Maybe not the best moment [Francis]

No podía dormir, esa escuela nueva era agradable; al menos había cruzado palabra con alguien. Pero eso no le era suficiente, se sentía aún bastante incomodo, como si su presencia no debiera estar ahí.– ¡Bah, qué más da! El representante de Inglaterra no necesita amigos. Con las criaturas que me acompañan es suficiente. –Se repetía, con el afán de el mismo convencerse de ese hecho. Esa noche salió directo a la azotea, en contra de las reglas.. Muy a su pesar, a veces podía ser un rebelde sin remedio, del que gusta de la adrenalina. Esa noche en especial todo estaba precisamente tranquilo, la Luna platinada resplandeciendo en su mayor expresión mientras las estrellas no eran del todo opacadas por aquella sublime belleza. Sonrió muy apenas visible y fue caminando hasta la maya de precaución que se alzaba encima de él, sus manos se enredaron en esta mientras miraba hacía el cielo, como un marginado que añorara llegar a la Luna.

– Oh Sweet Moon.. –Murmuró en voz baja, le era muy agradable ese momento, cerro los ojos y pego su frente contra la maya, mientras la tranquilidad comenzaba a hacerle su presa de manera irremediable.– I miss my home.. My Kingdom. –Extrañaba Inglaterra en cierta manera, esos bosques hermosos de Gran Bretaña, la preciosa Escocia.. Irlanda del Norte, extrañaba eso y no llevaba ni dos días en aquel centro estudiantil. No había asistido a clases por ciertos problemas al tener que arreglar papelería directa con los Jefes, pero a partir de la próxima semana ya se hablaría con algunos de los alumnos probablemente. Siguió en esa posición, ahora abriendo los ojos para ver el jardín bien cuidado que se veía perfectamente desde la azotea.– Estos momentos de soledad, son únicos...

Spoiler:

Hacía unos días ya que el francés habría llegado a la institución. Le gustaba, en cierto modo, aunque si por él fuera hubiera hecho toda una remodelación, o al menos, probablemente habría cambiado las cortinas y demás tapizados, pues para él resultaban demasiado tristes, opacos. Le habría gustado algo un poco más llamativo y alegre, que denote la excelencia del lugar como colegio.
La noche había llegado y a pesar de tener que dormir, Francis no se sentía listo para dormir, como si aún le quedaran muchas energías, o simplemente era lo suficientemente caprichoso para no querer acostarse, si quiera, quitarse su uniforme. Modestia a parte, él creía convencidamente que se veía más que radiante en el.
Cuando todos parecían estar dormidos salió de su habitación, asegurandose de no escuchar sonido alguno proveniente de las habitaciones vecinas.
Finalmente subió hasta la terraza, dónde seguramente no habría nadie. ¿No podía ir allí? Cómo si el francés pudiera escuchar a alguien cuando se estaba arreglando el cabello...
Al pie del fin de las escaleras, abrió la puerta de la terraza y en seguida pudo sentir la brisa sobre su rostro. Más su vista se topó con la figura de alguien, lo cual lo sorprendió.
-Bonne nuit.- Saludó en un susurró con voz aterciopelada, mientras cerraba la puerta detrás de su espalda, lo suficientemente rápido para llegar a acomodar su cabello de forma coqueta mientras esperaba respuesta.

Estaba observando tranquilamente todo, era bastante agradable la paz que se podía respirar en el aire. Una de sus hadas le aviso que alguien venía, que era un alumno más, el ingles solamente asintió e hizoun movimiento con la mano de que podía irse, dicho ser mágico asintió y se fue del lugar. El ingles dio media vuelta y se quedo de espalda a la maya, observando como un rubio, más alto que él; entraba en el lugar. Un alumno fácil de reconocer debido a que llevaba el uniforme puesto. Lo observó durante unos momentos y despues chasqueo sus dedos, al momento en que su mirada se ladeaba y escuchaba el acento francés con el que saludaba, negó mentalmente pues había conocido a varios franceses y no tenía la mejor opinión de ellos. Pero era todo un caballero y debía responder al saludo que el otro había comenzado, muy a su pesar se separo de aquella maya y se acerco dos pasos a él.

– Good Night. –Menciono con una voz tranquila, extrañamente sintió escalofríos al ver los ojos del otro con aquel timbre en su voz, juro por un momento que su piel se había erizado al ver como arreglaba su cabello, había algo en ese chico, que le parecía desagradable; pero al mismo tiempo como todo un 'galán'. Y eso le molestaba, en cierto punto le intimidaba. Observó su cabello bien cuidado y por un momento en su mente paso la idea de que lo cuidaba demasiado para ser un chico. Después de saludarlo dió dos pasos más hacía adelante y quiso por un momento salir de ahí y dejar al francés solo en la azotea, pero no podía irse, debía ser caballeroso y poder mantener una conversación, al menos para conocerse. ¿No es así?.– Mi nombre es Arthur Kirkland, represento a Inglaterra... Nice to meet you. –Mientras extendía una mano hacía él, mirando si le saludaría o no.