Invitacion -privado-

Siguió al menor hasta que llegaron a su habitación, esperaba un desastre completo, pero le resulto raro el ver muñecos de peluche y solo alguna ropa tirada. La cama, bueno, estaba tan perfectamente bien hecha que no parecía la cama de un adolecente y hasta tenía un aura tranquila como la que expedía el otro. Cerró la puerta con seguro, no quería que nadie los molestara cuando estuvieran en algo mas, como el compañero de habitación del menor o algún retardado que abriera la puerta por equivocación. No podía írsele encima solamente, ya le había comentado Alexander que jamás había estado con un chico y que, además, su hermana había amenazado con golpear a quien se le acercara..

Bueno, mal por la hermana porque él no era del tipo que se intimidaba con que una mujer le pegara, si ni con un hombre lo hacía. Se acerco al otro, era tan tímido que le sacaba aun mas su vena pervertida, más de la que ya tenía por naturaleza y eso era bastante. Nunca negaría que los pequeños corderitos eran buena cena, y que, muchas veces, le sorprendían al mostrarle una cara más salvaje en la intimidad. Le abrazo , dejando sus manos en la espalda del pelinegro, besando su cuello suavemente, subiendo hasta su oreja, soplándole juguetón en esta para causarle escalofríos.

-¿Y has estado con una mujer? Digo, en la intimidad, ya se que nunca con un hombre, pero no sé si seas totalmente virgen.

Le tomo en brazos para dejarle sobre su cama, subiendo a esta también, metiéndose entre sus piernas para capturar sus labios en un beso, metiendo una de sus manos bajo de la camisera de Alex, acariciando su vientre. La situación era que el otro se sintiera tranquilo, si no todo se iria al diablo, como lo que le respondiera sobre el otro asunto. Si era totalmente virgen tendría que ser mas amable, de no serlo, bueno, no se mediría tanto…Pero fuera lo que fuera, lo haría sentir bien de ambas formas. Mordió su labio inferior, subiendo su mano hasta su pecho, acariciándole, como apretó su entrepierna contra la suya, frotándose muy suave entre besos

Despues del jugueteo que habia tenido en la sala, ya no podia contenerse mas. Sacaría toda esa frustacion por el evidente rechazo de su hermana, todas esas ganas contenidas desde que habia llegado a esa escuela en las que tenia pocas oportunidades de acercarse a una chica intimamente; no porque no supiera tratar a las mujeres, si no, por esa molestia que se hacia llamar su hermana menor.

Pero, ahora todo estará bien- pensó- mientras era seguido por Marius hacia su habitación- le mostrare a mi hermana que no puede impedirme hacer lo que quiera y con quien quiera. Al llegar a la puerta de su cuarto, se sintió increíblemente tenso al pensar en lo que venia a continuacion, y por la sombra de extrañesa que por un momento se asomo en el rostro de su acompañante, una vez dentro, al ver los peluches y la ropa tirada en el piso- Me gustan los peluches- murmuro, mientras se volteaba hacia Marius, quien se acerco como un lobo hambriento frente a un corderito indefenso pronto a ser devorado.

Suavemente, cosa que lo sorprendio, Marius lo abrazo y lo atrajo hacia el, mientras mordia su desprotegido cuello causandole deliciosas ondas de placer que recorrian con fuerza su cuerpo; accion que lo hizo hechar su cabeza hacia atrás para darle mas espacio en donde trabajar, tratando de reprimir los quejidos que luchaban por salir de su boca - Ah...- un suave gemido fue finalmente liberado, debido al escalofrio que sintio cuando el otro joven empezo a soplar uno de sus oidos, excitandolo.

Marius le pregunto si ya habia estado con una mujer, para asegurarse que no fuera virgen del todo y no saliera lastimado; sin embargo, no pudo reponderle al ser colocado delicadamente en su cama mientras era acariciado y besado de una manera tan deliciosa que ya no podía pensar con claridad ante tanto placer, tantas sensaciones nuevas que lo hacian sonrojarse profundamente, gemir y restregarse contra ese otro cuerpo, cuyo miembro se frotaba de manera exquisita con el suyo, buscando mas y mas.

