Pensamientos [Privado]

Se había pasado la mañana entera en el salón de arte, pues se la paso pintando algunos dibujos y recuadros que tenía pensado regalar a sus amigos más cercanos y personas importantes, para cuando recordó ya había pasado el medio día. Debía regresar a su habitación a hacer sus respectivos deberes y así tener la tarde libre, como siempre; para poder leer un buen libro o demás. Tal vez su compañera aún no llegaba así que no habría ningún problema, desde el inicio noto que era un poco desordenada, así que secretamente iría ayudando a la limpieza del lado de dicha chica, no es que fuera una maniática de la limpieza, pero se sentía muchísimo más tranquila cuando todo estuviera sumamente en orden, podía relajarse y desesmpeñarse mejor mentalmente. Así mismo se puso de pie frente a aquel lienzo, había terminado su preciado cuadro.. Lo dejaría secar ahí por un momento.

Así al salir del club de Arte, del cual estaba orgullosa de ser presidenta; fue directo al baño femenino más cercano, estaba echa un desastre, las manos y el rostro manchados de pintura de varios colores, demasiado llamativos. Fue ahí cuando se dio cuenta al verse frente al espejo.- No puede ser... -Su uniforme también estaba manchado, debía correr a su habitación a velocidad de la luz para poder limpiarlo antes de que se impregnara demasiado, no quería manchar su preciado uniforme, lo malo es que la mayoría de la pintura sobre la tela era de color roja. Apresuro el paso después de secar su rostro.- Entre más pronto las lave, menos se quedara la marca -Repetía a si misma en un susurro demasiado insistente.

Al final logro llegar a la habitación justo a tiempo, su compañera aún no llegaba así que podía hacer la limpieza de su uniforme agusto, no tuvo tiempo ni de entrar al baño a desvestirse, puso candado a la puerta y comenzó a desvestirse ahí mismo en la habitación, tomo uno de sus vestidos rosados con encajes, usándolo enseguida y saliendo hacía la lavandería, tallando su uniforme con fuerza y algo de desesperación.- Vamos, vamos.. se que puede salir.. -Susurraba, moviendo sus manos de arriba a abajo con velocidad para poder sacar la mancha más rápido, al final y al paso de una hora, logro quitar la mancha, dejándola dentro de la lavadora para poder enjuagarla y secarla.- Uff.. Menos mal, me salve.

Dejo la ropa ahí, estaba segura de que nadie la iba a tomar. Regresando a la habitación, se dejo caer de sentón en su cama, con la expresión tranquila, los ojos cerrados, mirando fijamente al suelo mientras apoyaba sus manos en las rodillas, estaba acostumbrada a la tranquilidad, así que cosas como esas no le hacían mucho bien, menos si tenía una pésima condición física, sabía desempeñarse bien, pero no lo suficiente como para soportar las actividades deportivas, por eso le gustaba mucho más el arte y la tranquilidad y todo tipo de sentimientos que llevaba eso. Ahí fue cuando de repente entro su compañera. Elizabeta Hédeváry~ La linda chica de cabellos castaños, a la cual estimaba mucho y admiraba por igual.- Gut, Eli-san. -Dijo, mientras se encogía de hombros un poco.- Estoy muy bien.. Gracias ¿Qué tal su practica? -Si, aún le trataba de usted, pues era muy grande el respeto que tenía por la fuerte chica frente a ella.

Enseguida noto a la chica, al parecer estaba realmente cansada, era de suponerse, ya que era atleta, se preguntaba internamente que era realmente ese tipo de vida, esas actividades, ser admirado por la rapidez o el buen desempeño en un deporte, desgraciadamente nunca podría saber que se sentía, era lo malo de ella. Su mala condición física. Otro suspiro por parte de la castaña ¿En qué estaría pensando? Seguramente eso no era de su incumbencia, así que no preguntaría nada, sería de mala educación, a pesar de ser compañeras, no le iba a quitar la privacidad ni nada parecido, se sentiría algo mal. Observó un poco entristecida el lado de Eli.. no logro ordenarlo antes de que llegara, al menos quería ayudarla un poco a tener bien ordenado su lugar, no tendría problema alguno en hacer la limpieza por ella, tenía el tiempo suficiente como para hacerlo. Repentinamente una oleada vino a su cabeza.. Se dio cuenta, admiraba mucho a Elizabeta, tanto por su comportamiento, por su desempeño, su manera de ser y en cierto punto por su físico, deseaba ser así aunque no lo aceptara del todo, pues estaba muy conforme consigo misma.

