Hora de estudio [Mei Mei]

La biblioteca se había convertido en su segunda habitación. A pesar del tiempo que llevaba en la Academia, no paraba de impresionarle la riqueza de esta, la amplitud del espacio y la cantidad de material que había a su disposición.

Entró con unos cuadernos, y lo primero que hizo fue caminar en dirección a las libreras en busca de lo que necesitaría en el día de hoy: haría un recopilado de varias materias, por lo que la sesión sería ardua. Después de escoger unos tres libros, se dirigió hacia las mesas de estudio, en donde dejó encima todo lo que traía, para así sentarse.

- Espero alcanzar con todo hoy, que estoy algo atrasado... -habló para sí mismo, y una gota se asomó por su cabeza. Para variar, estaba saliendo de esas enfermedades raras que siempre le daban. Acomodó todo lo que tenía por materia, sacó un primer cuaderno, lápiz, libro, y comenzó con su estudio. Como buen japonés, tenía que cumplir con todos sus deberes, y así rendirle honores a su cultura en rendimiento escolar.

La Academia era un lugar grande, muy grande...y estresante.
"Estresante."
Esa era la palabra que explicaba absolutamente todo. Las materias, las actividades, los libros e incluso la gente le parecía digna de llamarse "estresante". La chica ya tenía los nervios de punta, odiaba no conocer a nadie, no hablar ni siquiera con un ser viviente... Al no tener nada que hacer para distraerse decidió estudiar para adelantar materias y no morir en los próximos exámenes. Encaminó sus pasos a la gran biblioteca y miraba todo el lugar, nada escapaba a los ojos curiosos de la taiwanesa.

"Perfecto para un videojuego de rol." Pensó en voz baja.

Al llegar al destino señalado sacó un enorme libro desde las estanterías para ponerse a estudiar, observó varias veces la tapa de aquel objeto y suspiró resignada.
Se sentó en la primera mesa que encontró al lado de un chico que ni siquiera saludó, más que nada por timidez que por antipatía.
Leyó en silencio concentrándose en la lectura, pero al cabo de un largo rato su cabeza le dolía y parecía que en cualquier momento explotaría por el esfuerzo. Números y letras jugueteaban entre líneas negándose a ser leídos y muchas veces creyó que esos maldito aliados del mal se reían de ella.
Hizó un último esfuerzo y volvió a retomar el libro esperando de una vez que sus ojos le cooperaran.
"Y entonces..."
Antes de terminar de leer el párrafo su cabeza chocó contra la mesa y sus párpados se cerraron entregándose al sueño de una vez por todas.
-Uh, uh~-Suspiró entre sueños y babeando el libro sin intención.

Estaba avanzando a un ritmo increíble. Por fortuna, la materia era fácil de digerir, y como era un repaso, todas las cosas habían quedado mucho más claras. Sintió una presencia de repente al lado suyo, pero ni le prestó atención: tenía que terminar todo hoy, o sino era Kiku frito. Sí, ya no tenía a sus padres que estuvieran vigilándole que hiciera todo, pero aún así en la lejanía, sentía su aura detrás suyo, mirándole y comprobando que todo iba como ellos querían.

Procedió a la segunda materia con mucha rapidez, hasta que de repente, escuchó un golpe seco. Tan concentrado estaba, que pegó un gran salto en su silla. Volteó, y notó como aquella presencia de hace unos cuantos minutos yacía dormida sobre un enorme libro. Era una hermosa joven de largos cabellos oscuros, y no pudo evitar sentir una empatía frente a sus evidentes rasgos asiáticos. Notó como la saliva estaba mojando el libro, y entró en una ligera desesperación.

- Aah... -se acercó a la chica, meciendo levemente su hombro- Despierta, por favor... -sintió algo de pena por ella, mira que llegar a dormirse en un intento de estudiar... Amargos recuerdos del pasado invadieron su mente, por lo que la meció con un poco más de fuerza- No es bueno quedarse dormido en la biblioteca... -esperaba con toda su alma que despertara, ya que así le ayudaría, y podría proseguir con sus estudios.

