Recompenza

Estaba dudando, había estado con impaciencia desde hacia días, aunque desconocía completamente su origen. No había podido concentrarse ni en sus entrenamientos ni en sus estudios tanto como el hubiese querido, pero ya no era esto lo que mas le preocupaba ahora, sino el hecho de que estaba llegando tarde a encontrarse con Armonia, a quien le había prometido llevarla de paseo el día anterior. Se había atrasado por que no lograba, por tercera vez ese día, encontrar su billetera. Nunca entendió realmente por que, tenia tendencia a desaparecer...

Acomodándose el cuello de la campera que llevaba llego con unos buenos 15 minutos de retraso, que para el eran una eternidad. Recorrió varias veces el lugar, pero no la vio por ninguna parte. Suspiro, se había ido con toda seguridad.

-Llegar tarde no es de caballeros...- Murmuro pateando una pendrita que tenia delante -Si cuando la vea esta enfadada conmigo te encadenare a mi pierna, lo prometo..- Mirando con odio su billetera.

Tomo asiento bajo un gran árbol y se quedo admirando el cielo. Estaba a penas nublado, no estaba ni muy caluroso ni muy frío, las aves cantaban, un resplandor agradable a la vista emanaba del sol a medio cubrir. Un día perfecto... arruinado...

Estaba agotada de tanto correr para poder llegar, que al recordar que tenía una cita y que hasta se había amarrado una cita en el dedo para no olvidarse,se le olvido cuando estaba comiendo en la cafetería.
-No puedo ser más estúpida!, al llegar a la zona destinada no podía hacer nada más que mirar para ver si encontraba a Elío - Si se fue, te juro que me como mi bufanda!. Buscando encontró al joven el cual estaba con una cara y una expresión que no puso evitar sacarle una risa interior,pero una acción inesperada la saco de su risa, cuando vio que comenzó a regañar a su billetera. Eso fue raro, sin dudar se acerco al joven para cambiarle esa expresión preocupación.- ¡Pe-perdón por el retraso!, dijo sin un inevitable sonrojo. - De verdad, mil perdones, estaba...-Avergonzada-Co-comiendo~. Sin más que decir solo atino a mirarlo y poner una cara de perrito - ¿No es-estas molesto?, a travéz de su expresión se podía notar un deje de preocupación.No podía entender muy bien la cara del joven debido a que quizás lo descubrió peleando con su billetera y que el estaba pensando 'Soy un loco'. Sin embargo no pudo evitar reírse por la expresión del joven, ya que era bastante entretenida -Riendo- E-Elío, ¡Cambia esa cara! -Risa-. Esperaba que el joven pasara un agradable rato con ella y que el se sintiese cómodo.

Este día ojala salga como todo lo planeado.

Se incorporo rápidamente al verla llegar, enseguida acomodando su campera y camisa liberándolas de imperfecciones o arrugas que pudiese haber en ella por haberse sentado. Sus preocupaciones se dispersaron. Sonrió al ver que el no había sido el único en llegar un poco tarde... a lo que se pregunto luego si le habría escuchado discutir con su billetera. Llevándose la mano izquierda tras la cabeza en señal de vergüenza.

-No te preocupes, no estoy para nada molesto, a decir verdad yo acabo de llegar- Riendo nerviosamente ante su propio comentario. -Pensé que te habrías ido y me estaba comenzando a preocupar- Admitió sinceramente.

Dio luego unos pasos hacia ella sonriendo sinceramente hasta quedar a solo uno metro o menos. A pesar de que en ese momento se sentía algo inseguro, comentó -Te ves muy linda- con su habitual cordialidad. El aura de inocencia que la rodeaba era algo que llamaba mucho su atención, algo que verdaderamente nunca había visto con tanta curiosidad, y le parecía muy interesante... Extendió su mano luego hacia donde ella se encontraba mirándola al rostro -Vamos ya, Armonia?-