-S-si - contestó al fin, despegando un poco a Marius para poder enfocarse - Ya he estado con mujeres antes - terminó, sonriendole timidamente.

-Entonces no hay problema, la pasaremos bien

Bueno, si ya no era virgen no había problemas con que temiera mucho a lo que harían, que debía decirlo, le desesperaban un poco aquellos que parecían sufrir cuando lo hacían, no era tan divertido en veces. Otra, era de lo mas erótico verlos llorando y diciendo que parara cuando movían el culo como perritos en celo para él. Los labios de Alex sabían tan bien, eran dulces en cierto modo, como no paraba de gustarle esa timidez que al mismo tiempo parecía esconder un corderito no tan santo como lucia en el exterior y tan solo imaginarle mas adelante le ponía bastante. Se separo unos cm para quitarle el sweter del uniforme al otro, como quitándoselo a si mismo, mandándolos a volar por los aires, riéndose y mirando a los ojos a Alex. Le jalo la corbata fuera, sin dejar de verlo a los ojos, mientras que le abría la camisera hasta dejar al descubierto su torso desnudo

-Me gusta tu piel, es muy pálida, pero suave

Acaricio su pecho, deslizando sus dedos alrededor de sus pezones, bajando hasta su vientre, abriendo el botón de su pantalón sin bajar mas, solo deslizando sus dedos pro todo su pecho y abdomen desnudo. Bajo a lamer despacio, solo provocándole, uno de sus pezones que no tardo nada en endurecerse en su boca, dejando una de sus manos en el abdomen de Alexander, acariciando en círculos esta zona, con la otra tomándole de la mano. Se separo, mirándole, acabándose por levantar de l acama y encender el aparato de música del menor, poniendo algo de música tranquila, regresando a la cama y a entre sus piernas, besando su frente.

-Demasiado silencio me pone nervioso

Marius se separo de él y colocó musica relajante, justo después de terminar de inspeccionar su piel recien expuesta y de lamer uno de sus pezones hasta endurecerlo y excitarlo aun mas, mientras tomaba una de sus manos. Sentir una de aquellas manos lisas y suaves; calidas y deliciosas al tacto pero, fuertes y masculinas, le hizo pensar si Marius le dejaría alguna ves hacer un cuadro de esas manos sobre las suyas, ya que totalmente diferentes: rasposas por los trabajos de arte pero delicadas como las de una chica. La melodia empezó a sonar cuando el rumano se coloco nuevamente sobre el y le beso en la frente.

Se sintió tranquilo y confiado, con deseos de cometer una pequeña locura. Levanto la vista y le sonrio traviesamente al joven que estaba encima, mirando en sus profundos ojos. Sujeto a su Sempai por los hombros y lo coloco debajo de él, el otro no se resistio por lo subito de la accion por lo que no necesito utilizar mucha fuerza.

Con uno de sus dedos, empezo a dibujar el surco de los musculos del abdomen del mayor. Ese tipo de musculos siempre le habian parecido atractivos, desde que los habia visto en varias pinturas y esculturas, le parecian tan artisticosy varoniles, que siempre quiso sentirlos, vivos y cálidos de una persona ajena a él. Terminada de satisfacer su curiosidad artistica, decidio probar otra pequeña locura.

Se inclino sobre ese cuerpo digno de las esculturas Miguel Ángel, saco su lengua y empezo a lamer, con cautela e inseguridad, el abdomen del chico mientras una de sus manos bajo y empezo a masajear el miembro del rumano.

Sentía como si pudiera inundar su cuerpo de placer. Ingrato, dulce y extremadamente excitante placer. Y respondería a cada caricia por igual, a cada gemido con uno suyo... A cada inspiración con una exhalación. Lo deseaba; por qué todo era simplemente perfecto. Gimió profundamente, sin haber tenido tiempo de responder a sus palabras, viendo convertido toda su voz en un solo golpe de voz. Necesitó de una mano que se apoyase en el colchón para descargar la presión que ejercía su cuerpo al tener al otro sobre su cuerpo. Sus caderas se empujaron contra las ajenas, más fricción, más delirio.

