Min bror...[Einar]

Esas primeras horas de clases habían sido relativamente pasables, nada de sobresaltos ni demasiados deberes como para hacerlos inmediatamente. Luego de que el profesor se retirara el noruego tenia pensado quedarse en el aula para leer un libro de misterio que había sacado esa mañana de la biblioteca, pero apenas lo abrió para leer la primera oración sus compañeras comenzaron a “hablar” sobre quien sabe que, la cuestión era que eso era mas un griterío que una charla normal entre amigas.

Algo molesto por la actitud de ellas tomo sus cosas y las guardo en su mochila para salir de ahí, odiaba de sobremanera que la gente gritara y por ello con paso tranquilo se dirigió a la biblioteca para asi poder leer pero esta tenia un cartel que informaba que las siguientes horas permaneceria cerrada.Sin poder creer eso, miro unos minutos la enorme puerta de madera que pertenecía a dicho salón como si esta tuviera la culpa de que su lectura no pudiera continuarse.
Decidido a encontrar un lugar alejados de gritos y que NO estuviera cerrado deambulo unos minutos por el Instituto hasta que llego al ultimo piso del edificio en donde obviamente estaba la azotea.

…Aquí podre leer tranquilo… Pensó luego de haber cerrado la puerta tras su espalda, miro a su alrededor y considero extraño el hecho que allí hubiera enchufes pero no le dio importancia y decidió sentarse en el lado de la pared que en ese momento tenia sombra. Cosa perfecta para el ya que no era un fanático del Sol que digamos, asique con ese nuevo lugar descubierto, dejo su mochila en el suelo y se sentó contra la pared mientras sacaba su libro para comenzar a leerlo tranquilamente ya que tenia una hora de receso hasta la siguiente clase...

Caminaba tranquilamente por los pasillos con la mochila a cuestas, era la hora del día en la que solía alimentar a Mr.Puffin y se dirigía como siempre a la azotea que en esos momentos del día solía estar completamente vacía. Fue subiendo las escaleras, y su pequeño puffin se empezaba a impacientar y se revolvía dentro de la mochila queriendo abrir la cremallera para salir.

Aligeró el paso antes de que el ave se escapara y lo vieran, por suerte no había gente por las escaleras y no le pudieron parar para preguntarle por qué iba tan apurado ni nada parecido. Llegó finalmente a la puerta que daba a la azotea y entreabrió la cremallera de su mochila para que el frailecillo pudiera respirar mejor. El puffin sacó la cabecita y miró a su dueño atentamente esperando que le diera de comer ese sucedáneo de pescado tan horroroso que le daba de comer, eso era lo único que había ya que el islandés no podía arriesgarse a levantar sospechas porque su mochila apestara a pescado.

Abrió la puerta y para su sorpresa y desgracia había un chico leyendo apoyado en una pared a la sombra. Volvió a meter la cabeza de su avecilla en la mochila y cerró la cremallera, Mr.Puffin luchaba por salir pero Einar no se lo permitió, se sacó un pequeño lacito que tenía para estos casos y lo ató de manera que al frailecillo le resultara imposible abrirla.

-No tengo otro remedio… –pensó.

Lo único que podía hacer ahora era sentarse en algún rinconcito y esperar a que el rubio se fuera o estuviese tan distraído leyendo que ni le hiciera caso y así podría alimentar discretamente a su mascota.
Buscó algún lugar donde pudiera medio ocultarse y se apoyó en la pared dejándose resbalar lentamente hasta quedar sentado, ocultando su mochila lo mejor que pudo.

Suspiro cerrando los ojos mientras deja el libro en su regazo, tenia un poco cansada la vista asique se tomaría un descanso forzado, ya que estaba en la mejor parte de la historia donde el personaje principal tenia que decidir si salvar a su hermano o a su mejor amigo de una muerte segura.

-…hermano…- Murmuro abriendo lentamente los ojos por un ruido que provino de la puerta, viendo directamente hacia esa dirección pudo notar que se trataba de un chico albino que estaba nervioso y que sostenía una mochila…¿Un contrabandista? Pensaba mientras miraba al extraño pelear con la mochila.

Genial...hasta en ese lugar se indignaban a molestarlo, pero esta vez no se iría de allí, simplemente optaría ignorar a ese visitante no deseado. Con suerte ese chico se alejaría de ahí o no le molestaría en lo que queda de receso. Dando un leve suspiro comienza a leer nuevamente, esa trama le recordaba que tenia que averiguar sobre el representante de Islandia del Instituto, pero hasta ahora no había tenido éxito en conseguir los papeles en la oficina del director.Quizás tendría que preguntar a algún estudiante, pero el no era de los que inician una conversación y en esas situaciones podía ser un pequeño problema.

