Situación peculiar. [Lovi]

Aún se encontraba con el uniforme, el receso había comenzado y estaba más que lista para tomar su almuerzo. No era gran cosa. Un simple yogur de fresas. Iba a ir a comer a las canchas, pero algo la hizo cambiar de opinión, así que se encamino al jardín principal. Nunca había tenido la oportunidad de ver esa hermosa entrada al Gakuen, por lo que estaba encaminándose ahí. Seguía sin conocer más que tres gentes, cada rostro que veía era uno nuevo, camino con la sonrisa pintada en sus labios.

- Seguro no abra mucha gente, todos van entrando~ -Decía cantarina, no es que fuera antisocial, pero en ocasiones le resultaba agradable pasar un tiempo consigo misma, pensando, disfrutando del sonido y de los olores de las flores que la rodeaban. Eran cosas sumamente simples, pero le agradaban, le daban tranquilidad y una seguridad que rara vez sentía. Conocía a otros tantos de vista, deseaba conocerlos.. tener amistades. Tener con quien divertirse, pero a veces su timidez no le daba para mucho en realidad.

Así mismo llego al Jardín Principal, mientras que abría el yogur, comenzó a dificultarse un poco, no podía abrirlo del todo bien, debido a que el plástico estaba muy fuerte, hacía sus esfuerzos pero era casi en vano, suspiro pesadamente.- Ahora que haré? -Estaba pensando en romperlo con la punta de su uña, al menos esa sería la última solución.

Al fin podría disfrutar de un rato libre, ya estaba cansado de tantas charlas sin sentido en clases, por que sencillamente le aburrían. Esa era la única razón del por que nunca destacaba demasiado en ninguna materia, prefería centrarse en bostezar, pensar en que comer, mirar a las chicas que le rodeaban o simplemente fingir que leía para dormitar. De alguna forma se las arreglaba cuando tenía exámen o cosas por el estilo.

Pero por ahora, sólo quería relajarse. Sin nadie que estorbara, ni españoles molestos, hermanos chillones, alemanes idiotas o gente de esa calibre. Habían pocas opciones, por lo que opto a lo más cercano, el Jardín. Buscaría un lugar bien apartado y se echaría una siesta, ¿Por qué no?. Tenía tiempo. Bueno, ese era el plan hasta que diviso a cierta jovencita de rubios cabellos que llamo delireberadamente su atención, era bastante bonita, por lo que no tardo en acercarse, con algo de cuidado, lógicamente.

- Scusa, Bella. -Dijo al llegar a donde yacía ella, sonriendo con levedad.- ¿Necesitas ayuda?. -Preguntó con cierta amabilidad al ver la ineficiencia de la chica para abrir el yogur.

Seguía batallando con el santo yogur, se sentía un poquitín patética al no poder abrir una cosa tan, pero tan simple, entonces fue cuando escucho una voz masculina, nerviosa volteo la mirada, no lo conocía. Ese chico era de cabello castaño, piel tersa a la vista y unos bellos ojos verdes que hacían un buen juego con su rostro, ni muy fino ni muy tosco. Le sonrío tranquilamente, haciendo un movimiento con su rostro para saludarle. No entendió mucho de su idioma, pero supo que era italiano.

- Ayuda? .. -Fue cuando reacciono, se refería al yogur, algo tímida estiro su mano con el envase del mismo en ella, para acercarlo al chico.- P-por favor, disculpe las molestias..? -Termino la frase con cierta duda, pues no conocía el nombre del chico en lo absoluto, esbozo una ligera sonrisa, incitándole a que le proporcionara su nombre, así al menos sabía a quien le tendría que agradecer el hecho de que no se quedara sin almorzar. Eso sería malo, con lo delicada que era, no ayudaba mucho en realidad.

Se quedo mirándolo un momento, las mejillas de la chica se encendieron un poco, mirándola sonrojada, sintió un extraño sentimiento, calma, agradecimiento y amabilidad. Se sentía cómoda, al parecer el chico era agradable, así de amigable.

Recibió el alimento, sin borrar esa sonrisa. No sonreía muy seguido, por no decir nunca, pero esa chica le inspiraba, sorprendentemente, cierta confianza. Además, era una turnura y no se había equivocado, muy bonita. Tenía facciones muy delíneadas, piel blanquesina y unos ojos verdes llamativos, un tanto más claro que los propios.

Negó con la cabeza en cuanto escuchó lo de molestía, no lo era en lo absoluto, le resultaba todo un agrado. Ya se alababa a si mismo internamente por haber tenido la brillante idea de ir hasta el Jardín, a veces era un genio.

- Ah, mi nombre es Lovino. ¿Y el tuyo?. -Indagó, entregándole el yogur al lograr abrirlo sin mucho esfuerzo, sólo tardo unos segundos, a pesar que el plástico le hiciera la guerra.

Notó cierto tinte en las mejillas de la joven, que le parecio realmente adorable, por lo que se veía, era tímida.

Noto que la sonrisa no se iba, eso saco otra risilla de sus labios, tranquilamente espero a que le diera de regreso su botecito de yogur.- Muchas gracias Lovino-san. Mi nombre es Lili.. Puedes decirme tan bien Liech, ya que represento al Principado de Liechtenstein.. ¿Y tú? -Tomo un sorbo, curiosa de saber si era de Italia realmente, como supuso por el idioma en el que le había hablado.

No era mucho de socializar con hombres, de hecho al único que le había hablado, que no fuera su hermano; era a Gilbert. Y por qué era el presidente estudiantil, esa era la única razón. Por lo cual en cierto punto estaba feliz de haber ido a comer el almuerzo al jardín, tal vez podría ganar un amigo nuevo en toda esa situación.