Rió divertido por la lengua del otro que recorría su abdomen entero, delineando sus músculos, se sentía bastante bien debía decir. Aunque él prefiriera no dejar más marca en el cuerpo que un placentero recuerdo en la memoria, ansió el marcar todo ese pecho y cuello pálidos con moretones, ansiaba que el menor se paseara por el colegio y vieran que había pasado una buena velada junto a él.. Cercó por sus labios, deteniéndose justo a su roce, jalándole hacia si para capturar sus labios en un nuevo beso, ansiaba probarlo de todas maneras.

-¿No prefieres algo de calma y delicadeza, por ser tu primera vez? Digo, con un varon

Indagó de lo más curioso. Entendía que el chico podía ser tratado más rudamente que la mayoría, aun cuando era delgado no lucia como un chico que fuera a romperse al recibirlo ; su cuerpo lo aguantaría. Sin embargo seguía siendo algo único, el recuerdo de la primera vez... ¿no se suponía eso? Que debía ser perfecto para que la experiencia se repitiera una y otra vez en el futuro, ya fueran juntos o con el amante o amantes que tuviera en el futuro Alexander.
Y sin esperar más, o se perdería en la locura de la ansiedad de poseerlo, por qué no era de hielo al fin y al cabo, su cuerpo estaba poseído por llamas encendidas de deseo hacia Alex aquella noche... Le abrió bien las piernitas, y se enterró su cara entre sus piernas, basando y lamiendo sus muslos suaves, dejando esas pequeñas y primeras marcas en ellas. Le dejaría recuerdos en todo su cuerpo para cuando se bañara le recordara con placer.

-Delicioso…

Escucharlo reír, lo hizo sentir confundido. ¿No se suponía que debía sentirse bien, tan bien como se había sentido el mismo?. Se distrajo una fracción de segundo, terminando como consecuencia debajo, otra vez, de Marius.

- Es que, también quiero hacer sentirte bien - le respondió, apartando la mirada- Por eso, pensé que probar lo de las revistas que tengo, te parecería divertido y excitante- Sin decirle nada respecto a eso, le abrió las piernas con brusquedad

- Ma-marius!? Q-que ha-Ah! Oh!- alcanzo a decir al sentir al chico entre sus piernas, lamiendo y marcando sus muslos, mientras el calor recorría su cuerpo- S-sempai...

Se sonrojo profundamente al escuchar a Marius decir lo delicioso que estaba, ademas se sintió profundamente avergonzado por como estaba actuando. Agarro una de sus almohadas y se la coloco en la cara- L-lo siento, Sempai, me estoy comportando de una manera tan sucia - se le llenaron los ojos de lagrimas- Te estoy utilizando para mis propósitos egoístas, cuando te has portado de manera tan amable conmigo- aguanto las ganas de llorar, fallando al sentir como las lagrimas recorrían su rostro- Si te quieres ir lo entendería.- Genial, mi primer amigo y lo estoy usando como un objeto, soy de lo peor

-Me haces sentir muy bien, y no llores que no estás haciendo nada malo. Buscar solo el placer carnal no es pecado, por algo lo hicieron tan rico. Mi amistad ya la tienes y lo sabes, haremos esto todas las veces que quieras sin compromisos más allá de hacerlo cuando lo necesitemos o queramos. Y seguiremos siendo amigos, así que solo relájate y no te preocupes que pronto te olvidaras de tus cargos de conciencia.