Por estar meditando eso no se percato de que no tenía bien agarrado el señalador causando que por la culpa una ráfaga de viento salga volando en dirección al extraño. Y como si suerte no fuera suficiente mala en el día de hoy el pequeño papel viene a caer a los pies del chico, al ver lo sucedido la mirada del noruego se torna algo sombría se levanta para ir a buscarlo. Podría usar un papel cualquiera pero ese señalador en especial tenia un conejito rosa dibujado y el no quería perderlo por nada en el mundo.

Asegurándose de que el otro chico no le miraba y estaba lo suficientemente concentrado en el libro para que no se diera cuenta de lo que hacía. Deslizó suavemente la cremallera del pequeño bolsillo que tenía su mochila, donde guardaba la comida del frailecillo, y sacó uno de los sucedáneos que tenían forma de pescado y olían algo raro.
Volvió a mirar hacia el rubio para asegurarse de que no le miraba, y deshizo el lazo con el que le había bloqueado toda oportunidad para escapar al puffin para acercarle un trocito de la extraña comida.

El avecilla se negaba a terminarse la comida porque seguramente le sabía horrible, pero el islandés insistía porque no quería desnutrirlo. Iba a amenazarle en voz bajita, aunque sabía que no le podía entender, cuando vio como un papel aterrizaba suavemente a sus pies traído por una ráfaga de viento momentánea.
Escondió rápidamente a Mr.Puffin en la mochila junto con lo que quedaba de sucedáneo y lo cerró rápidamente intentando disimular de manera no muy disimulada.

-¿Huh? –dijo mientras tomaba el papel del suelo, el cual parecía ser un marca páginas y lo examinó.

Tenía una especie de conejito rosa dibujado, el islandés se rió interiormente pensando por qué algún chico tendría algo así. Pudo ver en el suelo una sombra que se le acercaba, seguramente sería el chico, así que levantó la cabeza y estiró el brazo para tenderle el marcador.

-Toma…

Al estar cerca del chico llego a escuchar que este reía levemente y estaba seguro que era por el marcador. Para el no tenia nada de malo que le gustaran los conejos pero siempre había alguien que se burlaba de eso y ya estaba acostumbrado, para su desgracia, que fuera así aunque por supuesto eso no quitaba el hecho de que le molestara por ello.
Cuando el chico le tendió el marcador le miro unos minutos antes de tomarlo e inmediatamente lo volvió a colocar en el libro para que no se le volviera a volar. No quería agradecerle pero tampoco iba a quedar como un mal educado ya que el no lo era, por ello resignado y dando un leve suspiro decidió hacerlo.

-…Takk…- Murmuro dudando de que le entendiera aunque poco le importaba eso, iba a dar media vuelta para volver a su lugar pero estando ahora mas cerca noto que la mochila se movía, posiblemente tendría algún gato ahí, aunque descarto esa posibilidad al observar unas pequeñas plumas que estaban esparcidas alrededor del chico, confirmando que no se trataba de un contrabandista sino que simplemente estaba escondiendo alguna especie de ave.

Se agacho y tomo una pequeña pluma para verla mejor, habiendo unas cuantas esparcidas al rededor de seguro el pequeño animal se había resistido a volver a ese estrecho lugar y de seguro se la estaba pasando mal en ese momento por ello miro al albino con la pluma aun en mano.

-…Deberías dejarle respirar...– Le aconsejo solo por que le daba algo de pena ese animal mientras señalaba la mochila con la mano donde sostenía la pequeña pluma negra.

El chico tenía una mirada inexpresiva, una mirada que le recordaba a la suya habitualmente. Hizo un leve gesto de asentimiento cuando el rubio, luego de suspirar, le dio las gracias.
Un momento… ¿Takk?, creía haber oído a su padre decir alguna vez esa palabra y le habían explicado que significaba gracias en noruego.
Pasaron muchas preguntas por su cabeza en ese momento, pero todas estas desaparecieron justo cuando el posiblemente noruego le recomendó que debería sacar a Mr.Puffin pues parecía que apenas podía respirar.

Se sobresaltó al darse cuenta y deslizó bruscamente la cremallera de la mochila de tal manera que casi se rompe, entonces el frailecillo salió disparado de su escondite y se posó sobre las piernas del islandés, parecía que respiraba agitado.

-Lo siento… -le dijo al avecilla aunque no le entendiera, mientras le acariciaba la cabecita.

Miró preocupado a su mascota hasta que pareció estabilizarse y se giró en un par de saltitos para mirar a su dueño porque tenía hambre. El albino, con una sonrisa a penas visible, sacó lo que había quedado del sucedáneo de pescado y se lo ofreció al puffin, que desganado comenzó a picotear la especie de galletita con forma de pez ya que era lo único que tenía para comer.

Einar recordó lo que le quería preguntar al otro chico, y sin pensárselo dos veces le hizo la pregunta.

-Oye… ¿por casualidad no serás… noruego? –preguntó, dudando un poco por si se equivocaba.

