Sable

Aquel día no había reunión en el club, como igual tenía planeado estar un rato solo para relajarse de todas esas cosas que lo preocupaban cuando se trataban de escuela ya que aunque era un buen alumno sufría con su hígado cuando las clases se intensificaban… como cualquiera de sus compañeros, pero había descubierto que la mejor forma de tranquilizarse era hacer ejercicio: Tanta liberación de adrenalina y endorfina de algo debía de servir ¿no? Además adoraba estar solo en el salón de esgrima y kendo, era muy amplio, bien ventilado; tenía acceso por dos puertas altas al salón estilo japonés para el kendo y donde estaba él, el estilo victoriano.

Siempre le había gustado usar el uniforme reglamentario de esgrima, aunque el kendo resultaba ser bastante pintoresco, pero todos tenían su especialidad en ése lugar y la verdad es que no podía juzgar eso porque era lo que nutria satisfactoriamente el club. Entró a la habitación dejando su mochila sobre una de las mesas, deslizando los dedos por la superficie empolvada ¿tenía que hacerse cargo de la limpieza también?

Se cambió allí mismo, sin ponerse la careta. Siempre había concordado que el kendo como la esgrima, así como las artes marciales y la arquería no necesitaban tener un compañero para practicar aunque si era necesario para mejorarse, pero cuando se trataba de repasar las posturas una y otra vez no había problema con ser sólo él.

Un día de flojera en ese lugar de flojera, con muy poco gente que no le daba ganas de volarles la cabeza de un balazo y para cereza del pastel, no baria practica ese día, con lo divertido que era ver a sus compañeros practicando, esos trajes blancos…Y si el que usaba ese apretado traje que dejaba ver tan bien ese par de nalguitas paradas que daban tantas ganas de morderles eran las de Narayan…Solo recordarle le daba ganas de correr a donde estuviera el otro y tirárselo hasta la inconsciencia. Pero aunque no había practica se paseo por ahí, quizás un poco de entrenamiento en solitario, sobre todo de kendo y se sentía mejor. Y claro que se sintió mejor en cuanto observo ese cuerpo revestido con ese traje que tanto le encantaba verle puesto. Se le quedo mirando unos minutos, decidiéndose por entrar de una vez, cerrando las puertas con seguro, nadie entraría ya. Se encamino hasta el mayor, tomándole de la cadera y lamio sus labios con la punta de su lengua, sonriéndole seductor.

-Hi ,baby, pensé que habías dicho que no abría practica hoy. Mas sin embargo aquí estas, vistiendo ese trajecito que sabes me encanta verte puesto…No tardo, iré a cambiarme

Le apretó ese par de redondas nalgas, besándole al fin. Tenía un libido alto, no podía evitarlo y cuando se trataba de Nara, aun peor. Se separo no sin antes haber disfrutado esa boquita de encanto y de masajear a su gusto sus nalguitas cubiertas por le tela que parecía una segunda piel. Beso su frente y se encamino hasta le mesa, dejando sus cosas sobre esta para irse a los vestidores a cambiar. Busco su traje que solía dejar ahí en casos de emergencia, colocándoselo como tomando su sable, saliendo de los vestidores. Le sonrió al mayor, caminando hasta el y pico con juego su pancita con la punta del sable, haciéndose el cabello hacia atrás.

-Un poco de practica no hace nada mal, y mas si lo haces con alguien mas

Golpeo la espada con fuerza con la propia, girándole sobre el filo para pasar la punta por el lazo de la empuñadora y quitarle la espada de las manos, sonriéndole de lado con bastante altanería por unos momentos para luego ponerse serio y caminar hasta él, dejándole la espada en la mano.

-Siempre les he dicho hasta el cansancio que no jueguen con las espadas, Marius –le dio un tirón de cabello con un poco de fuerza.

Eso era lo que no le gustaba que ese tonto tuviera sexo con él, se volvía confianzudo, aun más imprudente como si estuviera tratando como con cualquiera que se acostara con él. Exhaló con fuerza moviendo el brazo a esa leve incomodidad que aun le daba. Había ido al médico en la mañana diciéndole lo mal que se seguía sintiendo, pero como siempre sólo le recomendó sus analgésicos y que iba en muy buena recuperación, ya podía hacer ejercicio pero no demasiado. Metió la cadenita con su dije dentro de su traje dándole la espalda al rumano, se quitó la pulsera echándole a la mochila y poniéndose los guantes.

Caminó hasta la alfombra, asegurándose bien que no hubiera nada atrás de él, sonriéndose un poco al ponerse en su lugar.

-Acomódate –le dijo entrando en guardia- Se amable… -soltó en un tono irónico y a la vez picante

Le gustaba jugar con sus rivales, y aunque Marius era su gran amigo, cuando estaban allí eran rivales, aunque esta vez las condiciones eran diferentes; el europeo estaba en muy buenas condiciones, habían trabajado muy duro para las próximas competencias estudiantiles y no esperaba nada menos que un segundo lugar para Marly… claro… él debía ocupar el primero. A regañadientes durante su estudio en Londres también era capitán de equipo, su padre le había enseñado desde pequeño, y como el primer varón nunca se esperaba menos.