Le quito la almohada de la cara, no le gustaban los dramas, pero raramente el de Alex no le molestaba tanto, quizás porque ya sabía perfecto la situación en la que el menor estaba, todo el drama con su hermana y lo demás. Además, también lo estaba usando, quería acostarse con el por la simple razón de que le gustaba el menor, su cuerpo y forma de ser el agradaba, como el sexo en si era su adicción. Así que, ¿Por qué no usarse uno al otro una noche, dos o las que fueran? La noche seguía cernida sobre ellos y la sensación de eterno tiempo para ellos no desaparecía. Besó suavemente su cuello, reteniendo sus inquietas manos en sus caderas. Bajó, lenta y sensualmente por cada partícula de piel siendo acariciada por su aliento, labios y algunas que otras hebras castañas que caían hacia adelante. Nada fue olvidado, ni un pezón, ni un dedo. Con el ombligo habiendo sido torturado por su lengua y una débil sonrisa.

Y allí donde empezaba el borde del dichoso pantalón, sus manos retomaron el movimiento ansioso y a la vez, controlado. Acariciaron sobre la tela el miembro del menor, mientras Marius seguía agachado sobre él, besando su cuello y hombro por los cuales parecía haber obtenido algún tipo de fetichismo. Tras aquella caricia, retiró con tal cuidado y lentitud, que hasta pudo jurar que vio su mundo alrededor detenerse con aquella exhalación que concordaba con el retirar de ropas.

Y con una sonrisa más pronunciada fue retirada la última pieza de ropa que cubría aquel cuerpo bien formado y puramente delicioso. Acarició sus muslos, separándole al poco sus piernas para meterse con comodidad entre ellas y rozar con la punta de su erección el anito del menor.

- No falto a mi palabra... Jamás, asi que nunca perderás mi amistad, a menos que hagas algo que de verdad me moleste

- ¿En serio? - se secó las lagrimas del rostro, y sonrió, aun con la almohada en el rostro, ante lo que Marius decía- Me gustaria mucho ser tu amigo y seguir haciendo esto, es, delicioso.

El mayor, mas experimentado que él, lo toco con toda libertad y seguridad, dejándose llevar ante los besos que recorrieron cada rincon de su cuerpo, cerrando los ojos para sentir la experiencia al maximo, lanzando jadeos y gemidos de ves en cuando. Flotaba en una nube de placer y anhelo interminable que lo quemaba en deseo de estar asi por siempre. El tiempo pasaba lentamente mientras Marius terminaba de memorizar cada parte de él.

Suspiro al sentir su miembro liberado de la molesta tela, dejando ver su erección; abrió los ojos, encontrandose con los verdes de Marius al sentir algo duro que le rozaba en su ano, haciendolo sufrir por el ansia.

-Ma-marius- empezó a decir, temblando por la excitación y el miedo de lo que venia, levantando los brazos para fundirse en un abrazo con el rumano- Besame, por favor - le susurró en un oído.

Se agacho para besarle en los labios de nueva cuenta, tan intenso como antes, jugueteando con esa lengüita tan deliciosa, era perfecta, tan cálida, suave. El sabor de su boca era dulce, era como comer un mouse, suave, dejándote solo el tenue sabor dulce, sin ser empalagoso. Bajo a besar su cuellito, sin atreverse a dejarle alguna marca, no aun, sabía que se las dejaría luego, se lo decían sus instintos y se aventuro a bajar a uno de sus pezoncitos, que estaban ahí, como unas rojizas cerezas, levemente endurecidos, por el frio y el placer.

Lo chupo suavecito, subiendo la intensidad hasta al separarse ver lo rojizo que había quedado, haciéndole sentir bastantes escalofríos en su entrepierna que ya estaba erecta. Mordió su labio inferior, se calmaría que estaba seguro que Alex era más que estrecho, así que jugarían un rato antes de pasar a más, para placer de ambos.

Deslizo sus manos primero por su carita, delineando sus labios, sus mejillas, bajando a su cuello, jugando con esos pezoncitos unos momentos y bajar hasta su vientrecito plano, agachándose para besar ahí, como metiendo su lengua dentro de su ombliguito y bajar hasta el pene del menor , lamiéndolo despacito, besando la puntita rojiza

-No te limites, gime todo lo que quieras, me gusta escucharte

Le dijo con una enorme sonrisa, regresando a su trabajo, pero esta vez rozando su cadera contra la del menor, sintiéndolo mojarse, como a sí mismo. Bajo hasta su entrepierna, pero esta vez no la probo, fue hacia una zona más abajo y mordió su labio inferior cuando lo giro, dejando esas nalguitas a su disposición. Beso primero ambas, eran tan redonditas, tan bonitas como imaginaba que serian, todo Alex era un ser precioso, un gatito o borreguito mas bien y él el pecador que osaría robarle eso tan protegido por muchos y eso era muy bueno en muchos sentidos.