Se quedo observando como desesperado el albino sacaba al ave de la mochila, realmente ese chico tenia que aprender a ser responsable. Pero al menos se notaba preocupado por la salud de la avecilla asique lo dejaría estar y viendo que este ya se había recuperado le da…
¿Una galleta? …Bueno allá el, pobre esa ave pero no tenia nada en ese momento para darle de comer. Notando que ya no tenia nada que hacer se da media vuelta dispuesto a irse definitivamente pero detiene su marca al escuchar que el chico le hace una pregunta sobre su nacionalidad volteo el rostro y lo miro fijo en cierta forma le sorprendió un poco que pudiera reconocer su idioma.

-…Kanskje*… – Dijo con una leve sonrisa en sus labios mientras lo miraba, reparando que ese chico tenia un color de ojos muy raro…morado…ese mismo color era el de los ojos de su madre… al notar que divagaba en el pasado borro ese pequeño gesto y se dedico a mirarlo seriamente e ignorar ese detalle ya que debe haber mucha gente con ese color de ojos a pesar de que el no haya visto a tantos.

-¿Por qué preguntas?- Hablo con un tono monótono quitándole importancia al asunto, no tenia ganas de aguantar un cuestionario innecesario asique seria directo aunque con ello significara ser cortante y frio. Pero el era así con todos y no cambiaria su trato con nadie asique pobre de aquel chico.

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*tal vez.

Esa última palabra no la logró comprender, sabía algunas palabras sueltas en noruego pero no muchas, su padre no le había enseñado mucho el idioma y se interesaba más porque hablase islandés y los típicos idiomas que enseñan en las escuelas y nada más.
Pudo observar la casi invisible sonrisa del ojiazul, que en poco tiempo cambió de nuevo al rostro inexpresivo que parecía reflejar seriedad.

Por otro lado, el frailecillo terminó de comerse el sucedáneo y picoteaba suavemente la mano de su dueño para que no quedara ni una miguita, cuando vio que ya no quedaban más giró la cabecita hacia el albino para que le diera más. El islandés sacó otra de las extrañas “galletas” y la dejó en su mano para que comiera lo que quisiera, ya que por una vez había logrado cogerle el gustillo a la comida aprovecharía para que comiera lo máximo posible.
En eso escuchó cómo el otro le hacía una pregunta.

-Pues… tan solo lo decía porque mi padre me dijo hace tiempo que tenía un hermano noruego, así que he pensado muchas veces que tal vez él podría acabar estudiando en este instituto también –respondió con la cabeza algo agachada.

Se desanimó un poco, pues creía que había metido la pata y en realidad ese chico no era su hermano. Había esperado que lo fuera, y ya se había hecho ilusiones. Su mascota se dio cuenta del repentino cambio de ánimo del islandés y le miró un momento, pero como no observaba ningún otro cambio siguió picoteando la ya no tan asquerosa especie de galleta.

Se quedo pensando un momento en las palabras que acababa de pronunciar el pequeño albino, ¿Realmente podía ser tanta la coincidencia de encontrarse así de pronto? Lo dudaba, pero este había dicho que su posible hermano NORUEGO estaría aquí… Entonces no cavia duda… ese pequeño era su hermano, después de tanto esfuerzo finalmente lo encontró.

-…Oni-chan…- Murmuro bajito mientras le veía fijamente, por alguna extraña razón quería abrazarlo para que se animara un poco…pero no podía asaltarle así como así diciéndole “Si soy tu hermano, asique anímate…ah por cierto dime Oni-chan y abrázame”…No, ese no era su estilo, además fácilmente puede que este hablando del representante de la capital de Noruega.
Dio un pequeño suspiro y coloco un mano en su cadera aun viéndole tenia que responderle algo o mas bien preguntarle así se sacaba las dudas de una vez por todas, con esa determinación en mente frunció levemente el seño y hablo tranquilamente como lo hacia siempre.

-…Si soy noruego y para ser precisos represento ese país… ¿Eres de Islandia?- Hablo con naturalidad aunque estaba en el limite, ya que realmente quería abrazarlo…pero tenia que controlarse y aclarar sus dudas primero…por ello cerro los ojos un momento …Es mi hermano…estoy seguro…tanto tiempo buscándolo…y esta en frente mío…… Pensaba para si hasta que nuevamente abrió los ojos encontrándose con esos orbes color morado iguales a los de su madre.

-…Humm…esto es por tu culpa…asique no te quejes -Sentencio mientras mandaba todo a la mierda, realmente ya no le importaba queria hacerle saber que el tambien lo estaba buscando por ello se acerco al pequeño islandés lo abrazo con ternura ya que no cavia duda… el era su pequeño hermanito y solo el le permitiría ver esa faceta de su persona, ya que de alguna manera se sentía vulnerable y no le gustaba mucho eso.
Pero como era parte de su familia…lo dejaría estar…pero si por algunas de esas casualidades se llegaba a confundir…pues digamos que el sabe una pequeña forma para hacer que las personas pierdan un poco la memoria.

Spoiler: