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Entrevista de Alfred F. Jones

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Entrevista de Alfred F. Jones Empty Entrevista de Alfred F. Jones

Mensaje por Alfred F. Jones Vie Mar 18, 2011 3:24 am

Alguien ha llenado tu pupitre/escritorio de gomas de mascar, groserías, y un montón de basura. ¿Qué hará tu personaje? Se permite el uso de NPC u otros elementos.

Alfred caminaba rápidamente rumbo a su salón de clases, llevando la mochila colgada de un hombro y las manos puestas en los bolsillos de la chaqueta. Su rostro irradiaba felicidad como todos los días, con una sonrisa amplia y los ojos azules brillantes, llenos de emoción. ¿Qué nueva aventura le depararía el día de hoy?

Al menos ésa era la manera que él tenía para entretenerse, debido a que siempre había creído que las clases eran realmente aburridas: creer que cada día de clases en realidad era una aventura nueva para él, por lo cual, normalmente se quedaba embelesado observando el techo, mientras en su mente se dibujaban imágenes de él derrotando a los malos como cualquier buen héroe. Esa actitud le había costado varios puntos de clase y en múltiples ocasiones lo habían llevado a detención por no prestar la debida atención.

Hizo un puchero al recordar las veces que lo habían llevado a detención, y por ende, había tenido que soportar a la amargada profesora que parecía tenerle manía debido a que siempre lo encontraba culpable de todo ¡Incluso en aquellas bromas de las cuales él era totalmente inocente!

Bueno, al menos ese día pensaba prestar un poco de atención (aunque la idea no le agradara en lo absoluto: Ya lo había intentado una vez y la misión había fracasado por completo, debido a que se había quedado dormido en mitad de clase... y eso le valió otra detención), pero tampoco podía garantizar nada.

- Well... ¡Si creo que es posible, entonces lo será, hahaha! -se aseguró a sí mismo elevando el puño con los ojos mucho más brillantes de lo normal. Definitivamente ese día se libraría de cualquier castigo y entonces sí sería un buen héroe, right?.

Al llegar a su salón, se encontraba tan alegre tarareando una canción, que no se había dado cuenta de que había un grupo de alumnos reunidos alrededor de su asiento, que reían y contemplaban fijamente lo que había allí. Cuando uno de ellos se percató de la presencia del americano, hizo señas al resto, y se apartaron rápidamente, regresando cada uno a su sitio correspondiente, y manteniendo una mirada algo esquiva.

- Hey! Es un día bonito, ¿No creen? Hahaha~ -rió saludando a los presentes con una mano. El resto agitó suavemente la mano manteniendo miradas y sonrisas nerviosas, mientras el americano dejaba su mochila a un costado y tomaba asiento tranquilamente sin percatarse todavía de lo que le había sucedido a su escritorio. De hecho, se mantuvo durante un rato, tarareando una canción con los ojos cerrados, una sonrisa en los labios y las manos detrás de la nuca, como si nada.

Los demás dejaron caer una gota y suspiraron pesadamente. ¿Acaso alguien era tan idiota para no percatarse de lo que sucedía? ¡Incluso había comenzado a balancearse sobre las patas traseras de la silla!

Cuando Alfred estuvo a punto de perder el equilibrio y caer hacia atrás, agitó rápidamente los brazos, con los ojos como platos, tratando casi inútilmente de evitar el accidente... hasta que posó sus manos sobre el escritorio y consiguió evitar que sucediera. Dejó escapar un suspiro de alivio, pero entonces se dio cuenta de que había tocado algo pegajoso.

Haciendo una mueca de asco observó sus manos y se las limpió haciendo uso de su chaqueta. ¡Qué asco!. Pero entonces enfocó la mirada y pudo contemplar que todo su escritorio estaba lleno de gomas de mascar, garabatos, groserías y algunas cuantas cosas más. Tardó algunos segundos en darse cuenta, pero... ¡Alguien le había hecho una broma de malísimo gusto!

Todos los demás contuvieron la respiración al mismo tiempo y soltaron un suspiro murmurando: ¡Hasta que se dio cuenta!.

Alarmado observó el reloj que colgaba de la pared. ¿Qué demonios...? ¡Faltaban tres minutos para que llegara la profesora e iniciaran las clases!...

Un momento...