Sintió que alguien la movía y ello lo imagino como parte del sueño. Estaba demasiado exhausta y aburrida como para devolverse a la realidad.
¿Todo acababa así?
Miró hacia al suelo con un dejo de lástima en el rostro ¿En serio este era el final de todo lo que juntos vivieron?
-¡No!-Gritó despegando la cabeza del libro y alzando un puño decidida a enfrentarse a la amenaza que se cernía sobre ella.-¡No lograrás conseguir tus objetivos, Lelouch!
De pronto su mente comenzó a procesar las ideas, la fantasía había terminado y se dió cuenta de que estaba en el mundo real.
Miró para todos lados preocupada ¿Alguien habría visto esa pequeña y vergonzosa actuación? Tragó saliva incómoda y su pesadilla se había vuelto realidad: Un chico la había visto.
-¿Que bueno estuvo ese capítulo, no?-Volvió a reírse nerviosamente y limpió el libro que había sido ensuciado por sus babas. La situación era demasiado humillante como para disimularla.

En la Academia había un ambiente tenso y de competencia...¿Este chico sería como los demás? Observó su rostro unos momentos estudiando sus facciones orientales, tenía cara de ser bastante aplicado. Suspiró resignándose, no obtendría nada mostrando su lado débil, tampoco sentía esa típica timidez al principio de conocer a alguien...Bueno considerando la situación ya no le quedaba dignidad.
-Dile a alguien lo que acabas de ver y juro que te aplicaré las mi torturas chinas y luego cortaré tu cabeza con una motosierra.
Amenazó sonriéndole.
-Era una broma.-Dijo finalmente aparentando normalidad.
"¿¡Porque no me quedé callada!?" Se dijó a si misma en tono de reproche.

Ya se estaba desesperando porque la chica no despertaba, hasta que finalmente, la vió levantarse. Y lo que dijo, le descolocó por completo. Le... Le... ¿¡Lelouch!? ¿¡Es que ella acaso conocía Code Geass!? O-O sea, ¿¡que le gustaba el anime!? Por un momento, se hiperventiló, y sintió un imaginario nosebleed correr por su nariz, ¡e-era increíble! Pero así como notó cómo la chica tomaba la compostura, él también lo hizo, carraspeando levemente.

- U-Um, lo más seguro es que sí... -contestó por cortesía más que por gusto, ¡aunque esa serie era tan buena! Por lo menos el libro estaba siendo limpiado, eso le aliviaba un poco.

Esperó que recobrara más la calma, para así poder despedirla como se debía y seguir estudiando, pero lo que dijo a continuación le hizo tragar saliva duro, muuy duro... ¿¡Qu-Que le iba a cortar la cabeza con una motosierra!? Un escalofrío recorrió su espalda, y sin quererlo, comenzó a temblar como báltico. Y-Ya le estaba asustando, de verdad, y aunque después haya dicho que era una broma, ¡no era como para llegar y decir cosas así!

- E-Está bien, no hay problema... -una gran gota se asomó por su cabeza. Quería seguir estudiando, pero con la situación, ya había perdido el hilo por completo, así que por lo menos resolvería una de sus curiosidades- Di-Disculpa... -dijo algo tímido- ¿De qué parte eres? Ya que como tienes rasgos asiáticos... -definitivamente, prefería entablar conversación con alguien de raíces similares, que con gente más extrajnera.

Notó el nerviosismo del chico que estaba frente a sus ojos. Temblaba y su voz no sonaba muy segura de sí ¿Le tenía miedo? Aunque claro luego de su pequeña broma no era para menos.

Tuvo el impulso innato de querer apretarle las mejillas y decirle lo tierno que se veía. Pero no iba a hacer eso con alguien que acababa de conocer. ¡Debía controlarse! Por más difícil que le fuera. Ya había sacado a relucir demasiado de su lado "freak".

No sabía como continuar la conversación después de la broma por lo que se limitó a bajar la mirada y mirar de reojo los objetos del joven. "Es un ñoño." Concluyó finalmente al ver todas las notas y apuntes ordenados. Sin habérselo esperado él había formulado una disculpa para proseguir con una pregunta, la escuchó atentamente y no pudo evitar sonreír.