-Sabes que, a chingar a tu madre con este pinche deporte de maricas!! Solo a ti y a los mariquitas les gusta el maldito esgrima. El kendo es el mejor, entrenamiento samurái, no piquetes con varitas como el esgrima

Le lanzo la espada al suelo, ese deporte en serio el desesperaba, le daba ganas de meterle el sable en el ano a Narayan, de verdad. Suspiro, metiéndose a los vestidores para mandar al diablo el trajecito gay, para colocarse el bogu negro que olía a limpio tras de tanto sin usarlo. Luego el tare y el do del traje de kendo. Se ato con fuerza el tenugui de color rojo con el dibujo de un dragón, así no le estorbaría para nada el cabello. Se reviso en el espejo para ver que ninguna cinta quedara fuera de lugar, colocándose luego los kote. Salió con el men en su mano, como con su espada de madera, detestaba la de bambo, si iban a entrenar lo harían de verdad. Le sonrió de medio lado, si el otro quería su deporte de nenas, primero tendría que vencerlo en su disciplina mayor, si alguna vez entro a entrenar con los de esgrima, ya lo dijo, solo fe para ver culos bien cubiertos por la telita blanca

-Ve y vístete, si me vences jugaremos a tu pinche deporte marica. Y si yo gano, te violare aquí, y sabrás que mi espada no solo sirve para hacerte pomada sobre el tatami.

Se acomodo bien la armadura, 5 kilos de armadura y que aunque ya estaba acostumbrado si dejaba pasar unos días sin entrenamiento sentía como si pesara mas de lo que era. Le sonrió petulante para colocarse el men, esperando al mayor. Pero como sabia que se tardaría años, como siempre al no tener practica para ponerse la armadura acabo quitándose el men, dejándole en la mesa o Narayan le pegaría si volvía a dejarlo en el piso y a darle de golpes en reprimiendo por cometer ese acto de falta de respeto…Hindú sádico y pro algo le encantaba tanto.

-Muevelas!!

-¡Ja! Ahora resulta! Sólo a ti te queda irte a lloriquear cuando algo no te sale como quieres, maldito mocoso, ya te lavaré el hocico algún día con ajo y azafrán.

Recogió la espada del menor, lo frustraba demasiado que armara sus dramas cuando algo no le salía como quería. Ya algún día suponía que cambiaría un poco ¿no?... le miró de reojo casi con reproche guardando las espadas y quitándose el traje. Realmente no tenía muchas ganas de irse al lado del dojo; como bien era Marius era el campeón de Kendo por lo bestia y bárbaro que podía llegar a ser, pero también era astuto y muy observador. Le preocupaba que el peso del men le hiciera doler el hombro más de lo que quería, pero suponía que sujetando la espada con ambas manos no resentiría tanto el esfuerzo a comparación del sable.

Se cambió rápido, echándose el cabello hacía atrás con las manos; siempre tenía mucho cuidado de cómo ponerse todo el equipo de protección. Normalmente no lo usaba cuando daba instrucciones o clases, pero en los combates ya para instrucción de competencia si lo hacía y cuando sabía que Marius quería pelear en serio.

-Ayúdame –le pidió sin más para que terminara de acomodarle algún cordón que tuviera suelto, a comparación del otro, no era tan hábil y siempre recurría a su ayuda.

Tomó la espada de madera, y tomó el men para caminar al dojo… en las que estaba pensando.

-Siempre estás haciendo apuestas cuando venimos al dojo, cuando estamos en el lado de esgrima nunca aceptas una de mis apuestas

Claro, ambos eran muy diferentes y eso se reflejaba en el deporte que preferían, pero nunca podría hacer a un lado a ése tonto… con sólo mirarlo cuando estaba entrenando hacía que todo su cuerpo temblara y que sus labios desearan mojarse con el sudor que recorría sus sienes. Marius… era como un caballero medieval, y suponía que por eso le gustaba más el kendo, porque lo imaginaba con una de esas pesadas espadas que llevan los caballeros en los cuentos.

-Anda ya, mocoso.

-Mocoso seré, pero todo el palo te meteré..