Sus ojos volvieron a brillar y una expresión de gran emoción volvió a dibujarse en su rostro: ¡Finalmente había llegado puntual a clases! ¡Lo había hecho! ¡Definitivamente se jactaría de la maestra y le demostraría que un héroe sí podía ser puntual!. Incluso se imaginó a sí mismo en una pose intelectual, con brillos alrededor y diciendo con voz suave, pero altiva: 'Me parece, profesora, que esta vez ha sido usted la que ha llegado tarde~'. La idea en sí lo alegraba bastante y lo llenaba de orgullo (más del que ya sentía)

Espera...

No, no era momento de pensar en esas cosas.

Esta vez en sus facciones se podía observar una clara expresión de preocupación, sobretodo al imaginarse a la profesora enfadándose con él por algo que obviamente él no había hecho (¡Y es algo que un héroe jamás haría... aunque se viera divertido!), y enviándolo de vuelta al salón de castigos... ¡Precisamente el día en el que se había jurado a sí mismo prestar atención a clases al menos un rato! ¡Sería una injusticia si lo castigaban por algo así!

Casi desesperado, llevándose las manos a la cabeza, intentó pensar en una solución a su problema. Definitivamente acusar a los demás era algo que solo un debilucho haría... ¡Y él definitivamente era un héroe! Por eso no podía hacer algo así. Se cruzó de brazos e infló los mofletes... Detestaba pensar, pero si no lo hacía en esa ocasión, su pellejo estaría en peligro. Entonces se le ocurrió algo: ¡Si lo cubría con algo (alguna especie de mantel o algo así) quizás la maestra no lo vería!

Animado por esa idea, comenzó a buscar entre sus libros y cuadernos cualquier cosa que pudiera servir con ese propósito... Incluso algún pañuelo serviría. Poco a poco, la sonrisa que había vuelto a aparecer en su rostro fue borrándose lentamente mientras algunas gotas comenzaban a caer de su cabeza. Volteó la mochila y dejó caer sus materiales, los cuales se esparcieron por todo el suelo, pero no le importó ¡Tenía que encontrar algo a como diera lugar!

Rápidamente comenzó a buscar, ensuciando los libros de paso, pero no encontró nada que sirviera con ese propósito. Un aura depresiva de color azul se formó sobre su cabeza, creyendo que estaría muerto. Bueno... había sido alguien con una vida bastante plena... ¡Pero todavía seguía siendo demasiado joven para morir!

Entonces, algo pasó rápidamente por su cabeza, y bajó la mirada sobre su chaqueta, tragando saliva. No... e-esa no era ninguna opción, definitivamente debía olvidarse de ella... Sus ojos se posaron sobre el reloj una vez más y observó que tan solo faltaban 40 segundos para que llegara la profesora... No, ¡35!

Más desesperado y sin pensarlo dos veces, se quitó rápidamente la chaqueta y la observó por unos momentos con lágrimas en los ojos. Le dolía en el alma hacerle algo así, después de todo, había sido una inseparable compañera que había estado con él aún en los días más difíciles y feos, sin embargo... Uno de los dos debía sacrificar su vida para que el otro pudiera continuar adelante, y lastimosamente... ésa no era una alternativa que él, Alfred, pudiera aceptar.

Hasta siempre, compañera del alma... Nunca olvidaré todas las cosas que hiciste por mí...

Dejando escapar un respingo, dejó la chaqueta sobre el escritorio justo al tiempo que la campanilla comenzaba a sonar y la profesora ingresaba con paso decidido, cerrando la puerta tras ella. Alfred se mantenía incómodo, con las manos cruzadas sobre el pupitre, una sonrisa nerviosa y la vista fija al frente.

- De acuerdo, chicos... Es hora de empezar la clase, pero antes... pasaré lista -afirmó la profesora con voz alta y clara, tomando un cuaderno y pasando las hojas rápidamente. Entonces, levantó la vista y se colocó mejor los anteojos y, al notar la presencia de Alfred, arqueó las cejas y no pudo evitar soltar un comentario con respecto a ello - ¡Vaya, Jones! Al parecer finalmente decidiste dejar de acudir a los llamados de la gente que clamaba por un héroe y viniste a la hora indicada~ -algunos alumnos soltaron risitas desdeñosas, recordando las ocasiones en las que Alfred excusaba su retraso afirmando que alguna niñita desamparada le había pedido que recuperara su gato o... que algún malvado villano había apagado su despertador, motivo por el cual no había sonado. Incluso él soltó una risita un tanto nerviosa, sintiendo su orgullo herido, pero sin poder hacer nada pues... bajo sus manos tenía algo que consideraba más grave. - ¡oh! -continuó la mujer notando la ausencia de algo casi característico del rubio- Y al parecer también decidiste deshacerte de esa horrible chaqueta, ¿No es así?