Busco una banquilla cercana, encontrándola, le hizo al chico un gesto con el rostro para indicarle que la siguiera, seguro era más fácil tanto tomar su yogur como conversar si estaban sentados, se sentó de lo más delicada, con toda la gracia que le habían mostrado desde pequeña en las diferentes casas que había estado.

Le siguió gustoso, cada minuto se volvía mejor, más ameno. Por eso adoraba ser tan abierto con las mujeres, y que su aspecto le ayudara, sino, ya le hubieran pateado lejos hace tiempo.

- Vaya, me gusta como suena Liech. Represento a la República Italiana, la parte sur para ser más exacto. -Contestó, luego de sentarse a un lado de la chica, apoyando uno de sus codos sobre el respaldo de la banca para quedar de costado y observar mejor a la rubia.

No podía ir muy rápido, con lo introvertida que se veía ser, no funcionaría el invitarle a una cita en ese momento, por ende, tuvó que guardar la idea para más adelante. Total, iban al mismo Instituto, se toparían de nuevo lo más seguro.


- Me gustaría conocer tu país algún día, y quizás yo pueda regalarte un tour por Italia. -Propuso, sacando del bolsillo de su pantalón un pañuelo para ofrecerselo, por si llegase a ensuciarse.

El chico de buenas a primeras le había parecido alguien muy agradable, fácil de llevar en cuanto a la conversación, algo alegre y en cierto punto un tanto coqueto. Se alegraba de que fuera el quien le hablara en esa situación.

- Que bueno que te guste, Lovi-san. -Acorto el nombre, un poco tierno, pero manteniendo el respeto ante todo, su sonrisa se ilumino, observándolo, al saber que no se había equivocado al supones que era de aquella hermosa tierra, Italia.- Con que de Italia, el sur. Me gusta mucho su idioma.. es lindo -Dice, encogiéndose de hombros, para así sonreír y dar otro sorbo a su yogur.

Parecía ser que la platica iba muy amena, tranquila, sin apuros, así le parecía mejor; por su pasado estaba acostumbrada a hablar muy poco por la gente, sin que se diera una buena relación de amistad o algún vinculo especial, por lo que para ella todas esas señales eran muy importantes, atesorando cada situación que se pudiera dar de ese tipo.

- Claro, sería un gusto que llegaras a visitar Liechtenstein.. -Dijo tímida, aceptando el pañuelo que le ofrecía, le pareció un acto muy caballeroso y algo coqueto.- Hehe, esta bien, entonces es una propuesta. Me deberás mi tour por Italia.. -Dijo juguetona, entre risas.

Una parte de su cerebro el anunció que estaba siendo demasiado obvio, por lo tanto, tuvo que cambiar su actitud, un poquito. No ser tan directo ni acercarse más de lo debido. Por lo menos ya tenía puntos a favor, su nacionalidad siempre ayudaba, su idioma era su mejor arma. ¡Viva Italia!.

- Sono contento che ti piace, Bella. -Musitó con total normalidad, sonriendo un tanto nervioso al ver que la expresión de la chica de no entender ni una letra.- Me alegra que te guste. -Repitió, cambiando de posición al apoyar los brazos sobre sus muslos, mirando al frente.

- Entonces decidido, prometo llevarte a conocer mi tierra. Y si gustas, de paso, enseñarte algo de mi lengua. -Agregó, volviendo la vista hacía la de ojiverde.

Era agradable la compañía del chico, ahora estaba segura de eso. Seguro que su hermano lo aprobaría como una futura amistad, se lo presentaría después de conocerse un poco más. No sería tan mala idea que su hermano conociera a sus amigos. ¿Verdad? Por lo que estaba decidida en sus acciones, tomando un poquito de valor interno, tomando otro tanto de yogur, con toda la delicadeza y refinamiento posibles, pues eso le habían mostrado desde pequeña.

- Hehe. Bella~? Si entendí lo primero, Lovi-san. -Dijo apenada, mientras jugaba con uno de los mechones de su cabello, mientras escuchaba lo segundo.- ¡Por supuesto! Promesa es por parte de los dos.. Y sería un honor aprender italiano, jeje. -Ríe tiernamente, mientras encoje sus hombros.

No podía dejar de pensar en la ternura que le causaba su compañera, resultaba extraño ya que su personalidad tan jodida le impedia sentirse así con el noventa por ciento de la gente, sí, algunas chicas también.

- Claro, Bella va por que eres muy bonita. Sería un idiota sino notara tu belleza. -Confesó sin más, revisando luego en sus bolsillos, esperanzado de encontrar algo de dinero.

- ¿Me acompañarías a comprar algo de comer?, me contagiaste el hambre. Por supuesto que sino quieres, yo entenderé. -Invitó al hallar algunas monedas, contandolas para luego regresar su visión a la menor.

Se sentía bien, cómoda, como si conociera al chico ya de tiempo atrás, era una extraña sensación de tranquilidad, calma, confianza y demás, no con todas las personas podía sentirse así, sólo contadas con una sola mano y entre esas contaba a su hermano.

- E-En serio crees que soy bonita..? -Se sonrojo, encogiéndose de hombros mientras mantenía la botella de yogur en sus labios, mirándole mientras agachaba un poco el rostro, en un aspecto un tanto inocente y sin nada de malicia.- "Cree que soy bella.. q-que tierno".. -Pensó para sus adentros, observando después sus acciones.

- Claro, Lovi-san. Sería un gusto.. Aunque lamento haberla contagiado. Jeje~ -Dijo con una sonrisita tierna mientras se ponía de pie, seguro cerca había una máquina de comida o algo parecido, observándolo fijamente con el rostro tranquilo.