Entrando apenas

Como era habitual en el, el italiano menor salio a dar su paseo diario por el jardin. Amaba el viento que corria por ahy, lo relajaba y quitaba todas sus preocupaciones. Pero algo inusual paso cuando salio. Un muchacho de pelo negro y piel un poco mas oscura que la suya se le aserco. Tenia consigo una maleta y parecia desorientado. "Un estudiante nuevo?" Penso un momento, pero se encogio de hombros despues de un momento.

-Hola!- Dijo saludando euforicamente al nuevo estudiante y abrazandolo sin poder evitarlo. -Bienvenido seas! Yo soy Feliciano y tu como te llamas? De donde vienes? Eres nuevo? Quieres que te enseñe las habitaciones?- Dijo hablando tan rapido que a penas si se entendia lo que decia.

Salvador se sorprendió un poco ante la efusiva reacción del chico y se puso un poco más nervioso, no era bueno interactuando con la gente, o bueno, no sabía muy bien como comportarse, optó por imitarlo, no quería ofenderlo. Recordó que todos eran de paises diferentes, así que probablemente esa fuera la forma de saludar en su país, bajó las maletas y devolvió el abrazo.´

-Hola -dijo y procedió a hablar en el mismo orden que el otro- Muchas gracias, me llamo José Salvador Hernández Rodríguez, vengo de El Salvador, si, soy nuevo ¿y vos?, te agradecería mucho si lo hicieras, creo que estoy perdido -respondió hablando un poco rápido, aunque no tanto como Feliciano

[los salvadoreños tenemos fama de hablar rápido, para mi hablamos normal, jeje]

Era nuevo, parecia timido, parecia pequeño y totalmente desconcertado de donde estaba... Probablemnte se llevarian bien. Se separo de Salvador llevandose la mano al menton para pensar. -Mhhh las habitaciones estan... por... ahy!- Dijo apuntando en la direccion del edificio de donde se encontraban las habitaciones masculinas. Claro que al darte cuenta que tardo demaciado en recordar donde el mismo estaba quedandose, le hace a cualqueira darse cuenta que no era el pez mas lucido del estanque...

-Que habitacion tienes? La mia es la 14, por si nesesitas algo- Dijo sonriendo y tomando la maleta del recien llegado como un acto de cortecia. -Eres de El Salvador? Nunca he ido, como es vivir ahy?- Pregunto comenzando a caminar hacia donde habia dicho que estaban nos cuartos, esperando a que Salvador lo siguiera.

Salvador se le quedó mirando al chico detenidamente, se tardó un poco en decir donde estaban las habitaciones, sonrió de lado, al parecer era demasiado desorientado o también nuevo...

-Está bien, vamos, yo tengo la número 17 y muchas gracias, creo que por el momento solo quiero dejar mis cosas... -mira a Feli tomar una de sus maletas y toma la otra- Si, soy de El Salvador, el país más pequeño de América continental -sonríe- pues... no se, me parece que se lleva una vida tranquila -contesta tomando un poco más de confianza- aunque también hay mucha delincuencia y demas cosas... bueno, es un país muy pequeño, se recorre diagonalmente en unas 5 horas, tecnicamente -lo sigue- ¿Y vos de donde sos?

-Yo? Yo vengo de Italia, tu sabes... el vino, la pasta~- Acentuando el final de la oracion. -Pero sabes? Tu pais suena lindo, a pesar de ser pequeño. Bueno, no dicen que las cosas buenas bienen en paquetes pequeños por nada, no?- Sonrio, siguiendo su camino hacia las habitaciones. No parecia haber mucha gente en el jardin ese dia, lo que era raro conciderando que estaba muy agradable, habia sol pero no estaba caluroso al punto de molestar. Pero no era malo, le daba la oportunidad de conocer al nuevo estudiante con tranquilidad y sin molestias externas. Feliciano no era muy bueno socializando pero por alguna razon presentia que se llevaria bien con el nuevo Latino del instituto.

-De todas maneras- continuo derrepente el italiano -Espero te guste el instituto, son todos muy agradables, incluso los profesores... aveces- Murmuro el 'aveces' llevandose una mano a la cabeza y recordando a su adorado profesor de Historia que le habia dado una interesantemente dura clase unos dias antes.

-Los profesor son estricto, pero son muy amables. Al único al que verdaderamente no me gusta ni mencionar es al Subdirector- Comento sintiendo un largo y para nada grato escalofrío recorriendo su espalda de la nuca hacia abajo. La expresión del rubio apareció en su mente y lo hizo detenerse un segundo. -Espero por tu propio bien que no tengas la desgracia de conocerlo en circunstancias no gratas-
cont
Intentando no recordar mas eventos espeluznantes, continuo su camino hacia los cuartos. -Pero veras que aquí te adaptas. Hay personas de todos tipos, colores y tamaños, seguro haces amigos en muy poco tiempo- Era optimista en ese sentido. A el también le había costado mucho hacer amigos antes de ingresar a al instituto, pero cuando llego, todos fueron muy amigables con el, aunque podría ser también por que era el más pequeño del tercer grado.. ¿Quién sabe?

Solo el tiempo diría si el salvadoreño encajaría o no aquí.