Esos comentarios también le dolieron bastante, pues básicamente consistían en un golpe muy bajo para él, y una manera con la cual herir aún más su orgullo. Sin poder evitarlo, se cruzó de brazos, infló los mofletes e hizo un puchero.

- ¡No es horrible! -defendió rápidamente- ¡Es una chaqueta completamente heróica, por eso...!

- Espera, ¿Qué tienes ahí? -pero antes de que él pudiera terminar su frase, la profesora se había percatado de algo y se había dirigido hacia él mientras toda la clase depositaba sus ojos sobre el americano, el cual tragó saliva y dejó caer varias gotas de la cabeza.

- A-Ah... pues... esto es...

- Quita eso de ahí, Jones, no es adecuado tener eso en la clase de esa forma.

- P-Pero, ¡Profesora! A-Así estoy mucho más cómodo, ¿Lo ve? No es nece-...

- Que lo quites, ahora.

- No, ¡De verdad...! E-Está bien así... -pero antes de que siguiera diciendo algo, ella tomó una de las mangas de la chaqueta, y la estiró, contemplando la mesa con los ojos abiertos como platos.

- ¡Ah! -se llevó las manos a la cabeza, sin saber qué decir, mientras era el producto de la burla del resto- ¡P-Puedo explicarlo! ¡Lo juro!

¡Genial! Otro día más en la sala de castigos...

La segunda parte es un post de temática libre, para verificar la creatividad y el desempeño, tal como si estuvieses abriendo un topic. Se permite el uso de cualquier elemento.

Arrastraba los pies rumbo a sus habitaciones, teniendo una expresión algo cansina y con deseos de poder estar tirado sobre su cama y dormir todo lo que quisiera, incluso cuando los profesores le habían dado una montaña de deberes. Bueno... Eso no constituía ningún problema, porque lo seguro es que prestaría los apuntes de cualquier cerebrito que estuviera en la clase ¡Y asunto resuelto!

Mientras todavía se dirigía a su habitación, sintió la urgente necesidad de dirigirse al baño, debido a que la profesora no le había dado el permiso necesario para salir durante las clases. Apretó sus piernas y dio pequeños saltitos, intentando no hacerse 'nada' encima. Apretó su entrepierna mientras la sensación desaparecía un poco, y aprovechaba la ocasión para dirigirse corriendo hasta los baños más cercanos, creyendo que no llegaría a tiempo. En su camino chocó con algunas personas, a quienes no les prestó demasiada atención, debido a que tenía sus 'necesidades de héroe', las cuales eran mil veces más importantes que el resto en esos momentos.

Al llegar, empujó la puerta produciendo un fuerte ruido, al cual ignoró por completo, y se dirigió hacia los urinales, desabrochándose los pantalones, y finalmente cumpliendo con su cometido antes de que mojara los pantalones. Dejó escapar un suspiro de satisfacción, y apoyó la frente contra la fría pared, agradeciendo mentalmente.

Pero su felicidad no duró por mucho tiempo, debido a que cuando apenas se colocaba de nuevo los pantalones, creyó escuchar ruidos raros. Dejó escapar un respingo y observó lentamente hacia atrás, sin lograr ver absolutamente nada. Soltó un suspiro de alivio, creyendo que se trataba de su imaginación, pero entonces... esos mismos ruidos volvieron a hacerse eco, procedentes de uno de los cubículos, el cual sabía (o eso le hicieron saber) que estaba cerrado debido a desperfectos.

Tragó saliva y sintió su corazón latir rápidamente, contemplando dicho lugar horrorizado, mientras de inmediato venían a su mente aquellas películas de terror que siempre contemplaba... Normalmente, antes de que apareciera el fantasma o el asesino, siempre había sonidos extraños que acababan con la aparición de algún ser monstruoso que acababa descuartizando a la víctima. Su rostro palideció casi por completo, y un aura azul surgió sobre su cabeza, mientras retrocedía un paso y su espalda se topaba con la pared.

Esa era una broma de mal gusto, ¿Cierto? ¡E-Era imposible que hubiera algún fantasma dentro! S-Seguro era un simple ratón... sí, eso... ¡Por eso no tenía nada de qué preocuparse! ¡En un colegio tan grande como ése era obvio que habría muchos ratones! Rió nerviosamente autoconvenciéndose de que tenía toda la razón del mundo, cuando, por tercera vez, los sonidos se hicieron oír de nuevo.

