Un pequeño accidente. [Privado]

Entre actividades del club y demás, estaba algo estresada, no sabía bien que tenía que hacer en que momento, mientras su clase de arte trabajaba con escultura, ella iba de camino a la enfermería, en una distracción terrible, el martillo había dado directo a su mano derecha, terminando con algunas cortabas por la piedra que estaba del otro lado del martillo, sangraba pero no era nada de urgencia, aún así los del club le exigieron ir a la enfermería a curarse, ya que estaba comenzando a hincharse y por la piedra, podría infectarse, iba aburrida caminando, con las mejillas algo sonrojadas.

- Pero que vergüenza doy.. tan distraída estaba? -Susurro tranquila para si misma, mientras que se acercaba más y más a la enfermería, seguramente sería la única en el lugar, estaba preparándose mentalmente para entrar, cuando se quedo en la puerta de dicho lugar, con la mano sana en la perilla, tomo una enorme bocanada de aire para comenzar a pensar en que iba a decir para no dar la verdadera razón por la cual termino en ese estado.- Con permiso.. -Dijo con todos los modales que tenía.

Ahí fue cuando se sorprendió un poco más, estaba alguien más ahí ¿Sería el doctor? Ni la menos idea.- D-Disculpe.. venía a ver si podría curarme. tuve un accidente.. e-en.. -Tomo una enorme bocanada de aire, para poder confesar lo vergonzoso.- En arte.. ¿Podría revisarme, por favor? -Dijo casi susurrando las palabras de lo más tímida.

No se esperaba en lo absoluto encontrarse ahí con Roderich, había tenido una oportunidad de conversar con él, le parecía alguien muy agradable, muy tranquilo, alguien con quien se podía llevar bien fácilmente, pero vaya manera de encontrarlo, en la enfermería. Así mismo camino hacía donde él, para que no caminara mucho, si estaba en cama era por alguna razón en especifico y no quería que el chico se pusiera peor.- Oh Roderich, lo siento. Pensé eras el doctor.. -Dijo disimulada, volteando su rostro hacía otra parte, avergonzada por la herida.- Ah, no es nada. Un accidente en arte solamente..

Quien dijera que arte era aburrida, estaba en lo contrario completamente, cerro sus ojos y en una fracción de segundos recordó el accidente. Estaba trabajando con piedra marmól, era la clase que correspondía a la escultura y como buena líder estaba comenzando a explicar, pero su mente se quedo perdida pensando en cierta confesión que había hecho días, suspiraba una y otra vez. Entre martillazo y martillazo termino estampando la estaca en su mano, con poca fuerza claro esta; así mismo al quebrarse la piedra y el golpe con el martillo y estaba, la mano fue el punto de fuerza de todo eso, la palma estaba rasgada por la dura piedra, que es de donde sangraba. Y del otro lado estaba el golpe de la estaca, con suerte no se había dado un buen golpe si no, estaría en graves problemas.

Sonrío un poco nerviosa de nueva cuenta hacía el joven austriaco, para después encogerse de hombros y cerrar los ojos, no sabía si reírse o llorar de pena, pues era vergonzoso. La careta de la chica estaba sonrojada por el mismo pensamiento, dando un aspecto un poco tierno y despreocupado a la vez, ya que sacaba la punta de su lengua por entre sus labios.

Era prácticamente el mismo caso del austriaco, un golpe fuerte que había enrojecido la zona afectada, pues el rostro propio tenía un gran golpe rojizo en la mejilla, que llegaría a ser moretón después, incluzo la nariz tenía un curioso tono enrojecido que parecía doler si se tocaba. Escuchó las palabras ajenas y no pudo evitar sonreír por el inocente tono que poseía la chica, casi graciosito, pero no se atrevió a reírse de ella, en cierto modo respetaba su actitud sumisa y apartada de los problemas.
Bajó la vista hacia su mano y notó la inflamación en esta, después se puso de pie, no tenía ningún daño en el resto del cuerpo, sólo en el rostro. Supuso que la enfermera tardaría mucho, así que por iniciativa propia se acercó al escritorio en donde se había dejado la crema que le aplicó a si mismo, y tomándola le acercó el pequeño tubo de plomo.- Esto va a desinflamarte y te dejará anestecia leve, no sé cuándo vuelva la enfermera .. Pero esto me colocó a mí. Colócalo en la antepalma, yo lavaré tu herida.