Se rio divertido, acercándose para acomodarle el peto y de paso besarle, quisiera o no aceptarlo, sabía que Narayan también le gustaba esos entrenamientos y los besos de buena suerte que se daban a escondidas en las competencias. Al menos al rumano el encantaban, se sentía como si nadie pudiese ganarle tan solo al estar siendo observado por el hindú y de que si ganaba era probable recibir un beso de que lo había hecho bien. Era un hombre simple y ese moreno le daba esas cosas simples, besos, sonrisas, algunas noches de placer, comida…Solo le puso el men en la cabeza, acomodándoselo para ponerse el suyo y tomar su espada de madera, colocándose en posición , tomando con fuerza la espada. Se sonrió esperando que el otro estuviera listo para atacar a la cabeza , pero al recordar que esa zona estaba prohibida ataco el flanco derecho, seria la zona de menos dolor para el mayor

-Quiero una katana de verdad, no se por que no me dejas comprarme una, seria bueno practicar con el arma con el que se empezó todo esto. Ni que fuera a soltarme cortando cabezas a diestra y siniestra

Se soltó atacándole con fuerza, concentrándose totalmente en no pegarle en cuello y cabeza, quizás solo para ganarle, pero no quería dañarle más allá de lo que el peso en si de la armadura ya pesaba. Así que solo quedaba antebrazo y abdomen, se divertía horrores peleando con el otro, riéndose como nunca, eran esas horas en las que solamente importaba el deporte limpio y en el que podía pelear sin que nadie se pusiera de marica o acabara en la dirección castigado. Pero dentro de los juegos comenzó a pegarle y usar la espada como si de verdad fuera una katana, soltándole varios golpes en piernas brazos y espalda, girándose lo mejor que podía gracias al peso de la armadura, como jugando de verdad a los samuráis

-Si fuéramos de verdad samuráis, creo que tu serias del shinsengumi y yo de alguna fracción rebelde!!

A diferencia de Marly, Narayan estaba más serio, tratando de bloquear todos los ataques del menor y como siempre le decían ése era su peor defecto en ocasiones, el pensar demasiado las cosas, lo que haría después su oponente, y para Marius no era así, él simplemente seguía sus instintos y era tan aleatorio que le costaba trabajo seguirle el ritmo cuando se trataba de Kendo, había un momento en que se sentía sobresaturado y solo terminaba dejando que su frustración lo guiara; por eso no estaba tan perdido a la hora de bloquear pero cuando iba atacar se volvía un mapa para Marius.

-¿El arma con que se empezó esto?... –soltó cuando detuvo uno de sus ataques, queriendo contraatacar hacía su flanco izquierdo- Entonces ve y corta un palo de un árbol, así empezó todos los tipos de artes con espadas –sonrió de lado.

Era difícil ver el rostro del otro entre las rejillas del men, pero simplemente seguía en lo suyo, con ataquen muy directos, siempre buscando los puntos, esquivando, perdiéndose entre los movimientos bruscos de su compañero; Sí, debía darle la razón, pero trágicamente en ésta historia quizás el rebelde le ganara.

-Sólo lo dices porque te encanta andar al estilo nippon –dijo cuando quedaron cara a cara con las espadas chocando.

Un golpe en su brazo lastimado le hizo casi brincar, eso lo hacía despertar de la sumisión mental en la que entraba queriendo entender los movimientos del menor. Se hizo hacía atrás para impulsarse hacía el abdomen del otro, con una pinta que iba hacía la cabeza pero ya en el último momento pegaría abajo.

-Japón es para mí la nación más genial del mundo, me iré ahí en cuanto salga de esta prisión!!

Bloqueaba cada golpe que le propinaba el otro, esa mente cerrada, el que quería saber que haría, como cuando pro que, todo se preguntaba y solo estaba logrando que Marius pudiese leer a la perfección lo que el mayor hacia. Se acabo quitando el men, lanzándolo a la mesa, detestaba que le estorbara, como los kote acabaron en el suelo. Se trono el cuello, atacando con fuerza cada flanco que el mayor dejaba descubierto, sonriendo al empujarle con su cuerpo, atacándole de nueva cuenta. Nadie había dicho que sería un combate con todas las reglas, estaban combatiendo a como se suponía que era y si el mayor seguía terco en irse por el camino correcto, por decirlo de algún modo, lo haría pomada. Era el defecto más grande de Narayan, siempre las reglas, siempre lo que era y debía ser..Su vida se basaba en lo que era, costumbres y obligaciones…

Suspiro, atacándole con más fuerza centrándose en brazos y piernas, pero acabo tomando la katana de lado, dándole con todas sus fuerzas hacia el flanco derecho y luego hacia el cráneo. En una pelea de verdad, de no haberlo detenido el otro, seguro le cortaría el cráneo en dos, y el tronco. Dejo caer la espada al suelo, había dado todo de si, a lo que la armadura cayo por igual, quedando solo en la hakama y el kendogi negros, pero pronto se bajo el kendogi, limpiándose el sudor de su frente y pecho con el kendogi que pronto fue lanzado al suelo alejado de ellos. Sonrió de lado, recuperando su espada, sujetándole con una sola mano.

-¿Seguimos? Después de follarte y acabar esto iré a meterme a un cubo de agua helada, y me tomare una cerveza bien fría y papas fritas..

