Fiebre [Arthur]

Vidharr siempre había sido una persona con una salud envidiable, así que los primeros años de su vida sobrevivió a la negligencia de su padre gracias a su gran salud, pero cuando los demás se enfermaban solía preocuparse, en especial si los consideraba sus amigos.

Había técnicamente empujado a Arthur a la enfermería cuando había notado su extraño comportamiento, aunque por su forma de actuar no parecía preocupado lo estaba y mucho, puesto que él no sabia que tipo de enfermedades eran realmente malas y cuales eran simplemente algo normal en las personas.

Mejor prevenir que lamentar ¿No?

- No hay nadie... -Suelta con un poco de decepción cuando abre la puerta. En el escritorio donde estaba normalmente sentada la enfermera estaba un papel que decía "Vuelvo pronto, por favor, esperen acostados en alguna de las camas" Observó de reojo las camas y jaló del brazo del ingles, llevándolo a una junto a la ventana, algo lejos de la puerta- Debes esperar a la enfermera -Indicó, pero no por eso se movió de allí.

Se lamentó el haber pescado un resfrío justo ese día, y más el que otro hubiesen notado que estaba enfermo, sobretodo su compañero de cuarto. Ahora etaba siendo arrastrado a la enfermería, pero no podía negarse, quería alguna clase de medicación rápido. Si había algo que odiase era estar enfermo, y siempre tendía a enfermarse. SIEMPRE.

-Nunca está la enfermera, es irresponsable, es algo que hemos sabido incluso desde antes de entrar... -Se dejó llevar hasta la cama, sentándose en ella- Estaré bien Vid... No tienes que preocuparte tanto. Soy bastante fuerte. -Aseguró con una sonrisa.

Ahora lo único que no deseaba era que la fiebre subiera, porque debía admitir que cada que le daba fiebre alta, alucinaba. Y sí, no era con hadas ni seres mágicos, eran alucinaciones reales.

Le observó y escuchó, pero principalmente le observó; se veía mas pálido de lo habitual, pero al mismo tiempo un leve color rojizo se había instalado en sus mejillas, levantó la mano suavemente y acaricio una de estas, notando el gran calor que había en ella, haciéndole fruncir el ceño ¡No podía decir que estaría bien si estaba tan caliente! Negó suavemente y bajo la mano a su pecho, empujándolo con suavidad.

- Estas muy caliente, acuéstate -Cuasi ordenó, mirando alrededor, como buscando algo. No era tan idiota como para intentar darle alguna medicina, tomando en cuenta de su falta de debilidad en cuanto a caer enfermo, así que solo barrió la estancia con la mirada, encontrando una silla y buscándola, para sentarse a su lado, confiando que Arthur le haría caso y se acostaría un rato.

Últimamente se estaba preocupado demasiado por el rubio, quien por cierto se había vuelto su compañero de cuarto luego de que hubiese un problema en el suyo y fuera dejado allí provisionalmente mientras lo arreglaban, aunque corría el rumor de que no restablecer al ingles a su habitación, sino que la reservarían para nuevos alumnos ¿Es que acaso no eran ambos del mismo grado, asegurados en la institución?

Suspiró, colocando la silla frente a Arthur y sentándose en esta.