Le susurro que se relajara, que lo disfrutara antes de abrirlas con una de sus manos y lamer ese apretadito y rozado anito, ansiaba ya sentirle de otra manera, pero tenía mucho trabajo antes de hacerlo, así que siguió lamiendo ahí, llevando una mano al pene del otro, masturbándolo quedito para que sintiera mucho más rico. Cuando lo sintió bien mojadito entre sus nalguitas metió poco a poco uno de sus dígitos, sintiendo como le apretaba, pero eso ya lo sabía.


-Te prometo que solo será incomodo al inicio, pero después te gustara mucho, así que relájate, Alex, confía en mí

Empezó a gemir ruidosamente cuando Marius empezó a chupar sus pezones, colocando sus manos en la espalda del mayor, acariciándolo. Abrió su boca y dejo salir un grito al sentir como el rumano empezaba a atender su pene, sintiéndose húmedo y demasiado ansioso para importarle que alguien lo oyera, solo quería que le diera mas placer, que lo hiciera estallar y hacerse adicto a esas sensaciones.

Se tenso cuando Marius lo coloco boca abajo, susurrando que se tranquilizara. Aunque no le ayudo mucho, se sentía mas indefenso y expuesto que antes. Trato de darse la vuelta, porque no le gustaba esa posición así; cuando su sempai le abrió las piernas y empezó a besar nalgas expuestas.

El placer que sintió a continuación lo hizo gritar, siendo atacado sin tregua en sus sitios mas sensible, por un lado, estaba siendo masturbado por las manos que lo excitaban tanto de una manera lenta pero firme; y por el otro lado, Marius le lamia el ano de tal modo que sentia que estallaria en cualquier momento, sujetándose a las sabanas para controlar las ganas de venirse.

Grito por sorpresa cuando el placer se combino con el dolor cuando sintio que uno de los largos dedos de el rumano se abria camino hacia su interior.-S-sempai...- murmuro contra las sabanas, reprimiendo un quejido de dolor. El dedo se sentía raro, dolía pero, no podía evitar excitarse. Sin darse cuenta empezó a mover las caderas, cuando se acostumbro- Ah! - empezó a jadear, cada vez mas fuerte.

-Te vez tan hermoso todo rojito, tienes un cuerpo precioso, Alex-kun, tu piel es tan palida, exceptuando tus rosados pezoncitos y esta partecita de aquí

Le susurro lascivo, sonriendo de lado y saco sus dígitos de su colita, dejándole boca arriba de nueva cuenta, pero haciéndole las piernitas hacia atrás para dejar mas a la vista ese culito rosita que se estaba dilatando bastante rápido y su pene que estaba bastante durito y mojado por el presemen

Metió su pulgar en su anito para seguir dilatándolo, era cada vez mas fácil, además de que por mas que Alex se quejara, se notaba que estaba disfrutándolo bastante. De verlo incomodo, hacia bastante que hubiese parado de hacer eso, pero como no era así, seguiría regalándole tanto placer como se notaba que estaba sintiendo ese delgado cuerpecito. Si, se sentía un pervertido, un desgraciado y muchas cosas mas de estar a nada de robarle la virginidad al otro, quizás ya se la había quitado en muchos aspectos, pero pronto se apropiaría de esa partecita que nadie jamás había probado, un tesoro tan bien protegido por sus hermana y que un vago de cuarta le estaba robando en su habitación sobre su cama.

