tabaco y chocolate -privado lemon

No era para nada justo en muchos sentidos; Estar atraído por su compañero de habitación, principalmente por eso, porque eran compañeros de habitación. Se aseguraba que no era nada emocional, que solo era ese incesante mar que ambos tenían de provocarse. Culturalmente no tenía reproches por entregarse a otro varón, como ya lo había hecho, pero Marius era diferente porque de verdad lo apreciaba y odiaría que le reprochara aun más de lo que hacía en veces, pero como siempre el menor hacía berrinche, gritaba no comprenderlo y salir de allí, o simplemente lo miraba tan fríamente que le congelaba el alma. Ahora no se preocupaba tanto por todo esto, se sentía tranquilo, muy tranquilo; esa siesta le había hecho olvidarse de muchas cosas.

Entraron a la habitación, cerrando la puerta con su peso cuando se recargó en ella, abrazado al cuello del menor, besándole en los labios manchándose otra vez del labial negro, jugando con su lengua y sus labios hasta sentir que si seguía privándose de oxigeno moriría.

-¿Cómo puedes ser tan alto? –soltó aun sabiendo la respuesta. El rumano era un oso negro, no había duda de ello.

Deslizó sus manos por la camisa del castaño, abriéndole los botones para deslizar sus manos hasta el bien marcado abdomen… era quizás de los mejores cuerpos que había en el club de esgrima… tenían que hacer bien de la fama del club al ser “los más atractivos”

-Adoro tu aroma… -soltó- La mezcla de tabaco y chocolate.

-Tu no eres tan bajo, eres alto a comparación de los de tu país y de altura promedio en muchos lados del mundo…¿Por qué diablos siempre acabo hablando de pendejadas cuando me das un tema con que hacerlo?

En serio que el daba pena que estaban en algo mas y ahora empezaba a hablarle sobre las alturas y que no era tan bajito…Mejor se acabo de quitar la camisera, no hablar, mejor solo seguir o Narayan podría volver a conectar su cerebro y acabaría de nuevo frustrado, como muchas veces en el pasado. Le abrió la camisera por igual, reventándole el ultimo botón, ya se cosería de nuevo cuando lo hallara y acabaran un tema más importante como en el que estaban ahora. Le tumbo a la cama, la cama del mayor que la suya era un asco y tal vez y acababan clavándose algo si lo hacían ahí. Pero, entrando en materia y en juegos, el otro habia dicho que lo dejaría si tenia todo, asi que, ¿Por qué no hacerlo si lo tenia? Se levanto de la cama tras de besar el vientre de su compañero, abriendo uno de sus cajones para sacar la aguja que seguía esterilizada dentro de su empaque, como un arete de jade negro y metal quirúrgico, especial para el otro. Se subió a la cama y besos dos de sus dedos, dejándoles en los labios del moreno, sacando la aguja del paquete tras de mojar con alcohol un algodón.

-No te puedes quejar, tengo todo y te aseguro que no te dolerá..al menos no mucho. Y ya lo he hecho, también ya lo sabes, yo me agujeree las orejas solito…Asi que dame tu mejor gemido de placer, cielito que te la meteré hasta que te duela

Doble sentido, claro, quería follarselo tras de dejarle ese arete, esta vez no podría jalarlo con los dientes o Narayan seguro lo madreaba ya que estaría adolorido. Le mordió el ombliguito en juego antes de pasar el algodón contra la piel para desinfectarle, levantándose por una botella de agua que tenían en el minibar, poniéndosela unos momentos, eso le ayudaría a adormecer la zona. Al sentir la piel ya fría, paso de nuevo el algodón y tomo una pequeña porción de piel del mayor, concentrado en lo que hacia. Metió la aguja, sacándole y dejando los dos agujeritos, colocándole al arete y limpiando la zona con un algodón nuevo. Se rio al ver el arete, tocándole la barriguita al otro

-Vez, no fue tan malo

Se tendió en la cama, abriendo las piernas y dejando que el otro se acomodara entre ellas. Ya sabía que era mejor no hablar, y más porque no sabía que tenía que cosa que decía el otro le seguía el hilo, de repente empezaban a discutir y lo corría de su cama… o la habitación. Ahora lo que se estaba preguntando es cómo diablos tenía ya casi su maletín quirúrgico en el cajón, pero no se lo pensó, sólo se sonrió de lado haciéndose a la idea de lo que le estaba esperando. Ya tenía varios aretes, pero ya recordaba que por dos meses, ese arete le iba a costar sentarse como embarazada.