-¡Vengo de Taiwán!-Respondió con orgullo, olvidándose de que su hogar no era reconocido oficialmente como país y señalándose a si misma.-Mi nombre es Wang Mei Mei. Es un gusto conocerte.
Agachó la cabeza levemente presentándose.
-¿Y tú quien eres? ¿De donde vienes? Tienes pinta de saber mucho y ser aplicado... -Preguntó curiosa, ya se le había pasado el sueño y el cansancio. Era la primera persona con la que había entablado una conversación y eso la hacía demasiado feliz.

Al escuchar la mención del país, una leve sonrisa se asomó por sus labios: al fin y al cabo, compartían de cierta manera raíces. Y ahora que observaba mejor a la chica, podía notar que era una buena persona, solo que a veces, como suele pasar, los nervios, y el enfrentarse a gente desconocida, traicionan. El escuchar que era aplicado le dio un leve escalofrío, y es que prácticamente, le habían obligado a serlo. Pero a pesar de todo, estaba agradecido (¿Agradecido? ¿Con todos los cuadros de estrés que formaba?) de la fuerte disciplina que se había imponido.

- Soy Honda Kiku, y vengo de Japón. Un gusto también para mí -inclinó su cabeza de igual manera: las costumbres se conservaban siempre, en el lugar que estuviese.

La confianza iba aumentando poco a poco, pero aún así, no se atrevía a soltar aquella afición que ambos compartían. Había estado tan acostumbrado a ocultarlo de sus padres y pares, que se le hacía extraño, incluso prohibido, andar comentando cosas por ahí. Tal vez, algún día... Por lo menos, se quedaría hablando un rato más con ella, total, podría adelantar lo que le fataba en la noche.

- Y bueno... -dijo continuando la conversación- Vengo de una familia donde me exigían mucho en cuanto a rendimiento académico, por lo que al final, terminé siendo muy responsable y esas cosas... -de repente, fijó su vista en en anterior libro babeado- ¿Qué intentabas estudiar?

-¿¡Japón!?-Exclamó emocionada y juntando las manos en señal de agradecimiento al cielo.-¿¡Eres de Japón!? ¿¡En que ciudad vives!? ¿¡Como es tu país!? ¿¡Que comen!?
Comenzó a preguntar más ansiosa que nunca, avasalló con sus interrogantes al chico, no dejandole siquiera respirar. De pronto escuchó un "shhh" universal que la obligaba a callarse o a ser expulsada.
Algo sonrojada agachó la cabeza y se disculpo varias veces prometiendo que modularía el tono de su voz.
Realmente se había emocionado ¡Un japonés! Alguien que venía de ese maravilloso país...
Volvió a la realidad segundos después cuando Kiku continuó hablando.
-¿Te hiciste responsable a la fuerza?-Suspiró y luego respondió a la pregunta formulada.-Matemáticas...Las detesto.
Hizo una mueca de asco.

Tuvo que prácticamente aguantar la respiración para poder resisitir la efusividad de la chica, y no salir disparado en el intento del susto y la impresión. Era un japonés común y corriente, no tenía nada de interesante y llamativo. Aunque ahora que lo pensaba, como la chica se había declarado otaku, de seguro su emoción era al hecho de que venía de la cuna de todo aquello, quien sabe. Escuchó el reto general, y no pudo evitar que la risa le invadiera por la introvertida reacción que Mei Mei había adquirido. Vaya que tenía energía... Aún así no la soltó, y se aguantó.

- Pues digamos que sí... -respondió- A pesar de que por nacimiento era responsable, mis padres siempre me exigían más -suspiró, vaya que le traía malos recuerdos aquellos. Pero en fín, ya lo había superado (en teoría), o por lo menos, ya no sufría tanto- Vaya -rió con lo último dicho- El problema que trae Matemática es que necesitas estar estudiando constantemente, para que no se te venga encima y te haga sufrir. ¿No has pensado en grupos de estudio? A veces, son de mucha ayuda.