Metió tres dedos, que perfectamente ya aceptaban los esfínteres del menor , y tomo firme su miembro, masturbándolo suavecito, viendo como salía cada vez mas y mas presemen, estaba seguro de que no le faltaba mucho para venirse, pero si le quitaría la virginidad, le daría una muy buena primera vez, lo haría venirse hasta que le rogara que parara, dándole todo en una noche.

-Te gusta, Alex? Se siente rico, verdad, pequeño? Cada fibra de tu cuerpo siente calor, pero un calor rico, ansias algo mas, verdad? Ansias mas placer, tu cuerpo ansia algo que sabes bien que es…

Le saco los dedos y paro de mastúrbale, girándole para dejarlo boca arriba, para meterse entre sus piernitas, acomodando su pene de manera que su húmedo y rojizo grande se rosaba contra ese anito tan rosadito y tan dilatadito ya. Jugó con sus lenguas fuera de sus bocas, dejando hilitos de saliva cada que se separaban y regresando a enredarlas en candentes besos y sin dejar de jugar con su lengüita se adentro un poco, gimiendo ante lo apretadito que estaba, dejando solo la mitad, esperando a ver su respuesta

- Me encanta, mas, por favor!- gimio en respuesta a la pregunta de su sempai. Mas, queria mas, solo queria tenerlo en su interior, sentirlo en toda su extension, porque ya esos dedos no eran suficiente- Por favor!

Se quejo cuando saco esos deliciosos dedos de su interior y dejo de masturbar su pene, cuando ya estaba por venirse y sentir la sensacion final que tanto esperaba. Bueno, al menos ya no estaba en la otra posicion tan incomoda y avergonzante- penso, justo cuando su sempai, lo beso de una manera intensa.

Cerro los ojos y empezo a corresponderle, dejando que su sempai introdujera su lengua en su boca. El sabor de Marius lo intoxicaba, amargo como el chocolate negro pero adictivo como el mas dulce de los bombones. Coloco sus manos delicadamente en la espalda del otro chico y lo acaricio.

Arqueo su espalda y araño sin querer al rumano cuando sintio la corriente de placer y dolor al sentirse penetrado.- AH! Sempai!- Grito, mientras se aferraba al otro cuerpo como si fuera a caer en el mas profundo abismo si lo soltaba, colocando su mejilla contra el otro cuello, sintiendo su pulso acelerado-

-Marius, espera, duele. Mnn!- alcanzo a decir antes de que las lagrimas calleran por sus mejillas-

-T---tranquilo, pronto pasara..

Le susurro al oído, al momento de tomarle de sus piernitas, abriéndolas un poquito más y pegándolas a su pecho, seria más fácil para ambos que se lo hiciera así hasta que se acostumbrara mas su entrada a la penetración. Mordió su labio inferior, empujando hasta que lo metió completo, soltando un suave gemido, estaba demasiado apretadito. Pero bueno, no era de extrañar, Alex seguía siendo virgen en esa zona hasta esa noche y era bastante delgadito. Salió, mirando lo dilatado que estaba, y trago saliva, penetrándole de nuevo, pero esta vez lo metió completo de una sola estocada, gimiendo mas fuerte

-Estas tan apretadito, corderito


Regreso a mimar sus pezoncitos que ya estaban bastantes rojos y duros, llevando un ritmo profundo, pero pausadamente para que se fuera acostumbrando poco a poco a esto y poder subir la intensidad después. Sentía las gotas de sudor recorrer su cuello y su espalda, sentía demasiado calor, su cabello estaba revuelto, pero gemía con placer infinito, admirando el delgado cuerpo bajo de si que parecía disfrutar tanto como el de lo que hacían. Dejo una mano en su cadera estrecha y con la otra entrelazo sus dedos como dándole apoyo, sabia perfecto cuanto debía de ser incomodo y levemente doloroso el que te metieran algo así. Después de todo el había tenido casi no era tan común para un chico heterosexual antes el que le hicieran eso, como la compleción de su corderito era estrecha y pequeña. Y ahora le había quitado la virginidad, así que sería todo lo cariñoso y paciente para que Alex disfrutara su primera vez. Apenas percibió como afuera llovía, deseo salir a hacerlo bajo la lluvia, pero, escuchaba aún a sus vecinos ahí y además, capaz y se metían en ´problemas si los hallaban en el patio haciéndolo. Se acomodo bien en la cama, sentándose y lo tomo de las nalguitas para guiarlo en ese rico ritmo que llevaban, dejando libres su jadeos y gemidos, para hacerle sentí que estaba tan encantado como el de lo que estaban haciendo.