Cayó de sentón en el último ataque, sintiéndose algo mareado… se sacó todo igualmente solo quedando en la yukata y el hakama, los antebrazo contra el piso y la cara a centímetros de él, tomando aire con fuerza para recuperarse más rápido, ése deporte era tan fuerte cardiovascularmente que su condición física no podía ser menos, al igual que Marius, aunque el otro estaba tan fresco con su victoria… si…. Había sido su victoria, le había anotado como siempre más puntos de lo que parecía hacer con su estilo alocado de pelea; se sonrió de lado… era un hombre frustrante en cierta medida que no le dejaba mal sabor de boca. El esgrima mostraba más resistencia y velocidad, los músculos acalambrados eran clásicos, pero aquí… todo el cuerpo se sentía cansado.

-¿Tú sólo piensas en sexo y comida? –se sonrió de lado para ponerse otra vez en pie.

Levantó toda la armadura a una de las mesas, allí estaba bien, desde siempre le había molestado lo pesada que era y de verdad admiraba al menor por moverse como si nada con ella, al igual que otros chicos del equipo. Se sonrió de lado para tomar la espada y apuntar contra la nariz del europeo.

-Vamos otra vez

Estaba en estado de incapacidad ¿no? Unos moretones se quitarían seguramente en ese tiempo… sin armadura, no creía aun ganarle porque su técnica era diferente, pero quizás sin la pesada protección pudiera hacer algo mejor.

-¿Hay algo mas, bombón? Sin sexo no naces y sin comida no creces, no hay de otra. Aunque claro, el sexo que tengo yo jamás significara procreación, quizás el mundo tiene suerte de que sea gay. Imagina un hijo mío, dios, sería el próximo dictador o asesino recordado por la humanidad.

Se sonrió de lado, caminando por su botella de agua para darle un buen trago y vaciarse el resto en el cuerpo. Necesitaba despejarse del todo, sin la armadura sería más fácil el moverse, pero también sería más fácil el que acabaran llenos de moretones y lastimados si no tenían cuidado. Se trono los dedos, esperando que el otro estuviera listo para empezar a atacarle, esta vez de verdad no podría darle en cuello y cabeza, que no solo podría lastimarlo de nuevo en la zona de la vieja herida, si no que hacerle una nueva. Pero antes de poderle atacar acabo sintiendo que el piso se le movía, como ver estrellitas. Solo se sentó en el suelo, acabándose por acostar en este, no había desayunado bien y qué decir de dormir, pasar la noche viendo mangas yaoi, escuchando música y molestar a Narayan le pasaba ya cuenta. Se rasco el vientre, mientras miraba el techo y se levanto de golpe, sintiendo de nuevo ese mareo que le ocasiono el que se sujetara de la pared para no seguir sintiendo el mundo moverse.

-¿Traes algo de comer? No desayune, creo que ya gaste toda la glucosa de mi cuerpo y el agua de paso. Lo que sea, hasta esa comida hindú rara que te envían, como las papas fritas con curry, a no, esas eran japonesas…bueno, lo que sea, seguro traes comida.

Se sonrió, sacando un cigarrillo de su mochila, no podía evitarlo, tenía que fumar, porque si no querría besarse con Narayan y seguro lo mandaría al diablo, lo que significaba tener que ir con dolor de cabeza y mareos a la cafetería en busca de comida en lugar de que Narayan le diera la comida. Abrió la ventana para que el otro no lloriqueara de que dejara el dojo y el salón de esgrima de paso, apestando a cigarro. Se rasco la cabeza, quitándose el paliacate, mandándole junto al resto de su armadura, fumando en silencio.

Le miró con los ojos entrecerrados… hablando de niños malcriados y descuidados; desde que había llegado siempre había estado cuidando que el menor no se quedara sin comer porque si no se desmayaba en medio de un entrenamiento y solo hacía que los menores se asustaran porque algo le pasó al “sempai”. Dejó las espadas bien acomodadas antes de ir por su mochila, sacando de ella una pequeña lonchera que siempre llevaba para casos de emergencias, ósea para ése tonto.

-Si sigues fumando te pondrás peor –le quitó el cigarrillo lanzándolo afuera del taller

Abrió la lonchera sacando dos cajitas de jugo de manzana, una botella de agua de 500ml, un pequeño topper que le había encargado a la cocinera que lo preparara como un bento: Arroz, un poco de carne, verduras y otras cosas; también tenía un topper con fruta dulce. Destapó el bento para dejárselo en las manos.

-Cómelo todo, no quiero que dejes nada como siempre

Y antes que reclamara tomó un pedacito de manzana entre sus labios para acercarlo a los del otro, era mejor incitarlo a comer, pero en cuanto le quitó el pedacito de manzana se hizo a un lado, tocando sus labios al sentir un leve escozor por su alergia a las manzanas, aunque le daba algo de risa tener que hacer eso para que el otro comiera ¿no se había dicho que solo eran amigos? Se talló los ojos tumbándose en la duela, cerrando los ojos y sintiendo los rayos de sol pegando un poco en su piel… extrañaba su casa, el dejarse abrazar por los brazos del descanso bajo los frondoso árboles, los frescos jardines y el cantico de los pavorreales.