Dejó escapar un chillido de horror, con la cara llena de líneas azules, creyendo que iba a morir... ¡Lo mejor sería que huyera lo más rápido posible! Sin pensar demasiado, se dirigió corriendo hacia la salida, pero de pronto se detuvo en la puerta.

No, huir no era precisamente algo heróico, y él debía demostrar su orgullo y valentía ¿Verdad? Así todos en el colegio lo considerarían un héroe ¡Y hasta era posible que le dieran una medalla de honor por haber derrotado a un fantasma que amenazaba la paz del colegio!

Elevó el puño con la mirada determinada antes de girarse lentamente y observar con terror la puerta del cubículo, del cual creyó ver (o más bien era algo tan solo producido por el miedo del momento) una especie de aura negra escapar de él.

Con las piernas temblando, tragando saliva en más de una ocasión, el estómago encogido, y la mirada temerosa, se fue acercando lentamente a la puerta. Alargó un brazo tembloroso, mientras bajaba la mirada y cerraba los ojos con fuerza, creyendo que se arrepentiría de esa decisión... Pero como buen héroe, lo correcto era seguir hasta el final, ¿No es así? Sin pensar demasiado, abrió la puerta con fuerza y abrió los ojos de pronto, quedándose dispuesto a enfrentar a sea lo que fuera que se encontrara dentro.

Sin embargo, dejó caer una gota y cayó al suelo al notar que el que estaba allí era nada más ni nada menos que...

Su amigo alien, Tony.

El pequeño extraterrestre se encontraba sentado sobre la tapa bajada del viejo retrete, con un portátil sobre las cortas y finas piernas dobladas. Sus ojos rojos enfocaron sobre el americano, ladeando la cabeza con un signo de incógnita apareciendo a su lado, obviamente sorprendido de que lo hallaran de esa manera.

Alfres se incorporó frotándose la cabeza con un ojo cerrado y haciendo una mueca de dolor, antes de apoyarse contra la pared que dividía a ese cubículo del siguiente.

- ¡T-Tony! -lo reprochó de inmediato, haciendo un puchero- ¡Qué susto me diste! ¡Creí que eras un fantasma o algo así! -a pesar de los regaños, obviamente se sentía infinitamente aliviado de saber que tan solo se trataba del pequeño ser gris en lugar de algo mucho más desagradable. Su amigo afirmó algo en su idioma y Alfred comprendió lo que decía-...¡No es gracioso! -se cruzó de brazos e infló los mofletes, adoptando una actitud infantil- De todas formas... ¿Qué haces aquí? ¡Sabes que si te descubren estarás en problemas!

Una vez más el extraterrestre afirmó algo en un idioma inintendible para los humanos, sin embargo, Alfred nuevamente comprendió lo que decía. Después de todo, había pasado tanto tiempo con él que era capaz de hacerlo.

- What? ¿Que estás aquí porque tienes señal...? -el pequeño extraterrestre asintió a sus palabras y señaló el portátil. Alfred todavía no estaba seguro de si sería una buena idea que su amigo estuviera allí, después de todo, su padre le había prohibido estrictamente no mostrárselo a nadie e impedir que los demás sepan de su existencia. La idea no le agradaba en lo absoluto, pero no había tenido más opción que acatar órdenes.-Da igual, vamos de aquí rápido, o de lo contrario es probable que alguien te vea...-Pero cuando iba a ayudarlo a salir de allí, logró escuchar pasos rápidos que se acercaban a ese lugar.

No se había dado cuenta de que había hecho tanto ruido, pero lo seguro era que con eso había alertado a algún profesor, quien quizás se dirigía hacia allí para comprobar qué sucedía. Horrorizado, le pidió al alien que se ocultara rápidamente en algún lugar, y que escapara mientras daba algunas excusas a quien se dirigiera hacia allí. Después de todo, como buen héroe, no podía permitir que sus amigos cayeran a merced del enemigo, right?

Tragó saliva mientras su mirada se fijaba sobre la puerta, sintiéndose nervioso de pronto y sin saber muy bien qué hacer para salir de esa situación que había surgido de pronto. ¿Y si los descubrían...?



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Entrevista de Alfred F. Jones Empty Re: Entrevista de Alfred F. Jones

Mensaje por Roderich Edelstein Vie Mar 18, 2011 3:29 am

Hahahá entonces no te detengo más para que hagas tu ficha, quedas bienvenida linda. :3 Loved it!
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