto. Al sentirse cercas de ese culito de maravilla le tumbo a la cama para sacarle el hielo, no quería invitados a la fiesta, su pene y e culito de Nara tendrían esa fiestita que tanto querían los dos, sin invitados extra. Le penetro de nueva cuenta, esta vez metiendo casi su puño entero, era delirante lo bien que el culito de Narayan soportaba, ya muchas veces lo había llevado al máximo y tanto el cuerpo como Narayan en si pare cian gozar cada que llegaban al límite…Buenas noches, pero mañanas que requerían caso de hospitalización por cansancio extremo de parte de los dos

Al verlo ya bien abierto, le cerró las piernitas para poderlo acomodar en cuatro, dándole una buena nalgada a una de sus nalgas morenas y bien redonditas. Le lleno de besitos su traserito, incluida su amiga capullito de sakura que era su entradita, acabando por acomodarse bien tras de el y entrar entero, soltando un gruñido de esos que le había hecho que se ganara el sobrenombre de oso con su amante. Llevo su mano hacia la erección de Nara que estaba del todo erguida, masturbándole muy suavecito, acercándose hasta llegar a su oído, chupándole el lóbulo de la oreja, delineando con la punta de su lengua toda esta, hasta susurrarle jadeante al oído

-¿Qué tan duro quieres que te lo haga hoy?

Atrapó una de las manos del pelinegro para enlazar sus dedos y apretarlos levemente, pensando… que podía acostumbrarse bastante bien a estar por siempre entre los brazos y los deseos de ése idiota, pero de nuevo recordaba que tenía que volver cada cierto tiempo a casa… ahora… era un hombre que debía hacerse cargo de la mitad de la compañía de la familia, sabía que parecía imposible para alguien que aun ni siquiera tenía una carrera Universitaria, pero desde niño se le había educado con los mejores tutores, en las mejores escuelas… esto no era nada, pero era injusto tener que ser un adulto desde que nació.

-…no nos hemos visto en mucho tiempo… ¿cuál crees que sea mi respuesta?... –susurró con la voz provocadora, apretando su recto con una sonrisa bastante indulgente.

Bajó su torso contra la cama extendiendo ligeramente uno de sus brazos para darse soporte, a la vez que movía ligeramente la cadera para hacer que el miembro entrara más profundo, o sencillamente rozara contra su próstata, haciéndole apretar los dientes para evitar hacer más ruido.

-ah… sí… sí me duele después de que me haces todo esto –llevó su mano hasta su trasero, abriéndose las nalgas para que el otro mirara mejor como abría su esfínter- ah..pero…supongo que ya me acostumbre

También que sería demasiado vergonzoso verse envuelto en esos rumores de “parejas” y… aun más ahora que ambos debían dejar de hacer todo esto… momentáneamente se sintió mal, pero al frotar levemente la cara contra la almohada del mayor, se calmó… sólo esta vez y ya… si… esta vez sería la última ¿verdad?... no podían seguir haciendo esto.

-..m..marius…estas presionando mucho…. –soltó al tener un leve calambre que le hizo gemir y retorcer de placer a pesar del dolor

Se rio, amaba que desde que salían , o algo asi, y más cuando estaban en la cama, Narayan había dejado de ser un principito y era tan guarro como el mismo, le gustaba eso, el que podía ser el más educado y sonriente de los principitos, pero cuando se lo tiraba se volvía todo un zorrito de culito bello, ardiente que amaba con cada célula de su cuerpo y con su altura y compleción, eran bastantes. Le masturbaba despacio, disfrutando y haciéndole disfrutar de esa sensación de su mano sobre su caliente pene, que mojaba su mano ante el presemen que soltaba


-Creo que ya se me corrió el pu…el delineador…


Si no diaria palabrotas muy grandes que estaba muy cercas de Nara, bueno, dentro de el y estaba a su pleno espacio de alcance de que le pegara como cada que maldecía muy fuerte. Le observo bajo de si, tan ardiente como lo recordaba, moviendo su cadera en busca de mas placer, solo una vez…Siempre era solo una vez y siempre regresaban a esa cama a hacerlo hasta que acababan exhaustos hasta la muerte . Se dejo gemir algo fuerte, soltando una mano de su cadera, para tomarle una de sus manitas y besarle la yema de sus dedos, chupando el medio con morbo. Pero el sonido de su móvil a lo lejos le hizo soltar un gruñido de furia, peor tan solo consiguió que comenzara a penetrar al mayor con más fuerza, escuchando el sonido de la cabecera de su cama chocando contra de la pared .

Tomo su celular, escuchando la voz de uno de sus primos al otro lado de la línea maldiciéndole y se rio entre jadeos, apagándolo para tirar a su amado al sillón para poseerle con más fuerza escuchando ese culito húmedo y su pene entrando y saliendo. Ya sabía que su primo lo odiaría y le diría pervertido cuando hablaran de nuevo o cuando se conectara al internet , pero le valía cacahuate. Salió de su cuerpo para tirarle boca arriba y le mordió el cuello con deseo, dejándole una muy buena marca en el cuello y jalo su tetilla, sobando adrede el miembro de el mayor entre sus cuerpos, tomando las sabanas para darse impulso y penetrarle hasta el fondo, arqueando su espalda con placer infinito

-Ahhh….Nara!!