¿Y ahora qué? [Mei Mei]

Llegó lo más temprano que pudo, a tal punto, que la cafetería estaba completamente vacía. Y es que aquella chica procediente de Taiwan se había quedado con sus apuntes, los mismos que hoy debía utilizar en la mañana para la clase correspondiente. Por suerte, lo que había alcanzado a estudiar lo tenía bastante claro, pero aún así, desvarió un poco.

Suspiró, a la vez que movía aburrido uno de sus pies. Se había quedado pensando por un instante las palabras que le habían dicho. ¿Liberar su ñoño interno? Con los métodos que ocupaba, de seguro lo lograría. Y es que a pesar de todo, la chica tenía un brillo especial, que le hacía diferente completamente del resto. Tantas cosas parecidas se había quedado pensando, que de repente, comenzó a caer dormido sentado (incluyendo el hecho de que ayer se desveló un poco por un juego), a medida que la cafetería se iba llenando poco a poco.

Spoiler:

Menos mal se había tomado la libreta de apuntes con una excusa bastante extraña pero a la vez simpática. Su motivo verdadero era el que había plagiado de manera descarada los apuntes y materia del japonés sin tapujo alguno. Nunca tuvo planificado hacer eso, aunque al ver la caligrafía tan perfecta y ordenamiento de las ideas no podía y no debía dejar pasar la oportunidad de tener algo bueno con que estudiar.
Llegó a la cafetería temprano, detestaba ser impuntual. Miró a las mesas vacías y saludó al chico que había conocido ayer en la biblioteca. Sintió una felicidad inmediata de saber que la estaba esperando -¿A ella o a la libreta de apuntes?- Daba igual.
Se acercó y agachó levemente la cabeza, después de todo podía compartir esa costumbre oriental que muchas veces echaba de menos.
-Buenas tardes, Honda-san ¿Como estas?- Dijo amigablemente.

Su cabeza caía poco a poco por el sueño, cuando de repente, sintió la voz de quien estaba esperando. Rápidamente despertó, enderezando su cuerpo al instante, a la vez que sonreía amablemente, aún medio adormilado.

- Buenas tardes Me... Wang-san -por un momento pensó llamarla por su nombre, después de todo, la chica se había portado bastante efusiva el día anterior, y se había acostumbrado con los demás. Pero al verla esta vez un poco más calmada, e inclinar su cabeza, volvió a las tradiciones de antaño, realizando la misma acción que ella- Veo que has llegado temprano hoy~ Y bueno, creo que me estaba quedando dormido -respondió a la pregunta, a la vez que reía bajo, y de forma tímida- ¿Y tú? ¿Cómo te fue con mis apuntes? -la miró directamente, esperando que los hubiera traído, para así sentirse aunque sea más calmado