Lejos en el patio

No le gustaba la muchedumbre, no le gustaba el sonido en coro que provocaban todos ellos, le aturdía y le molestaba, así que cuando debía estar en el patio solía alejarse lo mas que podía de la gente y... bueno, estar solo, mirando al rededor, leyendo o sumergido en sus propios pensamientos, feliz con su soledad.

Pero ese día había llevado consigo su violín y su MP3. Curiosamente, por la Internet había conocido personas a las cuales podía llamar "Amigos" con los cuales no podía pelearse físicamente ni tenia dificultad para hablar, y uno de sus conocidos, Otaku-Love-Naru o algo así -Si, sus contactos tenían apodos a la mar de raro- le había pasado una canción llamada "Blue Bird" y luego le retó a que la tocara con su violín.

Luego de eso entro a la institución, sin siquiera poder despedirse del chico o de sus otro contactos, pero en ese momento no podía hacer nada.

Se colocó los audífonos y adelanto la canción anterior el tiempo justo para poner en posición el violín y concentrarse. Poco después la canción empezó a sonar y el cerró los ojos, concentrándose en la melodía, tanto la que sonaba como la que su violín emitía, olvidándose del mundo por un buen rato.

(Versión: https://www.youtube.com/watch?v=44MaNFItNbk&feature=related )

Al fín podía respirar algo de paz y tranquilidad, después de las arduas jornadas que le estaban imponiendo en la Academia. Por suerte, había adelantado todos sus deberes, así que podía ir a relajarse un poco. A pesar de que hablaba con variadas personas, sentía que no tenía una amistad del todo, por lo que pasaba la mayoría de las veces solo. Así mismo, se dirigía hacia el patio, tal vez acomodarse debajo de un árbol, y simplemente disfrutar la tranquilidad.

En eso estaba, cuando sintió la melodía de un hermoso violín. Pero no era simplemente el sonido en sí el que le llamaba la atención, sino la melodía que estaba siendo tocada: Blue Bird, una de las canciones que más adoraba dentro de su oculto lado otaku. Buscó al responsable, y ahí lo vió: un chico de rubios cabellos, inserto completamente en la realización de la pieza. ¿Acaso a él también le gustaba el anime y todas esas cosas? No tenía ni idea, pero era demasiado tímido para preguntarle. Además, se notaba que estaba muy concentrado, por lo que lo que menos quería era interrumpirle.

Así, caminó cerca de aquella zona, y buscó un lugar cercano del chico para instalarse y escuchar. Oh sí, estaba tan bien reproducida, que se dejó llevar por la melodía completamente, olvidándose de que, efectivamente, estaba espiando a alguien.

Las notas subían y bajaban dependiendo del ritmo de la canción. Era distinta a toda la música clásica que había tocado, mas dinámica, mas nueva y mas estruendosa, al igual que era nociva a cambiar de ritmo de forma tan rápido que podía aturdirlo si se acostumbraban al anterior.

De pronto dejo de sonar la canción y el se detuvo, perplejo. Al momento empezó a sonar la próxima canción y se dio cuenta de que había elegido la versión corta que se suponía que debió borrar hacia tiempo, luego de obtener la completa. Suspiró y tomo ambas partes del violín con una sola mano, para buscar la versión larga, pero de pronto vio algo que no se suponía que debía estar allí.

Un chico, mas bien un chico asiático. Parpadeó, levemente confundido y se acercó a él, poniéndose de cuclillas para mirarlo. Le ponía incomodo la idea de que le estuviese espiando, al mismo tiempo que le creaba una extraña sensación de importancia que se aseguro en desechar. No era importante solo por tocar una canción japonesa con el violín ¿O sí?

No, no podía ser.

- ¿Que haces allí?