Se encogió de hombros enseguida al escuchar de nuevo la voz de la castaña, de nuevo había olvidado como iba a llamarla, no hacía más que tratarla de usted cuando Eli ya le había dicho una y otra vez que la llamara Eliza.- Lo.. Lo siento, a veces lo olvido, Eliza. -Dijo un poco tímida mientras ponía su mano sobre su boca, agachando un poco su cabeza, estaba apenada así que sus mejillas tomaron un color ligero carmín.- S-Sí, somos compañeras.. -Se ruborizo un poco más ante el comentario de "linda", o ese sobrenombre, pues realmente no se consideraba como tal. Después de eso alzo su rostro, al escuchar el comentario sobre su día.

- Realmente tan malo ha sido..? -Volvió la vista a ella, deseaba a veces hacer más por esas personas a las cuales apreciaba, es decir.. Su hermano, Elizabeta. Eran a las únicas personas a las cuales consideraba amigos en el lugar, pues seguía sin conocer a la gente en realidad, a veces deseaba ser más como Elizabeta, una vez más pensando en eso, seguro Elizabeta tenía más de una amistad, tenía con quien salir a convivir y demás cosas, cosas de las cuales Lili carecía a causa de su miedo a las personas por su infancia no muy grata. Algo no le gustaba de la situación, más que cansada, la castaña se veía un poco inquieta, insegura, con su mente en otro lugar, suspiro muy bajito, desearía poder ayudarla más, pero eso le era relativamente imposible por su timidez.

Escucho una vez más la vocesita y solo se quedo mirándola, no con compasión, pena o algo parecido, si no con comprensión, pues su día había sido igual. Con motivos diferentes, pero igual.- Ah, ya veo.. ¿Algo te falta por hacer. Eliza? -Comentó, tímida, pues no sabía si le iba a responder o algo, pero el nervio sobre salió cuando hizo aquel comentario.- Ah.. M-Mi día.. Bien, todo tranquilo. Termine unas.. pinturas y vine enseguida aquí, si.. llegue algo temprano! -Dijo apresurada, sería vergonzoso decirle sobre su accidente con las pinturas.

Noto que la chica estaba cayendo dormida, no sabía si seguir hablando, aunque fuera poco; o dejarla descansar que realmente se lo merecía. Pero la idea se borro enseguida al ver como la chica se levantaba, al parecer intentando despertar y tener más energías, repentinamente había llegado a la cama contraria, sentándose de lo más cómoda, esa chica era muy animada, enérgica, decidida. Le causaba una gran admiración y eso era de esperarse, jamás escondió lo mucho que admiraba a su compañera de cuarto, estaba agradecida de que fuera Elizabeta exactamente quien le diera esa linda compañía. A veces deseaba ser así, pero se quedaba en eso, nada más que un deseo. Ya que no se imaginaba a si misma con esa fuerza, con esa decisión, con todo lo que Eli tenía para ofrecer. No era más que una niña~

- Hehe, cierto. Ya somos amigas, Eliza. -Musitaba tranquilamente, observando a la chica, era como una hermana mayor, le inspiraba confianza, ya la tan mencionada admiración y muchas ganas de pasar tiempo juntas, debido a su pasado la única persona con la que se le podía considerar amiga era su hermano, pues no tenía amigas chicas, Eliza fue la primera y hasta ahora seguiría siendo la más importante de sus amigas, pues tenían un vinculo especial, aunque un poco extraño, pues no tenían realmente tantas cosas en común.- Aah.. ya veo, con que se trata de él. -Dijo mientras se encogía de hombros con una sonrisita, pues la entendía a la perfección, es más, se sentía de la misma manera, pero al menos lo disimulaba lo más que le fuera posible.