Señaló su rostro con un índice para hacer énfasis en su problema,
aunque le era demasiado penoso responder que era gracias a su bajo
desempeño deportivo, así que ese tema ni siquiera lo tocó. Cambió la
vista hacia el botiquín, examinando el contenido por si encontraba algo
para limpiar la herida. Dió con una botella de agua oxigenada y
algodón, humedeció este con el líquido y le tomó de la mano con mucho
cuidado, comenzando a limpiar la sangre en torno a la herida, de la
cual comenzó a salir un efecto espumoso muy leve gracias al agua, que
se encargaba de desinfectar cualquier rastro negativo que hubiese
quedado en el momento. Sintió un poco de compasión por Lili, sus manos
eran muy pequeñas y había recibido un buen golpe.

La rubia noto las reacciones que tenía el austriaco hacía la confesión de su accidente, sabía que iba a reírse, pero al parecer por respeto o algo parecido simplemente no lo hizo, al menos le agradeció un poco el acto ya que se sentiría un poco patética. En el momento en que volteo el rostro hacía quien se acercaba a ella, pudo notar el color rojizo que estaba en su mejilla y parte de su nariz, a simple vista comenzaba a verse doloroso. ¿Qué le habrá pasado para tener tan marcado el golpe? Conocía un poco a Roderich y supuso que seguro algún malandro en la zona de las canchas le dio con un balón o algo similar, por lo que si el chico no lo comentaba, no diría ni preguntaría nada en absoluto. Ya cuando el austriaco se vio cerca de ella fue cuando recordó que estaba lastimada, por el golpe no sentía mucho dolor en realidad. Al verlo con el pequeño tubito un ligero miedo se apodero de ella, aunque en realidad no lo daba mucho a notar, no le gustaba mucho nada relacionado con el dolor, sangre, golpes o cosas medicas, era cosa desde niña, simplemente no le agradaban, pero eran buenas las intenciones de Roderich, así que no dijo nada en contra.- Esta bien, entonces eso es para el golpe y algo de anestesia.. ¿Hace mucho se fue la enfermera? -Pregunto mientras tomaba el tubo con la mano libre, mirándolo avergonzada.

Hizo como si apenas viera su rostro, fingiendo un poco de impresión, notando ahora con más detalle el golpe, vaya que había sido doloroso, pero siguió sin comentar ya que el chico no lo hacía, abrió con la orea mano el tubo a duras penas para poder colocarlo en la parte correspondiente de su mano, un cosquilleo comenzó a apoderarse de aquel lugar, adormeciéndolo rápidamente. Ahí fue cuando volteo la mano y le extendió la misma al austriaco, ya viendo lo que tenía planeado hacer, simplemente cerro los ojos ante el contacto del agua oxigenada, quejándose un poco mientras el rubor crecía, más por vergüenza que por dolor, no le gustaba ver esas cosas, se encogió de hombros mientras se mordía el labio inferior, era realmente vergonzosa la situación, no quería ni verlo por vergüenza.

Una suave sonrisa se reflejó en los labios del austriaco, no por burla, si no por que la actitud de la chica le hacía sonreír al grado de enternecerse. Quería demostrarle que no tenía problemas en mostrar su debilidad con él, darle una manera de sentirse más cómoda y no tan intimidada, como lo demostraba su rostro. Bajó su rostro al ajeno y colocó los labios sobre la mejilla ajena (La cual se sentía muy tibia) y dejó un muy pequeño beso sobre su pómulo, sin sonido alguno. Se separó apenas unos milímetros y sobre su piel murmuró, dejando sentir un suave cosquilleo al hablar.- .. Tranquila, estás conmigo. No tienes por qué apenarte tanto.

No sabía por qué, pero la actitud de Zwingli le daba una comodidad que nunca había sentido con alguien, con ella parecía como si no existieran los problemas y que nadie le molestaría en ese instante, y posiblemente eso era lo que le impulsaba a querer hacerle sentir esa misma sensación. Rodeó a la pequeña hasta quedar a sus espaldas, después pasó los brazos en torno a sus costados y le tomó de la mano herida, limpiándola desde esa postura. Como era más alto que ella, asomaba la vista por encima de su cabeza y notaba perfectamente lo que hacía, pero simplemente quería cercanía.