Al ver la reacción del joven no se preocupo, ya que estaba bastante alegre y era muy preocupado por su imagen personal.De alguna forma le alegraba estar con el y le producía una extraña sensación de felicidad hablar con él. Le alegraba en cierta forma que el estubiese preocupado por ella, eso lo volvia bastante dulce.Jamás le habian dicho un cumplido tan lindo como el que le dijo el eso no pudo evitar hacerla sonrojar.
-P-pues claro! ¡Vamos!-Dijo pasandole la mano-. Se preguntaba a donde la llevaría, o los gustos que el tenía para salir de compras o comer. En realidad, él era misterioso y eso le llamaba la atención. - Hoy esta muy movido el ambiente ¿No?-Sonrisa-. Noto que llevaba algo en la chaqueta, como una rama y se la saco con delicadeza.Al ver la mirada del Hungrío mirandola, le costó emitir palabras para explicar su acción reciente.
-E-este...Tenias una ramita en el hombro, y la saque -Sonriendo averngonzada-.

No podía evitar sonrojarce, ya que se consideraba una persona torpe y no le costaba pensar que sus acciones podían ser mal interpretadas por él.
-¿A-adonde Vamos, Elío-san? -Voteo un poco la mirada para evitar ser vista por su sonrojo.-. Este Día podía ser el más espantoso, si no salía bien.

-Bueno, a decir verdad tenia idea de invitarte a comer, o a tomar un helado, pero no se donde estarán esas cosas por aqui- Admitió. Nunca había ido a esta zona del campus, a pesar que este ya era su segundo año en el instituto. Le habían dicho el año anterior de una heladería con muros verdes y un pequeño restaurante con muros amarillos blancuzcos, pero al parecer, este año, todo había sido remodelado, ya que hasta habían nuevos árboles y no supo ubicarse correctamente. Tomando a la representante de Moscú de la mano, la llevo caminando por el camino entre medio de los pequeños comercios.

En el ambiente se escuchaba una leve melodía instrumental que probablemente provenía de alguno de los locales. Ni muy fuerte ni muy débil. Era simplemente perfecta y le daba el toque de oro al ya muy agradable día. Era a penas pasado mediodía, no hacia un calor aturdidor, pero estaba templado.

Pero si estaba templado, por que tenia tanto calor? Se sentía un poco acalorado demás. Su campera no era demasiado abrigada, y debajo de esta, tenia nada mas que su querida camisa celeste la que combinaba con la flor en su cabello. Sentía sin embargo que un calor, no exactamente desagradable por el cuerpo. Tomo un profundo respiro para quitarse esa rara sensación del cuerpo y volteo a uno de los comercios justo donde vio varias curiosidades de distintos países. Desde ropa hasta pequeños artículos como juguetes y decoraciones, y hasta podían apreciarse algunos libros viejos pero que aparentaban estar bien conservados. -Que curioso...- murmuro inconscientemente acercándose a la tienda y levantando de una mesita una Матрёшка, observándola sin entender que era exactamente.

Quedo sorprendida al ver aquella hermosa tienda de curiosidad, no recordaba a verla visto antes o a ver pasado por hay. Era bastante hermosa, llena de extraños objetos de variados países, quien pensaría que buscando una tienda de helados se podía encontrar una tienda de curiosidades. Un movimiento extraño de Elío, la saco de su trance de observación y más aun cuando lo que sostenía en sus manos era mucho más curioso, se acerco a decirle tomando con delicadeza la muñeca de porcelana pasando a rosar las manos de Elío.
-Es una Матрёшка, una muñeca rusa...Es tan raro encontrar una aquí.-Dejo mostrar una sonrisa muy dulce-. Enseguida acaricio con delicadeza los pliegues de la muñeca y la abrió por la mitad.

-Es tu turno, el que encuentre la pepita de oro, puede pedir un deseo, dice el refrán -Comenzando a recitar cantando- "La Matrioska, guarda secretos, secretos te guarda a no ser que nunca la abras" -Al final de esto miro a Elío con un sonrisa y se la entrego-
Por alguna razón le traía tristeza ver una Matrioska, un objeto de su tierra natal....Adoraba más que nada en el mundo su país, pero recordar que alguna vez sufrió por el y perdió por el a su hermano más querido...

