Training..? - Обучение ..? [ Ludwig ]

Estaba en el club de deportes pues creía tener el cuerpo para estar allí, aunque sabía que las cosas no se resumían a ello. Debía tener una muy buena condición física, además de perseverancia para poder llegar a ser bueno en dicho ámbito. De haber podido, habría practicado deportes de hielo al estar acostumbrado al frió, mas se había negado a ello ya que odiaba en parte aquel detalle del ‘frío’; era algo bipolar en ese tema y lo sabía. Ivan siempre deseo haber nacido en un sitio cálido.. pues Moscow era peor que un témpano de frío, haciéndole sentir deprimido.

-Eh..! No veo a nadie, da-

Aquello se lo dijo a si mismo, cuando entro al gimnasio y no vio a nadie alrededor. Buscó con la vista, esperando que alguien apareciera o que pasase algo, pero las cosas seguían igual.. ¿Realmente había entrenamiento? Comenzaba a dudarlo un poco, y se le tentaba la idea de marcharse de allí para pasar su rato ‘libre’ con su colección de tuberías. Él y sus extrañas aficiones..

Desde el inicio había deseado no ir, pues había tenido una discusión con el tema de su “peso” y que estaba “gordo”, cuando consideraba que aquello era una mentira. Ivan era una persona gruesa, mas no gorda. Su contextura ya era así, por eso era que se había puesto a discutir por dicho tema, aunque no fue del todo “agresivo”, mas si guardó resentimientos y deseos de venganza con respecto al tema.

Mas adelante callaría a quienes le llamaron de ese modo “despectivo”. Ivan no se guardaba las cosas por tanto tiempo.


[ Si no te agrada me avisas y modifico. Pondré que se pelean por el tema de que esta “gordo” ]

Observó el sitio por largo rato, como si esperara que algo pasara o del todo se marcharía de allí a su habitación y no haría ningún ejercicio. Creía estar bien, así que consideraba que lo justo era marcharse si nadie llegaba “a tiempo” al entrenamiento. Eso pensó, hasta que vio al Alemán aparecer por la puerta de las duchas, llevando su ropa de trotar lo que indicaba que iba a hacer ejercicios. Le pareció entonces, que sí había llegado alguien, por lo que sonrió... o al menos hasta que escuchó las palabras de este.

-Nyet, yo no he llegado tarde, da!-

Respondió sin preocuparse de la reacción del otro, ya que creía estar bien. Sus orbes violeta observaron fijamente los celestes del albino, como si se mantuviera al mismo nivel que este en señal de que no le tenía miedo.. y realmente no se lo tenía; Ludwig podía ser el líder del grupo de deportes, pero él en sí no le temía menos aun de guardarle respeto. Si el rubio quería respeto, tendría que ganárselo... esa era una de las reglas de oro que sostenía el ruso para con los demás.

Solo admiraba y respetaba a quienes se habían ganado tal consideración. Los demás.. le daban igual. No eran nadie.

-Ivan a llegado a la hora estimada, da.-

No era una fruta inmadura, mucho menos una podrida.. realmente no había calificativo especifico para el Ruso. Mas se podía decir, que solo se trataba de un matón que buscaba siempre lograr salirse con la suya a base de manipulación, intimidación o acoso. Lo lograba con la mayoría, pues le tenía mucho miedo como para enfrentarle.. además de que muy pocos tenían la estatura y la contextura que este presentaba. ¿Quién le iba a enfrentar? Realmente muy pocos, mas en aquella ocasión se había topado con alguien que le podía hacer frente y de paso, frenarle en sus interminables abusos.

Los orbes violeta del Ruso, no se movieron ni un segundo, contemplando los del Alemán con total fijeza. Había notado cada muestra de enojo en el rubio, sabiendo que le había incomodado con sus palabras, mas hacia el desentendido para pasar por un joven inocente que solo abría la boca con imprudencia.. mas en realidad era plenamente consciente de lo que hacia.

-Russia ha llegado según la hora que le han dicho se hacen las cosas, da..-

No iba a aceptar haber tenido la culpa de llegar tarde, aunque sí.. lo había hecho intencionalmente sin ningún fin a ganar, solo se divertía. Notó el cambio de voz del rubio, mas eso sin duda no le intimido. ¿Cómo se iba a intimidar con eso? Sus métodos de intimidación era diferente a los del Alemán, por lo que no los entendía muy bien.

-Eh..!? .. da.-

Era demasiado incómodo tener que recibir ordenes, mas en aquella ocasión prefirió hacer caso a la orden profesada por el líder de grupo. ¿Por qué? No le molestaba que viera que no era ningún debilucho y bien podía hacer las doscientas lagartijas; pero si le pedía otra cosa, si se negaría a hacerlo.. nadie le decía que hacer a Ivan. Calmado se agachó, para quedar en el suelo y comenzar la labor ordenada.