-Algún día te invitaré a mi casa –murmuró- Es hermosa… las habitaciones amplias y seguramente te la pasaras como niño pequeño curioseando todo. Mi familia conserva muchas cosas antiguas de muchos lugares del mundo en diferentes habitaciones.

-Es como un museo entonces, aunque creo que te dejaría huérfano, sabes cuánto me desagradan tus padres por meterte esas ideas raras en la cabeza de que está bien dejarse manipular porque es cosa de familia, como lo de tu matrimonio, entre otras cosas

Miro el bento y solo le sonrió en agradecimiento antes de comenzar a comer, suspirando mientras miraba la ventana. Le agradaba la compañía del mayor, la amaba ya que eran tan distintos y eso hacia que discutieran a cada segundo y al mismo tiempo que esa tensión sexual entre ellos fuera tan fuerte. Acaricio la mejilla de su amigo tras de terminar la comida, solo observándole en silencio, Narayan seguido se quejaba de que se quedaba horas mirándole sentado en su cama, acariciándole el cabello. Pero, le encantaba la tranquilidad que tenia reflejada en la cara casi siempre el moreno, no como él, que seguido era despertado por pesadillas o que completamente no podía conciliar el sueño. Se acerco para besar sus labios, solo un pequeño beso como el de dos niños, separándose casi de inmediato para levantarse e ir a lavar el trasto en las duchas del vestidor.

-Y no fumar es lo que me pone peor, Narayan. Tengo que fumar o si no me pongo ansioso, lo sabes bien.

Regreso junto al mayor con el plato ya limpio, guardándoselo de vuelta en su mochila y dejarse caer sentado a su lado. Le abrió la yukata para poder ver el ombligo del otro, acariciando alrededor y sonrió complacido al ver que iba bien la cicatrización del otro. Se acostó boca abajo, usando sus brazos como almohadas, dejándose relajar por los rayos del sol.

-Debes moverlo o si no capaz y el arete se te pega con la piel y será mas doloroso el quitártelo

Le miró en silencio en momentos que el otro estaba más ocupado en su comida que en mirar a él, empezaba a ver a Marius de una forma diferente a como lo hacía, en ocasiones era un adulto pero la mayor parte del tiempo era un mocoso que hablaba demasiado, aunque era divertido escucharlo renegar de su suerte. Tomó aire con fuerza cuando el otro se fue a lavar el traste ¿estaba consciente de todo el mal que le hacía? Todo su aroma, su presencia ¡Todo! Le hacía dudar de si era buena idea volver a su hogar después de la escuela o si era mejor correr de allí también y rogar por que lo dejaran estudiar en la India o volver a Londres.

-o-¡oye! Marius! –soltó cuando le abrió la yukata, gruñendo un poco cuando le tocó el ombligo; aun le dolía un poco, pero no se lo iba a decir a ése tarado que solía burlarse de él o de cualquiera que le pasara enfrente

Aun se sentía avergonzado por lo de la noche anterior, como siempre lo hacía; y más porque algunas marcas aun no se le quitaban, pero su amigo no tenían ni idea de lo bien que se sentían sus manos sobre su cuerpo. Le miró echado en la duela… se pasó las manos por el cabello para tranquilizar sus pensamientos. Se acercó al menor, besándole la nuca… acariciando su espalda, y bajando su mano por los costados con una suave sonrisa; siempre lo había dicho tenía un cuerpo tan hermoso y bien formado que le hacía desearlo hasta el último centímetro de su existencia.

Terminó recostado sobre Marius, silencioso… la mezcla del cigarro que nunca se despegaba de su ropa, la menta y el lavaropa… le hacía recordar como en ocasiones llegaba a quedarse dormido en su cama cuando el idiota se iba de fiesta y ni una nota le dejaba.

-… -intento decir algo, pero simplemente se lo guardó para ponerse de pie y recoger las armaduras ¿porqué siempre hacía eso? Quería decir algo, sus labios se iban a mover cuando les sentía acalambrados y mejor se daba la vuelta…

-No hagas eso, no de nuevo, ya lo habíamos superado

…No le agradaba darse cuenta de que quería decir algo y jamás se lo decía. Quería escucharlo, muchas veces hablaba solo para que Narayan le acallara, que le dijera que ya basta y entonces se sentía bien. Si, era un niño, aunque sus padres le amaban y le daban todo, siempre había sentido un vacio que nadie había podido llenar…Hasta que Narayan llego y le empezó a cambiar su modo de ver las cosas. Se levanto, quitándole de las manos las armaduras para sujetarle por la espalda, bajándole la yukata para que quedaran en igual condiciones. No hablo, solo disfruto en silencio de ese cuerpo, de sus brazos, su abdomen marcado, su vientre, su pecho y subir hasta su rostro. Beso su cuello y hombros, arrastrando sus labios por su cuello y le giro para verlo a los ojos, tomándolo de las mejillas para besarle en silencio. Disfruto de sus labios, de su lengua que jugueteo contra la suya y lamio su paladar, tomándole de las manos.