Dolia, dolía terriblemente, sentía que se partiría a la mitad con ese enorme miembro penetrándolo hasta lo mas profundo, robandole su virginidad. Su mente le decía que gritara que lo dejara, que le dijera a Marius que saliera inmediatamente, sin embargo, su cuerpo le exigía mas placer, mas rudeza y mas velocidad. Beso el cuello del chico, saboreando el sudor que bajaba por el, intoxicándose con su olor y la textura de su piel, juntando sus manos agradeciendo su apoyo.

Empezó a acostumbrarse al dolor poco a poco, gimiendo con fuerza por el cambio de posición, sintiendo que el pene del rumano se adentraba aun mas en su interior haciéndole gritar de placer. Trato de mover sus caderas, para poder darle también placer a su compañero que parecía estar disfrutado su cuerpo.

- A-aniki, Ah! Mnm! Quie-ro Oh, si!- no podía concentrarse, era demasiado calor y placer, pero quería cada vez mas - Mas! m-mas! M-marius!- dijo, mientras veía al joven a los ojos, diciéndole que ya estaba listo-

-Ahhh..Alex…esta…estas..ahh…ahh…delicioso, pequeño

Le mordió y chupo el cuellito, dejándole una buena marca, que seguro no desparecería en un rato, pero bueno, ya pensaría en algo para disimulársela. Le metió dos dedos en ese culito que seguro estaba en su máximo de dilatación, moviéndolos juntos a su pene que se movía dentro de su cálido anito, capturando su lengüita y lo beso con candencia, sintiendo lo húmedos que ya estaban ambos, así que acabo levantándose, con Alex en brazos, era bastante fácil manipularle y le dejo contra la pared, moviéndolo con bastante fuerza y sintiendo como pegaba contra esa partecita dentro de su niño, lamiéndole las gotas de sudor que recorrían por su cuello y pechito con lascivia

-ahhh…ap…aprietas tan rico

Cerró los ojos para solo concentrarse en lo que hacían, moviendo el cuerpo de Alex de arriba abajo, pasando sus brazos por debajo de las piernas delgadas del otro para dejar su entrada a mucho mejor disposición, embistiéndole con bastante fuerza. Tomo una gran bocanada de aire, intentando recuperar al menos un poco de conciencia mientras poseía al menor con ansias, le estaba quitando la virginidad por todo lo ancho y alto. Le daría la noche de su vida, para que recordara su primera vez como algo grandioso. Beso sus labiecitos tan hinchados, metiendo su lengua en esa cálida boquita, dejándole sus pies en sus hombros, teniendo libertad para masturbarlo y apretar sus pezoncitos mientras su lengua se vanagloriaba en su boquita y su pene en su cuerpo tan cálido. Le penetro mas duro y fuerte, pegando sus testículos contra esas nalguitas de ensueño, lamiendo su cuello

Grito, sintiendo como dos dedos se abrían paso y se empezaban a moverse en su ano, junto con el pene de Marius- AH! Si!- Correspondió el beso de Marius con intensidad dejando que sus lenguas jugaran juntas, sintiendo la combinación de los dos sabores en toda su boca- Mmn!.

-Eh?- dijo al sentirse flotar en el aire y ser colocado contra la pared- Nee! Ah! Q-que bien se Ah! AH!- exclamo al sentir su parte mas sensible siendo golpeada por el pene de su sempai con mucha fuerza-

La nueva posición hizo que sujetara a Marius con desesperación, sintiendo como la penetración se profundizaba, gritando por las fuertes embestidas que el rumano le regalaba, moviendo las caderas acoplandose al movimiento del otro.