De repente, sintió como una voz le sacaba de aquel trance que había caído. Pegó un ligero salto, y dirigió su mirada hacia el dueño de la voz, sorprendiéndose en el acto. Tan ensimismado estaba, que no se había dado cuenta que la melodía hace unos buenos minutos se había detenido, y que el dueño de ésta estaba al frente suyo. Podría disimular, y decirle que andaba caminando por ahí de forma azarosa o algo así, pero esta vez, pensó que lo mejor era hablar con sinceridad.

- Lo-Lo siento mucho si te he molestado... -hizo una reverencia con su cabeza- Iba caminando por aquí, y me dí cuenta que tocabas muy bien el violín, por lo que me quedé a escuchar.

No, definitivamente, no podía revelarle que se quedó porque realmente conocía la canción. Si bien había sido sincero, no había hablado del todo, y no lo haría tampoco. Sentía que si le contaba aquello, sería mirado raro por todo el mundo. Pero espera, si él había tomado la valentía de tocar en el patio frente a todos, ¿eso significaba que no le dirían nada por sus gustos? No lo sabía, y no quería arriesgarse.

- Bueno, si me disculpas... Ha sido un placer escucharte - sonrió y se levantó de donde estaba, para después, hacer una reverencia, y salir caminando hacia otra parte-

Parpadeó al escuchar sus palabras, sintiéndose en el fondo alagado al escuchar que le había gustado su primer intento en tocar la canción, aunque por supuesto él no quedo satisfecho con ella, pero ya podía practicar luego.

Observó al japones de pies a cabezas antes de darse cuenta de su nacionalidad, y no pudo evitar preguntarse si seria otaku; es decir, la mayoría de los jóvenes japoneses lo son ¿Por que él no lo seria? Abrió la boca para preguntárselo, pero al parecer Kiku tenia otros planes, como emprender una elegante huida luego de disculparse.

- Espera -Soltó el noruego, tomándolo del brazo suavemente, para que lo mirara, mientras fruncía el ceño- ¿Conoces esta canción? -Preguntó sin ningún rodeo, moviendolo un poco para que terminaran cara a cara- Si es así ¿Me ayudarías a tocarla mejor? -Se sentía algo apenado por la petición, pero quería hacer el cover para subirla por Internet en la biblioteca, para que Otaku-Lover lo escuchara y no pensara que había decidido dejar de hablarle- Le prometí a alguien tocarla... -Confiesa

Todo iba de maravillas, hasta que sintió como le agarraban del brazo. Oh oh, su escape había fallado. Internamente, suspiró: ¿por qué las cosas no podían ser fáciles? Simplemente, se había quedado a escuchar, y listo. Con dificultad, levantó la mirada, y le escuchó, para después abrir los ojos de la impresión. ¿Q-Que le ayudara? E-Es decir, ¿¡tan evidente era su condición friki!? Sentía que iba a hiperventilar en cualquier momento, hasta que la parte final de la petición le calmó un poco. Al final de todo, sus intenciones eran buenas, tocar Blue Bird en violín para alguien.

...

Espera...

¿Por qué le sonaba tan familiar aquella frase...? Pensó un poco.

...

¿¡QUÉ!?

N-N-No podía ser él, ¿¡o sí!? Eran demasiadas coincidencias. Sabía que su amigo era de un país nórdico, y el chico que tenía al frente representaba fervientemente aquellas condiciones. También, el hecho de que ambos hayan dejado de hablarse constantemente es perfectamente explicado porque las exigencias de la Academia poco tiempo libre dejan. Ahora si que iba a hiperventilar... Pero aún así, no podía ser maleducado, y el que se hubiera dado aquella posibilidad, le inspiró algo de confianza. Aunque no revelaría sus gustos, vaya que no.

- P-Pues... -vaciló un poco- No conozco la canción del todo, pero si quieres, podría ayudarte en cuanto a afinación y melodía -terminó con una sonrisa, esperando haberle agradado a su contrario- Me gustan mucho ese tipo de canciones, por lo que siempre me preocupo de buscar covers donde suenen bien y todo eso... -la curiosidad le carcomía, tenía que saber si aquella persona era su amigo o no- Di-Disculpa, ¿de qué país vienes?