-Aquí, conmigo, solo eres tú, no estás casado, ¿recuerdas? Anoche fue grandioso para los dos, no lo niegues. No solo el hacerlo de esa forma, pasar la noche dormido contigo a lado fue rico. Tomemos un baño, no pienses, solo somos tu y yo desnudos bajo el agua.

Le jalo rumbo a estas, no lo dejaría pensar que como había dicho, Narayan pensaba tanto que se perdía de cosas por pensarlas más de lo necesario. Se quito la ropa, como sus manos se deslizaron por las agujetas de la ropa de Narayan, desnudándole por igual. Le abrazo contra su cuerpo, solo quedándose ahí los dos completamente desnudos, nadie miraría ni molestaría por ahora. Lo beso en los labios, empujándole entre estos hasta las regaderas, abriéndole para meterse y jalar al mayor consigo, tomándole de los hombros por la espalda, cerrando los ojos para dejarse disfrutar del agua y la sensación del cuerpo del mayor contra de sí.

-¿Lo ves? Se siente bien

Apretó los dientes, tensando la mandíbula, levantó la cabeza hacía el chorro de agua y de verdad deseo muchas cosas, lo hizo en silencio y luego se juró muchas más. Se dio la vuelta soltándose del otro, quedando contra los azulejos de las duchas, extendiendo sus brazos al cuello del mayor para atraerlo a su cuerpo. Le sujetó de las mejillas para besarle en los labios, jugar con sus lenguas hasta que sintió que no tenía aliento.

Movió de nuevo los labios frente a los ojos de Marius, de verdad quería decirle muchas cosas, pero no le salía la voz, y luego sólo bajaba la cabeza tan frustrado. Tal vez… por eso nunca podría ser algo con el menor, porque ni siquiera su cuerpo le obedecía cuando quería formas una simple oración. Llevó la mano del rumano hacía el arete que le había hecho soltando un leve quejido para volver a buscar sus labios con hambre y deseo.

Terminó arrodillado besándole los muslos, hasta llegar a la entrepierna, mordiendo despacio el escroto. Atrapó con una de sus manos el miembro flácido para comenzar a masturbarlo, ayudándose bien del agua que caía por sus cuerpos.

-Hagámoslo… -dijo sencillo al levantar su mirada a Marius.

Sacó la lengua para lamer despacio la base, subiendo a la punta la cual mordió un despacio, sólo para provocarlo y succionarle con fuerza; algo suave, luego fuerte, bien humectado por su saliva. Le metió a su boca completo hasta sentir la punta en la garganta sacándole un poco atragantado pero sin detener su mete saca.

No dijo nada, tan solo se recargo en la pared, llevando una de sus manos hacia el cabello blanco del mayor, acariciándole esas hebras mojadas. Levanto la cabeza hacia el chorro de agua caliente, sintiendo como se iba endureciendo en esa boca que le succionaba entero y le entregaba esas ondas de placer que recorrían su cuerpo entero, dejándose jadear suavemente. El eco del baño vacio hacia más presente su respiración agitándose, como el succionar, el mete y saca que hacia Narayan con su miembro. Cuando sintió del todo erecto su pene lo separo de su cuerpo, agachándose para meter sus piernas entre las de Narayan, quedando sentado uno frente al otro con sus caderas y entrepiernas tocándose. Beso sus labios, jugando con sus lenguas fuera de sus labios, entrecerrando los ojos y llevo su mano hacia el miembro de Nara, masturbándole suavecito para que se erectara como el suyo.

-¿Algún día podrás decírmelo? Quiero saber qué es lo que quieres decirme de una buena vez.

Llevo sus manos hasta las nalgas de Narayan con tal de levantarse y llevárselo cargado, no pesaba, o al menos para él nunca le había costado cargarle cuando le molestaba o entrenaba y acababa haciéndole renegar. Le dejo sobre el tatami del salón de entrenamiento, sonriéndole la ver su cuerpo desnudo brillando gracias a las gotas de agua que brillaban por los rayos de sol que pegaban contra ellas. Bajo a lamer estas, aquellas que se deslizaban juguetonas entre sus muslos, su pecho y dejo por ultimo su pene. Lo tomo, metiéndoselo entero a la boca, disfrutando del sabor del otro, tocando su ano que estaba dilatado aun poco todavía tras de su noche juntos. Lo saco de su boca, regresando a besarse con el hindú, frotando sus cuerpos uno contra el otro. Seguro que si alguien lograba abrir la puerta y los hallaba ahí desnudos sobre el tatami se infartaba..O se quedaban a ver al capitán y al campeón de kendo casi haciéndolo o haciéndolo ya. Beso su cuello, mordisqueando y chupando hasta dejarle un enorme morado en este, sin parar de frotar sus cuerpos desnudos, calientes y húmedos. Le sonrió de lado, pasando sus brazos bajo de los del mayor para poderle abrazar contra de si, con ambos aun tendidos en el tatami.