Cuando terminó de limpiar, colocó un ligero polvo blanco para ayudar a cicatrizar más rápido, después empezó a vendar su mano poco a poco, después de que estuviese seguro de que ella ya había colocado algo de crema. Dejó su rostro sobre su cabello, apenas apoyando su propia barbilla.

Al abrir los ojos de nuevo pudo notar una sonrisa en los labios del austriaco, estaba algo apenada pero esa sonrisa la calmaba en cierto punto, no entendía muy bien la razón por la cual era esa la sensación que le causaba, pero le agradaba que fuera todo de esa manera. Abrió sus ojos un poco más al sentir el beso plantarse sobre su mejilla, la cual se puso un tanto más colorada a como ya estaba, seguía mordiéndose el labio inferior, con la misma postura algo tímida, sintiendo como después separaba los labios, cerro los ojos, sintiendo algo desprenderse de su pecho, dejando salir un sonoro suspiro ante sus palabras.- Esta bien.. Roderich..

Rara vez le llamaba por su nombre directamente, pero la confianza se inspiro en ese preciso momento, algo que no pudo evitar así de simple, era extraño que le sucediera así, solo a pocas personas les dejaba acercarse a ella sin ninguna dificultad, obviamente su hermano y a un recién amigo, Lovino. Pero con Roderich era diferente, algo especial había ahí tal vez.. Estaba sumada en sus pensamientos hasta que sintió como el chico pasaba a estar detrás de ella, ladeo un poco la mirada hacía el, aún estaba limpiándole la herida así que no dijo nada más, seguía con el nerviosismo en sus acciones, ahora un poco más debido a la posición en la que estaban, no sabía como reaccionar pues era la primera vez que pasaba por una situación parecida.

Ya vendada la herida, había sido curada por él prácticamente, así que debía agradecerle, sintió como apoyaba el mentón sobre su cabeza, musitando en un ligero susurro, dulce y con la voz un poco temblorosa.- Gracias.. Roderich.. -Mientras, por inercia, se recargaba sobre su pecho, cerrando una vez más los ojos.

Pudo sentir más cercanía, su cuerpo pegarse al contrario, erizándose su piel, cerro los ojos por un momento, nerviosa de como iba a avanzar la situación, pues no sabía como actuar o reaccionar, por lo que se quedo quieta por un momento. Sintió algo por su cabeza, uno de sus mechones había sido capturado y ya que tenía ambas manos a la vista, supuso fue con la boca austriaca, se ruborizo cual tomate, lo más que le fue posible, mientras que se contrajo un poco, apenas y moviendo el cuerpo, sentía un nervio indescriptible.

Se puso nerviosa, su piel erizada ya desde antes, su respiración comenzó a agitarse al igual que su ritmo cardiaco, nunca había estado en una situación así, pues no sabía que hacer con el.. Sólo se dejo llevar, soltando un suspiro ante las acciones contrarias, pudo notar insistencia en las acciones así que lo dejo. Al sentir su lóbulo atrapado un ligero suspiro, más parecido a un gemido, salio de los labios de la chica, al instante, un poco apenada y espantada, subió sus manos a sus labios, tapando los mismos mientras sentía la punta de su lengua recorrerle de aquella manera, sintió una descarga eléctrica a lo largo de su espalda, recorriéndole por completo, sus labios comenzaron a temblar un poco.. Era agradable la sensación, no podía negarlo. Pero no sabía como "corresponderle".- Ah..R-Roderich..Q-Qué haces?.. -Dijo entrecortado, nerviosa, aún con ese tono de gemido.

No escucho respuesta.. ¿Qué debía pensar de eso? Era lo malo de ella, nunca sabía como reaccionar ante las situaciones que cualquier estudiante pudiera pasar, era muy corto su conocimiento en como debía actuar. Sintió que le tomaba de los hombros y se volvió a tensar, lo miro al estar frente a él, con el rubor sobre sus mejillas y los ojos un poco cerrados, era extraño..jamás había visto una mirada tan profunda que no fuera la de su hermano en ocasiones, muy extraña vez pasaba eso. Por lo que se quedo perdida hasta que lo vio cerrar los ojos, así supuso lo que iba pasaren acto seguido ¿Debía dejarlo? ¿Debía detenerlo? No tuvo tiempo de pensar ya que sintió el contacto.