¿Y con que cara le preguntaba aquello? Él siempre había basado su método de estudio en solitario, y con la introversión que había formado, nunca le preguntaba a los demás cuando tenía dudas. Es más, cuando no entendía algo, su frustración era tan grande, que gastaba horas y horas estudiando para así entender, lo que le dejaba un desgaste físico y mental enorme. Vaya que era bueno para predicar cosas que no practicaba...

-Eres un tonto si vas a estudiar así.-Soltó de pronto no importándole si hería con sus palabras al japonés. Le molestó de sobremanera que Kiku estuviese haciendo lo mismo que alguna vez ella hizo. Además él tenía algo raro...Ocultaba demasiado sus emociones y no le respondía inmediatamente como si lo pensara todo antes de decirlo -Aunque sean tus padres ¿Que mierda importa? Si cuando pequeño te criaron así...Deberías romper el ciclo de una vez. Si vas a estudiar hazlo por el placer de aprender. No eres una máquina...Eres un ser humano
Posó su mano sobre los cuadernos de él y los arrastró hacia ella, retándolo a que le respondiera. Se percató de la incomodidad del tema y para aligerar tensiones...
-¿Quieres saber mi oscuro secreto?-Le dijo bajando el tono de voz y acercándose más a él, .-Casi siempre me junto con chicos...No tengo amigas, por lo que en general en los grupos de estudio me junto con ellos y digamos que todos terminamos jugando Play Station o hablando cualquier otra cosa...Un día me pondré una palta "ahí", una peluca corta y me convertiré en Mei~kun definitivamente.

Miró hacia cualquier punto en el infinito, sus ojos rodaban por la biblioteca buscando en que curiosear, detestaba quedarse quiera y no estar en esos momentos gritando, saltando...

Sus ojos se abrieron a tal dimensión, que incluso podría jurar que casi ni pestañeaba. Sí, le había dicho lo que pensaba sin anestesia ni nada, a diferencia de él, que siempre primaba la cortesía y la discreción al momento de hablar. Presionó con mucha fuerza la tela de sus pantalones, intentando descargar la tensión que sentía: porque sí, el comentario le había llegado muy profundo, y la había dolido de sobremanera. Sabía que las cosas eran así, pero nunca nadie había tomado el valor de decírselas en la cara como la chica lo había hecho. Se descolocó. Más aún cuando notó como tomaba sus pertenencias, y las alejaba de sí.

- N-No creo que podrías juzgar mi condición del todo... -dijo con la voz temblante, posicionando una mano sobre sus cosas de la misma manera, temblando- Es verdad que mi sistema actual de estudio me ha acarreado muchos problemas, pero estoy conforme con mis resultados, y eso es lo que me importa ahora...

Notó como la chica desviaba la conversación, e hizo lo mismo, pero no podía negar que aún seguía con el orgullo muy dolido. ¡Apenas la llegaba conociendo, y venía a decirle como estudiar! Estaba seguro que si ella hubiera pasado por las mismas condiciones que él, otra sería la historia. Siguió escuchando, intentando así distraerse, hasta que el detonante salió: crossplay. Aquel arte que tanto admiraba, aprenciaba y stalkeaba, sobre todo cuando era crossplay femenino. Sin darse cuenta, e impulsado únicamente por sus instintos, tomó los hombros de la chica, y la sacudió levemente, mirándole a los ojos.

- ¡DEBES hacerlo! ¡Tienes la contextura perfecta para hacer de Edward Elric, ¡o Sasuke! -había alzado la voz, y cuando notó todo lo que estaba diciendo, cayó el pánico. Incluyendo el hecho de que los alrededores ya querían asesinarlos a ambos por ruidosos, había sacado a relucir todo aquello que había estado ocultando por años. Sabía que en cualquier momento iba a desmayar, pero esta vez, no lo sentía tan así. Simplemente, la verguënza del momento. Por lo que por algunos instantes, quedó de piedra, y cuando reaccionó, sus mejillas se tornaron tan rojas como un tomate. Agachó la cabeza, y apretó con aún más fuerza su pantalón, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas de frustración.