Sentía que podía matar hasta al mismo diablo.

El calor en el se incrementaba progresiva y casi imperseptiblemente. Intento por varios medios convencerse a si mismo que eran solo ideas suyas, que ese calor no era mas que eso.. calor. Solo demasiado abrigo... si claro!

Tomó la muñeca entre sus dedos y la observo otro poco mientras veía que como la anterior, esta también podría abrirse a la mitad. Parecía ser de porcelana, aunque en un primer momento no lo notó, ahora que la analizaba mejor era bastante obvio. -Entonces, esto es ruso?- Carcajeo -Probablemente haya sido por eso que me llamo la atención. Es curiosa, bonita y misteriosa~ Murmuro, mentalmente dándole un doble sentido.

Vio luego en ella una sonrisa que podía verse ocultaba tristeza, por lo que su rostro mostró suma preocupación. Miro la muñeca en sus manos, la abrió delicadamente apoyando la parte superior de esta sobre la mesa donde la había encontrado. Se estiró tomando la mano derecha de Armonia y dándole la muñeca de tal manera que esta quedó segura por un momento entre sus entrelazadas manos. Alejo su mano de la ajena y esta hizo su camino hasta el mentón de la muchacha y haciéndole alzar la mirada hasta que tener contacto con la propia. -No entristezcas... piensa que si llegas al final y pides un deseo, este podría cumplirse- Dijo liberando su cara y retrocediendo, no solo para ver su reacción, sino mas bien para darle espacio, ya que habían quedado muy serca el uno del otro por unos segundos y no queria incomodarla ni darle una mala impreción.

Y claro que no lo admitiria, pero estar tan sercade ella por esos pocos segundos le habia, no incomodado, sino todo lo contrario...

Se había quedado sin palabras cuando el pronuncio "curiosa, bonita y misteriosa", por alguna razón le pareció doble sentido,No, aquello era estúpido, debía ser la mente que le estaba fallando ya con la calor que hacía.
Para empeorar su situación él le tomo el mentón,cosa que la hizo sonrojar a muchos extremos, hasta que al fin pudo modular palabra alguna.
-N-no estoy...t-triste...Es solo que ver,un objeto así, me trae recuerdos. Solo atino a sonreír muy alegremente ante la expresión sonrojada del joven.Acto seguido no hallo más que tomar la Matrioska entre sus manos y abrirla para sacar una más pequeña.
- Si la encontrara, te daría la pepita...Quisiera que tú pidieras un deseo por mí ¿Te parece?. Le entrego la Matrioska en las manos rozando con cuidado los pliegues de esta y las manos de Elío.
-Es tú turno -Sonrisa- Si sacas la pepita de oro te regalare algo.~ No podía evitar pensar en lo que había dicho Elío sobre la Muñeca...¡No! Imposible, era solo su estúpida imaginación que le estaba jugando chueco.

Si fuera posible saber más de Elío, pues pagaría por todas las muñecas rusas del mundo con tal de saber más acerca de él

Odiaba ser tan curioso, pero no podía evitarlo... era su forma de ser. Que sería exactamente lo que Armonia le daría, no sabia, pero quería averiguarlo a toda costa. Aunque quería patearse a si mismo por pensar demacrado en eso. Tomó entre sus manos nuevamente la Матрёшка y la abrió nuevamente al medio, revelando otra en su interior, que por su tamaño parecía ser la ultima...¿O tal vez no?

Vio un cartel con el precio de aparentemente todo lo que había en la mesa. Como si fuese una liquidación de cosas pequeñas. Aun con la figura en sus manos, rebuscó su bolsillo y dejo el dinero sobre el borde de la mesa puesto que nadie salia del interior de la tienda y no quería parecer que quisiesen robar la muñeca.

Miró algo ansioso a la pieza de porcelana pintada ebozando una sonrisa algo nerviosa e infantil, intentando disimular su curiosidad. -¿En verdad vas a darme algo?- Preguntó con el tono mas inocente y dulce que pudo emitir -Es una pena... yo también pensaba darte algo si eras tu quien la encontraba~- Murmuro, tal vez demacrado alto sin darse cuenta.