Volvió a escucharla, las quejas sobre la escuela era algo que la chica hacía muy seguido, solo volvió a dejar salir una risilla salir de sus labios, después contestando.- Eliza, estamos en una de las mejores escuelas. Nos iban a exigir mucho.. aunque alguno exageran. -Dándole ciertamente un poco de razón, pues no quería hacerla sentir como alguien que no aguantaba las clases, o cosas así.- Si quieres puedo ayudarte con los deberes. No tengo problemas en eso, Eliza~ -Dijo cantarina, ofrecerle su ayuda es lo mejor que podía hacer por ella, así mismo siempre le quería ayudar con lo que le fuera posible.

- Eeeh.. N-No son la gran cosa, en realidad. Te las puedo mostrar después si quieres.. -Dijo tranquilamente, pues.. tal vez ella ya se había dado cuenta de que algo no iba bien con su uniforme y las demás cosas, escuchando después su comentario.- Eliza no digas esas cosas.. Mi "talento" hacía el arte.. no es gran cosa, sólo se poner pintura sobre pintura.. -Bajo un poco la mirada, pudo notar la sinceridad dentro de la frase.- No creo que seas una.. "m-marimacho" -Tímida.- Sólo eres una chica fuerte.. con decisión, no te dejas vencer, eres intrépida y muy valiente.. Desearía ser como tu.. -Musito bajito, con media sonrisa.

[Lamento la demora ;w; pero aquí estoy en gloria y majestad. Haré el post corto, creo que es mejor para ambas]

Sonrió con suavidad, Lili era demasiado dulce para cualquier persona. Asintió con la cabeza y se levantó para ir hasta la cama de la muchacha y tomarle la mano con tranquilidad y mirarla. –No sabes cuanto me alegro de oir esas palabras. –Sonrió nuevamente y la soltó. Suspiró con fuerza y miró el reloj del cuarto, parecía que habían pasado más de tres horas de que había llegado a la habitación, pero en realidad era media hora. Lanzó un largo quejido y miró a Lili con pena. De acuerdo, ella era experta para hacer esos pucheros que parecían romper el corazón de cualquiera, sólo para lograr lo que quería, pero con su compañera claramente era diferente, era simplemente para mostrarle lo molesta que estaba. No quería ahondar demasiado en el tema de Roderich, no ahora, al menos. Miró a Lili con una sonrisita.

-Pero no importa, ya pasará, ahora me molesta más el hecho de que no tengo tiempo. –Dijo, enseñando el reloj. Asintió a sus palabras, muy a su pesar. –Es que... ¿qué creen que somos? ¿Máquinas? ¿Tengo cara de robot? –Comentó, otra vez con un sonoro quejido. No pudo evitar reir, estaba siendo un drama de todo eso. Negó con la cabeza y comenzó a saltar por la habitación. -¿Ayudarme? Cariño, no puedo pedirte eso, me sentiría culpable y abusadora. Para eso tenemos a los de segundo. –Otra carcajada. Bien sabido era en la escuela lo mucho que los de tercero abusaban con los de curso menor. Negó con la cabeza fuertemente.

-Lili, eres toda una artista, no por nada eres la presidente. –La halagó, sonriendo. Era verdad, Lili tenía un don enorme en ese sentido, era una de las mejores pinturas de la escuela y ésta no era pequeña. La verdad es que Eliza la envidiaba en ese sentido, ver sus pinturas era una calma inigualable. Sus últimas palabras la hicieron sonreír nuevamente. –Soy un marimacho para todos, pero bueno, así soy yo, ¿no? Total, podría ser peor... podría ser... ok, no se me ocurre nada, pero soy feliz como soy y punto. Dime, Lils, ¿tú no tienes nada que hacer?

Se mantuvo tranquila en su lugar durante un buen rato, para después recibirla a un lado de ella y tomar de su mano igual, sin perder la vista de aquella hermosa chica frente a ella, la verdad es que a veces con tan solo verla se sentía sumamente intimidada por la belleza que tenía escondida.- ¿D-De verdad...? -Algo apenada, solamente dejo que le soltará, mientras atrajo la otra mano a su pecho, entrelazándolas un poco, sin perder la vista de la castaña, un poco sonrojada se quedo pensando en un millón de cosas, hasta que reacciono y se dio cuenta de que Eliza seguía observándola, enseguida bajo las manos a sus piernas, aún entrelazadas, rió inocente al escuchar los quejidos de Eliza, le sonrío tierna ante aquel acto, esas eras las reacciones normales de su compañera, se daba cuenta de las cosas con solo ver su comportamiento, quería ayudarla pero en esos temas ella no era nada buena..

