Dulces mojados~ [privado] [Matt - Einar]

Se sentía raro, se lo notaba feliz, cualquiera que lo viera pensaría que había ganado algo, o que... quien sabe, lo habrían sorprendido con un regalo, pero no. Él estaba feliz, porque ya tenía un salón para su club. Caminó entusiasmado hacia la sala que le pertenecía al taller y frenó frente a la puerta, acompañado de un montón de bolsas con materiales e ingredientes que había comprado él.
Los nervios se apoderaron de él mientras ponía la llave en el cerrojo. Respiró profundo y abrió la puerta con una sonrisa en sus labios, olía a limpio y nuevo. Entró, llevándose consigo la llave y cerró la puerta. Comenzó a prender todas las luces de aquella sala y a mirar a su alrededor.
No había sido tan feliz por algo material en toda su vida. Se sentó en la mesa principal cuando escuchó que el cielo no compartía su felicidad; comenzaba a llover, escuchaba las gotas; el silencio que había a su alrededor era impresionante. Estaba encantado.

-Alegremos la tarde!-

Dijo alegre mientras acomodaba un poco las cosas de las bolsas, eran muchas, por lo que no podría usar solo un día para acomodar. Se acercó a una de las enormes ventanas por donde se veía el cielo, suspirando. La lluvia no le arruinaría la tarde. eso estaba seguro. Sacó su reproductor de música y puso un especial de música romántica que venía escuchando desde hace unos días. Se sentía masoquista escuchando esas tristes y melancólicas canciones, pero... lo ayudaban a preparar galletas y postres nuevos, con sabores realmente intensos.

-¿Por qué tenía que llover justo ahora? -se decía a sí mismo Einar mientras corría bajo la lluvia cubriéndose con las manos.

Al fin iban a abrir el club de cocina, y justo cuando se dirigía hacia él empezó a llover. ¿Sería casualidad o algo más? Una cosa estaba clara, no se iba a volver a fíar de la chica del tiempo. Entre tanto pensamiento finalmente llegó ,mojado por la lluvia por supuesto, al aula del club.
Por lo menos no le goteaba nada. Se colocó frente a la puera y llamó.

-¿Hola?