Aunque a decir verdad, se sentía algo apenado por la idea que en esos momentos había cruzado su cabeza...

Al ver a Elío bastante curioso decidió pensar en otro plan más astuto que el anterior, no para provocarle seguridad, sino para sacarle una sonrisa.No sabía porque pero, le gustaba verlo sonreír.
-Entonces...Si tú la sacas yo te doy algo, y si yo la saco, tú me darás algo ¿Cierto?. Mirándolo mientras tomaba la Matrioska entre las manos y la abrio encontrando otra muñeca rusa...
-Lastima, creo que te saldrá a ti n n. Solo asintió a sonreír para después entregarle la muñeca y observar lo que acontesería.

-Sera una sorpresa lo que te regale si consigues la pepita. Solo guiño un ojo y espero a que el joven continuara abriendo la muñeca.
La verdad, si que era un regalo lo que le daría...A no ser que lo cambiara a ultimo minuto.

Con sus ojos mirando directamente a las pálidas y delicadas orbes de la muchacha, termino por aceptar para si mismo que esos eran por lejos los ojos más brillantes y encantadores que había tenido el placer de encontrarse. Le daba mucha pena admitirlo en voz alta, pero haberlo aceptado para si mismo ya era un gran paso. Recibió finalmente la muñeca y no dudo ni un instante en abrirla y no tardo ni un instante en abrirla revelando la brillante pieza que contenía. La quito dejándola completamente visible. Era pequeña, del tamaño de una pelota de golf.

-Tenias razón. Yo la saque~- Mirando a la pequeña pepita Separó los labios para decir algo más pero en su lugar, tomó la mano de la muchacha y depositó en ella cerrándola delicadamente. Contempló un largo rato sus conjuntas manos antes de volver a alzar la mirada encontrándose con los ojos que tanto llamaban su atención.

En ese momento su cuerpo volvió a incitarlo a varias cosas. De las cuales la única que no puto contener fue el acelerado palpitar de su corazón. Liberó las manos ajenas y se retiro dando un paso en reversa. -Quédatela, yo ya pedí un deseo hace rato, y se cumplió- Explicó como si nada.

-M-mejor vamos, sino no podremos comer antes de que se nos haga muy tarde y debamos regresar- Tartamudeó intentando cortar el momento silencioso y probablemente algo incomodo para ella. -Aunque a decir verdad, no me importaría pasar la noche afuera contigo.- Admitió volteando su cara al darse cuenta lo que acababa de decir. Hizo una nota mental de golpearse cuando regresaran al instituto por decir una cosa tan directa. Nunca lograra explicar por que dijo eso con tanta naturalidad, aunque probablemente era por que era la verdad.

Noto que el joven se había puesto completamente rojo al entrgarle la pepita
pero no entendía el por que de aquel tierno sonrojo.¿Quizas era de aqullos que siempre andan nerviosos?...En realidad no entendía, pero le parecía muy dulce.
Se quedo mirando un momento la pepita y no sabía si actuar ante lo que le había prometido, si no lo hacía demostraría que era un cobarde...que no atrevía a nada...Que no era sincera consigo misma.

- No se vale si me la pasas...-Inflo los cachetes- Tienes que guardarla o si no lo que pidas no se mantendrá por siempre... -Le guardo la pepita en el bolsillo y prosiguió a seguir caminando y pensando en lo que había dicho sobre 'Pasar la noche afuera'. Era insinuante y encantador pero no podía echarse a volar, quizás solo fueron unas simples palabras...

- E...Elío... Lo que te debo te lo daré cuando nos vallamos al campus... -Extremadamente roja- No podía evitar no contener su sonrojo. Es más siempre estaba nerviosa cuando el estaba cerca de él siempre terminaba roja.
- Quisiera comer un helado...¿ Te parece ? -Dijo con una tierna sonrisa mientras le tomo de la mano- No podía confundir que la expresión que tenía el en ese momento era de quizás ¿ Asombro?...
-Pensando- - ~Pero ¿ Por qué ?~... -