-Se amable, amor –soltó con sarcasmo como si de verdad se lo dijera a un amante pero con una sonrisa bastante burlona

Atrapó su sábana de seda entre sus manos por encima de su cabeza, dejando que la camisa se le abriera bastante; según sus hermanas el dolor de ese arete no se comparaban con los demás, pero ya lo comprobaría. Cerró los ojos, ajeno al frío de la botella de agua: y luego el pinchazo, se tragó el primer quejido de cómo la aguja atravesaba su carne, era una sensación que no podía explicar con facilidad: Aquel mental que rompía su dermis y subía hasta que encontraba camino al otro lado, sintió también como si le dieran un solo tirón a sus abdominales. Gimió cuando empezó a meterle el arete, ese si no pudo contenerse, el espacio que hizo por donde había pasado la aguja…

-Tú no lo tienes puesto –soltó con su comentario

No… pudo haber sido mucho peor, pero si dolió. Deslizó sus dedos a su ombligo sintiendo la carne un poco hinchada. Le miró con reproche fingido y le jaló de la camisa aun teniéndole entre las piernas para plantarle un beso bastante erótico.

-Tendrás que financiarme los aretes del hoyito que me hiciste –le dijo en los labios en tono de broma, pasando sus brazos por debajo de los del menor, acariciándole la espalda con los ojos cerradas ¿qué mejor recuerdo de ese idiota?....

-Con tal de que no te lo quites te comprare uno cada semana si quieres, se te ve muy sexy, moreno….Aunque debí comprar uno blanco, así contrastaría con tu piel morena…Quizás luego te perfore un pezón o aquí…Aunque creo que ese mas bien me lo haría yo

Acaricio su entrepierna suavecito, claro, si era él el que era el activo entonces era mejor que esa perforación se la hiciera el...Aunque, ¿desgarraría a Narayan cuando se lo metiera si se perforaba? Debía de investigarlo, si no, sería divertido perforar al mayor en esa zona. Ya no lo dejaría perforarse o más bien, que alguien más lo perforara, si quería un agujero nuevo entonces se lo haría él. Beso la zona que seguía hinchada, tendría cuidado al menos por una semana a o dos por que le dolería, la cicatrización completa, pues aun faltaba bastante, pero el dolor seguro se le quitaría y si no estaba seguro que su gran mariguana medicinal ayudaría, si quitaba dolores de cabeza y de golpes, entonces quitaba dolor de perforaciones. Le acabo de quitar la camisera, metiéndose entre sus piernas para besarse con el , acariciando sus flancos mientras sus lenguas jugueteaban entre ellas dentro de sus bocas, como fuera. Deslizo su lengua sobre la de Narayan, entrecerrando sus ojos para centrarse solamente en la sensación que daba ese roce que siempre le había encantado desde que lo conoció. Mordió su labio inferior, jalándole con cuidado de no dañarlo, regresando a ese jugueteo que incluía labios, lengua y saliva.