Sus labios se unieron ligeramente, pensó que el beso no sería tan pesado, pero al instante sintió como el chico comenzaba a mover los labios, subiendo la intensidad y el sentimiento de por medio, sintió un extraño bochorno rodearla todo por aquel beso, juntando un calor extraño y agradable en su pecho, no podía alejarlo... No sabía como, pero tampoco quería saberlo, alzo sus manos a como su cuerpo le ordenaba, subiéndolas hasta su pecho y tomarlo del uniforme ligeramente, correspondiendo torpe y tímida el beso, intentando llevar el ritmo, dando un paso adelante al sentir sus manos sobre su cintura, no tenía nada más que hacer.

Jamás había estado con un cuerpo tan frágil como ese. Con apenas tocarlo sentía que podía dañarlo más, o que simplemente no era digno de estar intimando con alguien tan puro, se sentía culpable por ese hecho, no obstante la manzana ya había sido mordida y la tentación estaba a flor de piel, el austriaco no se detendría mientras Lili estuviese correspondiendo a cada uno de sus actos. Y finalmente, esta cedió a su beso y sintió una calma interna enorme, ahora podría hacer lo que tanto había deseado desde la vez que la abrazó. Sus brazos en su cintura se hicieron más firmes y la cargaron contra su propio cuerpo, avanzando hacia las camas de la enfermería, tenía los ojos ligeramente entreabiertos así que pudo ver un poco. Apenas estuvo cerca, la levantó por la cintura para sentarla en una de las camas.

El austriaco se retiró el calzado y le tomó de los hombros para recostarla boca arriba, después corrió la cortina en su totalidad, buscaba un ambiente íntimo.- .. Si viene alguien, no hagamos ruído .. -Mencionó antes de subir a la cama junto con ella, recostándose sobre ella y colocándose entre sus piernas, aunque todavía no las abría o indagaba más en ese asunto para no incomodarla. Colocó las manos en su cintura y volvió a besarla tras inclinar su torso sobre el suyo, ahora tenía los ojos completamente cerrados y se dejaba llevar. Lamía sus labios por fuera y con cuidado mordía los suaves labios de la chica sin ejercer demasiada presión. Buscaba contacto con la lengua ajena, así que apenas tuvo portunidad introdujo esta en la cavidad bucal de la chica, en un lento avance que buscaba hacerla sentir cómoda.

¿Qué debía pensar?.. ¿Cómo se supone que debía sentirse con toda esa situación, su mente era un completo meollo de pensamientos, buenos y malos de la misma manera, jamás se había sentido así, ni con el chico que le robaba los suspiros desde hacía unos años atrás, así que esto era nuevo al 100%. Al acceder al beso se estaba dando a si misma una oportunidad de dar un paso adelante en la vida de cualquier adolescente ¿No? Son.. son experiencias, claro! ¡Claro! Esa era la razón.. Para ganar experiencia. O al menos eso quería pensar la chica de rubios cabellos que ahora no quedaban del todo bien con el rojo de sus mejillas, todo iba tranquilo en el beso hasta que sintió que la cargaron, se sorprendió un poco pero dejo que este hiciera lo que creyera conveniente, solo se aferro un poco a sus hombros, fue levantada y quedo sentada.

Se tensó un poco al sentir como la recostaba, abrió ligeramente los ojos y al voltear a un costado noto que ya estaba completamente sola con el austriaco en ese lugar, al escuchar su voz, su rostro giro hacía el instantáneamente.- H-Hai.. -Respondió algo tímida mientras asentía con el rostro, sintiendo como comenzaba a posarse sobre ella, el nervio la recorrió pero todo era tan delicado y cuidadoso que llegaba a ser demasiado agradable, placentero. Cerro los ojos al volver sentir los labios ajenos sobre los suyos, alzo las manos un poco temblorosas a sus hombros y nuca, sosteniéndose de ese lugar, al final sintió la lengua y como reacción del cuerpo abrió los labios solamente un poco, sintiendo ahora la lengua contraria dentro, hasta que ambas se encontraron, en ese momento la rubia le tomo con un poco más de fuerza de la nuca, atrayéndole.