- ¿Segura que to.. -Iba a seguir preguntando, pero decidió callar y seguir escuchándola.- ¿Tiempo? Ya te dije que puedo ayudarte.. -Susurro mientras inflo un poco las mejillas para que los labios quedaran un poco levantados, después rompiendo el puchero al escucharle, riéndose una vez más.- Hahaha, tal vez eso somos para ellos. -No pudo evitar reírse, esa chica era tan ocurrente, siempre le daba muy buen humor y una alegría incomparable, después escucho lo de la tarea y volvió a reir con algo más de fuerza.- Hahaha! No seas abusiva Eliza, ellos también tienen tarea~~ -Dijo mientras se encogía de hombros y le mirada inocente.

- Presidenta.. porque entre primero, fue todo! -Dijo inocente una vez más mientras sonreía apenada, no se acostumbraba- B-Bueno si dices.. -Suspiro, para después seguir escuchando.- Lo serás para los demás si tienes esa propia opinión de ti, Eliza.. -Susurro despacio.- Mientras tu te quieras todo lo demás esta bien, supongo.. -Dijo espacio, mientras le escuchaba.- Ah.. no, ya he terminado los deberes.. jeje.

Ella asintió enérgicamente, apretando con un poco más de fuerza su mano para demostrarle que se sentía segura a su lado. Le gustaba Lili, era una chica con la que se podía conversar, cosa que en ese instituto era muy difícil de lograr. -¡Claro que sí! ¿Hace cuanto que nos conocemos, cariño? –Le dijo, rodando los ojos como si fuera lo más obvio del mundo. La verdad es que desde hace tres años ya. Al principio no se habían tomado mucho en cuenta, Elizabeta estaba más preocupada de otras cosas que de hacer amistades con niñas (o al menos eso decía ella, la verdad es que en ese tiempo su autoestima era tan baja como su amor por Gilbert). Vio como la chica se quedaba pensativa, no quiso interrumpirla de ninguna manera, solo se quedó mirando su sonrojo y sonreía dulcemente. En cierta forma, se sentía como una hermana menor de Lili. Negó con la cabeza cuando se comenzó a reír de ella y Elizabeta también comenzó a carcajearse, necesitaba un descanso.

Vio como se quedaba en silencio y se lo agradeció, no deseaba seguir hablando de Roderich. No quería ni siquiera pensar en él. Agachó la mirada con el semblante triste, se sentía como una tonta por pensar tanto en alguien que ni la tomaba en cuenta. Intentó despejarse, moviendo con rapidez su cabeza, como si se quisiera sacar de esa forma lo que estaba sintiendo. Pero nada, seguían ahí esas sensaciones de ser una completa perdedora. Escuchó la propuesta de Lili y sonrió. –No puedo pedirte eso, insisto. Necesito valérmelas por mí misma de alguna forma. –Le contestó. También comenzó a reir con su risa y su puchero. Se tiró a su cama y dejó que su cabello volara libre.

-Pero no tanta como nosotros... creo. –Intentó recordar cuando ella estaba en los cursos menores. Era un espacio muy competitivo, la verdad. Ella había luchado mucho por el puesto en el que estaba, después de todo. Al igual que todos los de tercero, quizás por eso se sentían en el derecho de abusar de los menores, pues querían que ellos sintieran lo mismo que habían sentido. –De acuerdo, no lo haré, no lo haré, pero porque tú me lo dices. –Le dijo, al fin, rodando los ojos. Volvió a reír. Se desabrochó un poco la blusa, hacía un poco de calor.

-Pero presidenta al fin y al cabo. –Dijo, como si fuera lo más cierto del mundo. Sonrió. Ella también era presidenta por haber entrado primero y todo eso, pero no por eso se sentía inferior, al contrario, era un gran reto el lograr todo lo que ella había logrado. Asintió a sus palabras, a pesar de que se quejaba, ella era feliz con sólo ser Elizabeta. -¿Ya los terminaste? ¿Con qué tiempo? O por Dios, eres una de ellos, eres un robot. –Se levantó de la cama y se fue a la esquina más apartada de Lili. –No me hagas daño por favor. –Sobreactuó.