-Me encantas, idiota…

-No digas tonterías… -soltó por inercia

Se contrajo por algunos momentos entre sus brazos, sin mirarlo demasiado, solo sintiéndose un poco mal, odiaba pensar demasiado era tan tedioso y pretensioso que lo hacía sentirse hipócrita e idiota, de verdad que no se entendía. Puso las manos sobre el pecho del otro como queriéndolo quitarlo de encima pero sin encontrar las fuerzas para hacerlo; últimamente se daba cuenta que sus ganas de luchar se desvanecían contra las ganas de que sus brazos lo protegieran. ¿Era algún tipo de puta que sin importar las cosas se abriría de piernas para ese tonto? Al final terminó de luchar contra sí mismo para sujetar con fuerza a Marius y tumbarlo a la duela.

Jadeo buscando el aire suficiente, no iban a ir a ningún lado si seguían así. Se levantó para tomar las cuerdas que había en el adorno del soporte de las espadas de esgrima, y los cordones de sus armaduras para ponérselas frente al rumano. Se volvió a poner frente a él, besándole en los labios antes de ponerse por su propia cuenta una mordaza; si no podía decir lo que quería y sólo estaba dispuesto a soltar palabras hirientes que no quería decir, era mejor no decir absolutamente nada, además eso ayudaría que algún chismoso les escuchara.

Terminó recostándose en el suelo, abriendo las piernas para el otro, enredando una de esas cuerdas en sus muñecas sin atarlas, pero bien daba el entendimiento de lo que quería, no se estaba forzando, pero su forzaría a su cuerpo a que lo dejara en paz contra su cabeza sobrepoblada de ideas: Siempre era su Yo contra todo lo demás y esta vez estaba muy dispuesto a recibir al menor en su cuerpo… quería ser todo para él aunque solo fuera en la cama y en ése colegio.

-Nunca pensé en verte pidiéndome que te ate, pero creo que tu también sabes que necesitas aprender a dejar de pensar tanto y disfrutar las cosas. Ya te lo dije, no siempre es bueno el analizar cada cosa y pensar…La cabeza en el sexo solo sirve para pensar como sería bueno satisfacer a tu amante, solo para eso..

Le sonrió de medio lado, acercándose para atarle las manos contra el tubo de calefacción que estaba cercas de ellos, de sus piernas, le gustaba como se tomaba con ellas de su cadera y cintura cuando lo hacían, así que se las dejaría libres. De la mordaza se la quito, al menos por ahora quería disfrutar de sus labios un poco más, ya estaba acostumbrado a sus insultos. Sabía que casi siempre solamente era miedo o su cerebro que parecía querer funcionar antes que el resto de su cuerpo. Lamio su ombligo, jalándole muy suave con los dientes el arete que el mismo le había hecho, un poco de dolor solamente. Le saco la lengua para ir por su mochila y sacar un botecito de chocolate en pasta que había comprado en el sector comercial, chocolate belga según sabia. Lo que le gustaba de este es que no se chorreaba como el liquido que luego hacia un asco el piso y no era tan duro como el chocolate macizo. Era como una pastita, suave y amarga al ser chocolate negro.

-Cuando lo vi me acorde de ti, es obscuro como el tono de tu piel, pero aunque es chocolate es muy amargo, tal como tu carácter..Ahh y es muy raro hallarle, como es caro. N deje de pensar en untártelo y lamer tu cuerpo entero, así que lo hare ahora que estas dispuesto a disfrutar…Y compre mas regalos que compre solamente para ti

Abrió el botecito para tomar un poco con el dedo, untándoselo en los labios al mayor, metiéndole este en su lengua, acariciándosela de paso. Pronto estuvo llenando sus pezones, su cuello, sus mejillas, su vientre, sus muslos y por ultimo metió el pene erecto de Narayan en el botecito para llenarle entero, adema seguro sentiría rico al meterlo en esa sustancia suave. Tiro el botecito por a ventana, agachándose para lamer el chocolate en su cuello, muy despacio, saboreado el picante sabor del cuerpo de Narayan mesclado con el chocolate

Sintió ganas de patearle cuando jaló su arete, dolía!... aunque fuera un jalón despacito pero los primeros tres días eran insoportables. Jadeo despacio cuando le metió los dedos a su boca, les lamió con glotonería… debía admitir que esa cosa sabía muy bien, aun para él que se empalagaba con facilidad. Cerró los ojos sintiéndose estremecer por como acariciaba su cuerpo como si nada, untando el chocolate que no tenía la consistencia de los líquidos, aunque olía tan delicioso que no se negaba para nada en sentirlo sobre su piel. Que decir cuando el menor empezó a quitárselo de encima, esa boca que sabía cómo volverlo loco.

Le miró con los entrecerrados como seguía vertiginosamente el camino que él mismo había marcado, tragó saliva sintiéndose acalorado con las mejillas inyectándose de sangre para tomar el tono sonrojado de cada que hacían algo así. Su miembro chocaba levemente contra la piel de Marius cuando se movía para lamer algo más de su cuerpo.