-Me encanta besuquearme contigo

Susurro entre besos, frotando sus caderas una contra a otra, muy tenue, solo como para que sus cuerpos se fueran sintiendo, disfrutaría del mayor ya que no sabia cuando volverían a hacerlo. Lo tomo de la mano, volviéndolo a besar, ladeando su cabeza para disfrutar mejor de la cavidad bucal de su amigo, sobándose con un poco mas de fuerza contra el. Sus pieles desnudas también entraban al juego, con sus torsos desnudos acariciándose entre sus movimientos. Amaba la piel de su amigo, era tan suavecita, de un aroma tan embriagador que lo enloquecía, y cada vez que Narayan le dejaba, tocarle se volvía casi adoración. Se separo al necesitar ahí, jadeando bajo y sonrió al otro, con sus ojos nublándose de deseo por el hindú, se recostó en su pecho, acariciándole los antebrazos, subiendo hasta sus hombros y bajando de vuelta

-¿Tu? No creo que dejes de lloriquear porque agujereaste a tu amigo –rió bajando su mano hasta la entrepierna del otro

Ya sabía que estaba mal, que no debía andar dejándose seducir como tampoco atraer a alguien más, pero eran dos cuerpos que se atraían con tanta fuerza que le daba miedo chocar y hacerse pedazos. Marius era tan apasionado, tan sediento de su cuerpo como él lo era del rumano, pero sabía que se estaba metiendo en un terreno que quizás no podría controlar. Flexionó las piernas para dejar que la pelvis del menor se frotara con más demencia contra su miembro que ya por debajo de la ropa se levantaba haciendo que la ropa se le hiciera tan molesta y poco necesaria.

Sus brazos rodeaban el cuello del europeo para no hacerlo ir demasiado lejos, que sus pieles siguieran calentándose y su cabeza se quedara apagada por mucho tiempo. Se giró quedando sobre el castaño, abriéndole el botón del pantalón con la lengua y el zipper con los dientes, dejando que su aliento chocara contra la piel del otro.

Bajó el pantalón con todo y la ropa interior… quería verlo totalmente desnudo, así como cada mañana que el desgraciado se salía de bañarse, se acostaba en su cama cuando lo creía dormido y lo abrazaba tan firme que le hacía sonrojar por hacerle sentir tan excitado, pero no se le podía culpar su piyama apenas era de un algodón fino que le dejaba sentir todos los contrastes del cuerpo del menor.

Descubrió todo su cuerpo, acariciándole las piernas y llegar a besar su miembro casi erecto, pero ya sabía que con sentir su lengua un par de veces se pondría tan duro que ambos terminarían desesperado. Sujetó el pene para poder chupar la punta, succionándole con fuerza a la vez que masajeaba los testículos.

-Yo no lloriqueo

Le dijo con una media sonrisa, el moreno era tan sensual, no era su culpa que cada cosa que Nara hacia le ponía como adolecente caliente. Gimió con gusto ante la boca y lengua del otro ahí abajo, no tardo nada en erectarse entero. No negaría jamás que era delicioso cada que podían jugar así, rara vez lo hacían, pero los manoseos y demás cosas parecían ser cada vez mas y mas frecuentes. Le separo de su cuerpo con su pie, tumbándolo a la cama de vuelta y sin borrar su sonrisa desnudo al otro por igual, mandando a volar sus pantalones. Separo sus piernas tan bien torneadas, sonriéndole de medio lado, bajando a lamer sus muslos muy despacio, pasando por alto sus genitales adrede, subiendo hasta sus labios, jadeando de placer ante sus cuerpos desnudos entrelazados en la cama del mayor, besándole con ansiedad, chupando su lengua. Bajo su mano hasta las nalgas de Narayan, acariciando con dos de sus dedos su sensible entrada, mientras sus bocas y labios intercambiaban saliva. Se separo unos cm de sus labios, jadeando suavemente, acariciándole hasta acabar metiendo el dedo medio en su recto, bajando a torturar sus tetillas.