¿No tenía derecho a cuestionarlo?
Ese idiota se hacía daño a si mismo haciendo eso, de una u otra forma...Sentía rabia con el chico, su impulso agresivo le exigía agarrar todos los cuadernos y tirarlos por el retrate a ver si reaccionaba de una buena vez.
Sin embargo respiró hondo...Lo haría en otra ocasión, quizá para el día de los inocentes.
-Asi me gusta. De ahora en adelante cuando estes hablando conmigo debes decirme lo que piensas, lo que sientes, todo. De lo contrario...me voy a enojar contigo.-Sentenció al escuchar que el japonés había mostrado por fin un poco de opinión. Definitivamente le iba a tomar tiempo que Kiku dejará de pensar cada palabra que salía de sus labios. Le sonrió y continúo el tema.
-Ya hice de Edward, creéme que lo único incómodo del crossplay es aplanarse los pechos.
Hizo una mímica del como si se estuviera vendando en esa zona y luego se dió cuenta que estaba yendo demasiado lejos...Pero no podía evitarlo.
¡Ese niño era tan...!
Ñoñamente tierno.
-Gracias por el halago y tú...-Eres perfecto...para colocarte en uno de esos videojuegos de survival horror, serías algo así como el cute chico de la historia que debes proteger durante toda la aventura.-
Le devolvió sus cosas al japonés y le apretó ligeramente la mano. Como si con ello le entregara parte de su confianza.

Levantó repentinamente los ojos de la impresión: ¿es que acaso no le iba a decir nada? ¿¡De-Después de lo que había hecho!? Pues no, ahí estaba la chica de lo más tranquila, y contrariamente a lo que creía, se le notaba mucho más calmada.

- ¿To-Todo? -replicó algo asustado- No creo que eso se pueda, todos en general guardamos muchas cosas... -y mira a quien se lo vienen a decir, a una de las personas más reservadas que había en la Academia.

Sabía que le costaría muchísimo abrirse, y hablar de que aquello que tanto le apasionaba como si fuera pan de cada día, después de todo, no podía negarse el hecho de que había estado todos sus dieciocho años ocultando aquel pasatiempo tan prohibido que tenía. Pero al parecer, las cosas estaban cambiando, y lo hacían progresivamente para mejor. Simplemente tendría que calmar un poco los nervios, y como siempre ha escuchado, "dejarse llevar". Aunque de que iba a costar horrores, vaya que sí. Sintió aquella mano sobre la suya, y no pudo evitar el estremecerse por el contacto, pero por algún motivo, aquel tacto era distinto, tal vez especial... Por lo que para compensarlo, sonrío levemente.

- N-No creo que parezca eso... -una gota se asomó por su cabeza- Cre-Creo que no tengo por ninguna parte apariencia de chico cute... A-Además, esos personajes suelen ser chicas, no querrás confundirme con una... -sentía que recuperaba la calma poco a poco, y que la tensión poco a poco iba desapareciendo- Tal vez el juntarte con tantos chicos hace que veas todo en masculino. -reprimió una risa, y es que no podía reprimir aquel comentario después de la confesión antes dicha. Si es que adquirían más confianza, intentaría que la taiwanesa se juntara más con chicas, aunque viéndola como era... parecía tarea imposible.

-Si estuviéramos en un videojuego...Yo sería la heroína que te salvaría de un ataque de zombis porque tú serías el chico cute que llora.-Dijo sin más mientras le daba unas palmaditas en la espalda.
Y es que ese niño se estaba convirtiendo rápidamente en una persona interesante o mejor dicho "desafío" ¡Eran tan distintos e iguales al mismo tiempo! Quería verlo sonrojarse más y por supuesto escucharle hablar de sus aficiones y gusto.
Deseaba ser la privilegiada y primera en conocerlo.
-Mmmm...Así que esta es mi misión: Liberar a tu ñoño interno...Entonces hagamos un trato...Mañana nos juntaremos a conversar a la hora de almuerzo en la cafetería. Te obligo con el poder de mi Geass.-
Colocó una de sus manos en el ojo derecho e hizo una seña parecida a la de Lelouch Lamperouge. Sonrió por última vez y tomó la libreta de apuntes del japonés.
-Ah si y para asegurarme de que vengas...Me llevaré esto~-Dijo y se despidió con una mano, corriendo hacia la salida y marchándose de la biblioteca.