Pedro A. Hernández G.

• Nombre completo: Pedro Antonio Hernández García.
• Sobrenombre: Pedrito~ o mejillas comestibles… (¿)
• País al cual representa: México.
• Edad: 16 años
• Curso: Tercer Grado.
• Club: Cocina

Actitud mental:

Pedro es alegre por naturaleza. Sociable y amigable con todo mundo. Invitando siempre que puedo a los demás a vengan a visitarle a su dormitorio. Tiene un buen sentido de la comida que sus abuelos le mostraron en su pasado. No se cree alguien guapo, pero tampoco se siente feo, algunas veces saca una personalidad que casi nadie conoce, y que sabe que existe. Le gusta ayudar a los demás, le fascina sentirse que todos son partes de su familia. Académicamente es listo, pero siempre pasa de milagro, es demasiado flojo para ponerse a estudiar al menos que sienta que pueda reprobar, es de las personas que dejan todo para la mera hora. Poco a poco ha estado aprendiendo de sus amigos europeos, admira a cierto norteamericano.




• Estatura: 1.68 m
• Peso: 66 kg
• Color de cabello: Negro.
• Color de ojos: Cafés oscuros.
• Tonalidad de piel: Morena
• Extras: Posee una contextura media, tiene algunos cuantos músculos perdidos por ahí, si es que no sube de peso. Usualmente lleva consigo una cruz de plata en el cuello, regalo de su abuela. Usa ropa que Alfred tiende a usar de moda. Usa el uniforme, pero siempre trae la camisa fuera del pantalón y tenis. No tiene buen sentido de la moda, sin embargo cuando debe estar presentable lo hace —obligadamente, pero lo hace…—


Historial:

No recuerda a sus padres, ya que fue criado por sus abuelos (Él venia del norte, y ella venia del sur); fue educado de una forma extraña, aprendió mucho sobre magia, curanderismo, varias lenguas, y un sinfín de conocimientos de comida típica de su país. Siempre amo con locura las historias que su abuelo le contaba, por eso es que siente que puede ver los seres míticos de aquellas historias (algunas veces siente que alucina).

De pequeño se perdió, encontrándose con Antonio, quien le cuido y le ayudo a regresar a su casa. Durante el tiempo que estuvo con él, aprendió varias cosas de su cultura e incluso aprendió su lengua. Le tomo cierto cariño que jamás logro expresar por situaciones del destino.

Pedro regreso a su hogar, para toparse con la muerte de su abuelo, por lo que se deprimió por un tiempo. Su abuela al verlo tan triste le mando de viaje, y fue así que conoció a Alfred F Jones, quien se convirtió en su ejemplo a seguir por lo estruendoso y alegre que era. Decido a que no se dejaría vencer, imito en sobre manera a Alfred, haciendo algunas veces que su abuela le regañase por eso. Sabe que siente algo raro por su amigo, aunque no quiere admitirlo porque el gringo (como le dice de cariño y para molestarlo) es un hombre.

Conforme crecía se fue alejando de su abuela, y sabe muy bien que si ingreso en el colegio fue porque deseaba alegarse un poco de ella. Cuando recibió la invitación de ingreso al colegio, le sorprendió en sobre manera, él no se considera nada inteligente, ni disciplinado, pero aun así sabe que dará lo mejor de si para no decepcionar a aquellos que creen en él (aunque eso significa estudiar, hacer tareas. Admitámoslo, Pedro es un perezoso de los grandes)

Fotografías:

Spoiler:

Anexo:

-El chile es lo que más ama, por eso siempre que puede -por no decir siempre-, lo pone en sus platillos.
-Ama las fiestas. Donde haya tequila, chicas guapas y música ahí estará él.
-Se cree que es muy hombre, no llora al menos que… que… que se sienta que de verdad le han dado en su hombría. Llora machamente, que es muy diferente.
-Ve espíritus como Arthur, solo que este piensa que son ruidos o no le toma la importancia que debería.
-Nunca comprendió~ que eso de la regla 6. No vio nada fuera de lo normal.

Listo. Perdona, no me había fijado que estaba el modelo. Que fail... vale, creo que... sería todo, no?