Era difícil describir todo lo que le estaba provocando el estar allí; Atado, con el aroma del afrodisiaco que era el chocolate y seguramente a ese tonto lo prendería más con todas la serotonina que seguro iba a liberar y con la probada que había consumido Narayan seguro sería igual. El sonido de sus respiraciones, como la forma en que sus muñecas luchaban inconscientemente para detenerlo… o quizás darle la vuelta a ese juego, pero no le iba a dar el gusto a su mente de meter orden a todo lo que le estaba pasando.

Tiró la cabeza hacia atrás jadeando cuando aquella boca se acercaba a su miembro más que erecto… se sentía demasiado excitado y por lo tanto: Duro.

-… d-deja… de jugar con migo… -gimió ladeando la cabeza

-Lo disfrutas, no lo niegues, estas tan excitado como yo de que estemos haciendo esto. Solamente disfrútalo y ya, Narayan o de verdad te cerrare la boca

A cómo veía sería mejor darle algo para que se relajara, si no seguiría con su cerebro conectado...Lo mejor, ayudarlo a que esa cosa se apagara y lo dejara disfrutar de lo que hacían. Se levanto en busca de algo en su mochila, sonriéndose al hallar una cajita roja. Se la puso en la punta de la lengua para besar al mayor, obligándolo a tragarle, quedándose jugueteando con su lengua y labios que aún conservaban el sabor del chocolate que le había embarrado. Se tomo una pastilla el también en seco, bajando a lamer al chocolate en el miembro del mayor, la pastilla tardaría un poco en entrar en el sistema del mayor, lo mejor era entretenerle mientras esta le hacia el favor de dejarle disfrutar de un buen sexo sin pensar mucho.

-2C-B, es una droga muy famosa últimamente, la usan mucho en Alemania, ya sabes que los alemanes son los mejores en eso de las drogas, música tecno y demás. Te ayudara a relajarte, a sentirte bien contigo..Además que es un afrodisiaco, así que lo disfrutaras bastante, cielito… Bueno, con la dosis que te di, que con una dosis mas alta es alucinógeno, es lo que me tome el otro día que me hallaste ido viendo el techo…Pero ya te dije, a ti ya mi ahora solo nos servirá para poder follar más rico y que tu maldito cerebro se apague de una jodida vez, que me pone de muy mal humor que no te deje disfrutar

Se fue esta vez directo a lamer sus muslos suaves hasta dejarlos completamente limpios de chocolate y de ahí se paso a su pene. Solo para molestarle le lamio la puntita roja que brillaba tras de soltar bastante liquido preseminal…Ya quería verlo cuando la droga le pusiera mas, seria divertido verlo dejándose por sus instintos básicos y no por el lado racional. Metió entero su erección a su boca, sacándole y metiéndolo, jugueteando con su lengua alrededor de este, haciéndole hacia arriba sus testículos que sentía muy cargados

Hizo el esfuerzo para no tomarse esa cosa, no le gustaba que le diera drogas sintéticas; podía soportar el fumar hachís, marihuana y hasta los hongos… claro no podía hacerlo mucho por sus alergias, pero igual le parecía mejor que darle esas cosas que lo ponían peor que a Marius por no consumirlas como él otro; que no lo había mucho porque sabía que le molestaba pero si más que él. A pesar de sus reclamos callados por el extraño beso, lo tragó, mirándole casi con reproche a la vez que le daba empujones con sus piernas.

-Más te vale que esta mierda no me ponga tan mal como la de la última vez –Se tensó con delicia cuando sintió la boca del otro en su miembro.

Era muy sensible, no sabía porqué pero lo era, a veces un simple arrinconamiento y sentir el cuerpo de alguien encima de él, le hacían sentirse terriblemente nervioso y… bien. Luchó un poco con las ataduras de sus manos, pero mientras más sentía esa cálida lengua sobre su erección se turbaba más y más, como empezaba a sentir un calor insoportable en su entrepierna… más bien por todo su cuerpo que se iba expandiendo y no podía controlar… lo iba a matar… pero en ése momento no.

-..ma..marius… -soltó cerrando los ojos y abriendo su boca para poder respirar mejor, sentía que el oxigeno de la pura respiración no le era suficiente.

Cada vez esas cosas las hacían para actuar más rápido. Sin pensarlo dobló las piernas y les abrió para dejarle aun más espacio a ése tonto que lo estaba volviendo loco con su boca. Su piel morena brillaba por la saliva y el sudor que empezaba a perlar su piel. Terminó rendido con la cabeza pegada al piso y su cuerpo contoneándose como una serpiente a la vez que decía cosas en su lengua madre mezcladas con jadeos y gemidos.

-ah…t.te necesito marius!... –soltó por fin en un idioma entendible para ambos- … me quemo…por favor… me-métemela…