Besando con posesion esos labios y divirtiendose con la lengua del mayor, deleintandose con las atenciones recibidas en las otras partes de su cuerpo.

- MARIUS! - gritò, con todas las fuerzas que le quedaban, corriendose en su vientre y el de su aniki, al sentir el corrientaso que recorrio todo su cuerpo. Beso a Marius en los labios, lamiendolos con su lengua, mientras trataba de calmarse y de que se le pasaran los temblores de placer.

Mimo toda su cara, tan contraída por el placer que le estaba regalando y que ansiaba mucho mas, se sentía mal, pero el verlo tan fascinado era suficiente para que no se sintiera un total desgraciado por desvirginarle de esa manera. Lamio una lagrima que surcaba su mejillita tan calientita y suavecita, tomándolo de la nalguitas para dejarle de nueve cuenta en la cama, necesitaban descanso ambos. Le embistió con bastante fuerza, sin pensar que quizás mas tarde dejaría ese culito bastante adolorido y que su niño batallaría bastante con cosas como sentarse o ir al baño o simplemente moverse. Pero claro que en ese instante estaba seguro de que lo haría venirse con bastante fuerza, lo bastante para que el placer le recorriera cada célula y regalarle una primera vez tan rica que quisiera repetir y no se arrepintiera de lo que hacían.

-Alex..ahh…nnn

Gimió con gusto, enredando sus lenguas fuera de sus bocas, con ambos gimiendo como desaforados y se empujo contra ese culito tan dilatadito ya, rugiendo de placer cuando lo dejo totalmente lleno de su semen, viendo como alguno salía. Después de todo, Alex era muy delgado y su culito no podría retener todo. Respiraba agitado y salió del menor, tirándose a su lado, con una enorme sonrisa, pero con su pecho subiendo y bajando por su respiración, quitándole algunos mechones húmedos de sudor para verlo a los ojos. Le beso la mejilla, y después sus suaves labios, acariciando su entrada que destilaba su semen a borbotones. Cubrio sus cuerpos desnudos con la sabana, jalando su mochila para sacar un cigarrillo de esta, suspirando con placer ante lo que habían hecho como por el humo que llenaba sus pulmones.

-¿estas bien? Seguro estarás adolorido mas tarde, pero se te pasara, si no puedes tomarte algo, un antiflamatorio

Abrió la boca, sacando su lengua para juguetear con la de Marius, gimiendo por el placer que sentía aun después de haberse venido intensamente poco antes, aunque algo adolorido por la rudeza a la que su entrada estaba siendo sometida. Sonrió y gimio con placer, al sentirse llenado por la corrida del otro, haciendo pareciéndose a una pequeña zorra, siendo satisfecha con un polvo anhelado por mucho tiempo.

Se recostó en la cama, mirando a los ojos al otro chico, el chico que le había quitado la virginidad y lo había hecho sentir tan bien, su amigo, suyo. "Las personas que se acercan a mi mueren o me abandonan" -Tembló ante este pensamiento, recordando los horribles accidentes donde murieron sus amigos.

-¡Alex, ayúdanos! ¡ Déjanos salir!- Sombras de gente atrapada en un edificio, olor a humo, brillo, calor. Felicidad "¡No!, no debo pensar en ese sueño, yo no estaba allí, estaba en cama, en casa. Solo... o ¿no?". Regresó de golpe a la tierra, cuando escucho la voz de su aniki. Parpadeó por un momento, confundido, mirando alrededor. "Estoy en mi habitación con mi aniki, el olor es del cigarro que esta tomando, nadie me va a dañar y estoy a salvo" suspiró, aliviado "Y no dañaras a nadie" Se acerco a su aniki, tratando de espantar ese ultimo sentir, temblando de nuevo.

- Si. Bueno, un poco adolorido- bostezó, cansado por la actividad y los pensamientos que había tenido, horrores, mejor dicho- Quiero dormir-besa a Marius en la mejilla - Sempai...-cerró los ojos y se apoyo en la almohada, sonrojado, con rastro de saliva y lagrimas en su cara- Buenas noches-