-ya no tengo condones, asi que si no tienes tu creo que ya nos jodimos

Conocía al mayor lo suficiente para saber que no le agradaba que lo dejara lleno, no aún. Bueno el tampoco aceptaba coger sin condón si sabia que alguien tenia una vida sexual demasiado activa y mas cuando eran del tipo que jodian con gente que apenas conocían. Bajo hasta su entrepierna, lamiendo muy suave la punta, solo para buscar el desesperarle un poco, le gustaba verlo retorcerse de placer y se aseguraría de que estos acostones se repitieran, ya no soportaría mas el follar una vez y pasar seis sin nada. Le levanto de las nalgas, bajando hasta esa flor rojiza que se dejaba ver, lamiéndole, regresando a dilatarle esta vez con dos de sus dedos, lamiendo y besando esa zona.

-Un dia cuando te distraigas te fotografiare desnudo, inútil, me facina tu cuerpo, moreno

-atrévete y entonces verás porque soy el capitán de esgrima, tarado

Y en serio que sí, no le iba a dejar fotografiarlo para que luego hiciera una tontería con esa foto… más si la tomaba con una cámara digital, así que si quería una foto suya él se la daría en papel brillante para ni con un scanner pudiera pasarla a la computadora. Por un rato decidió quedarse quieto, disfrutar plenamente de todas las sensaciones que recorrían su cuerpo de la cabeza a los pies. Realmente no estaba acostumbrado a la sensación de algo introduciéndose en su recto, le causaba un poco de escalofrío e incomodidad, terminado por subir sus manos a la cabecera de su cama para pasar un poco a ella lo que estaba sintiendo; Sabía que lo sentiría mejor cuando empezaran hacerlo pero eso no evitaba que se sintiera… avergonzado que el rumano viera sin ningún tipo de medida o pudor su cuerpo desnudo que reaccionaba de forma tan natural a sus caricias.

Jadeo cerrando los ojos para luego intentar apretar los labios, se sentía bastante bien como esos dedos iban tocando su próstata, se sentía tan bien… tan inexplicablemente mórbido que pudiera conocer su interior por segunda vez, nunca se había acostado dos veces con una persona, en Londres apenas dormía con una para huir para evitar el encariñamiento que solía sufrir pero con Marius… era tanta la insistencia, él verlo y desearlo tanto que empezaba a desechar esas absurdas ideas de no querer ser parte de alguien más.

-Ah… Ma, marius… -gimió terminado por ir hasta el menor, sentándosele en las piernas y abrazarle de la nuca, mirándole a los ojos… tan cerca, con sus cabellos platinos casi cubriéndoles-… no importa, yo no duermo con nadie, y tu hace mucho que lo haces… -bajó su mano hasta la erección del otro acomodándole en su entrada, aun no estaba bien dilatado… pero lo necesitaba demasiado.

-Como tu ordenes y quieras, moreno

Le sujeto de la espalda, la sentía húmeda por el sudor que recorría el cuerpo de ambos, moviéndose contra el para rozar su recto, la menos sentir como se dilataban sus esfínteres un poco por la ansiedad. Ahora por nada del mundo se detendría, se tiraría al mayor pasara lo que pasara. Beso sus labios, tomando su erección para acomodarle mejor contra esa entrada, como de la cadera para hacer que su miembro entrada de golpe gracias al peso del cuerpo de Narayan, arrancándole un gemido de placer que seguro hasta sus vecinos escucharían. Beso sus hombros y cuello, jadeando de placer, acabándole por tumbar a la cama de vuelta, sin salir de su cuerpo. No se movio, quería disfrutar de cómo los esfínteres del cuerpo del hindu apretaban su pene, se sentía bastante rico

-Se jode tu culo, me lo voy a coger aunque te tenga que violar

Le dijo con una sonrisa amplia, saliendo de su cuerpo para sujetarse de la cama y de de la cabecera, seria algo difícil dilatarle, estaba tan apretado ante la falta de costumbre de esa zona a recibir algo, pero ya se acostumbraría, de eso se aseguraba el rumano. Beso sus labios, susurrándole contra estos que abriera un poco mas las piernas, seria mas fácil el comenzar a penetrarlo si estaba bien abierto. Pego su mejilla contra la del mayor, moviéndose despacio, pero haciéndole estocadas profundas en busca de tocar esa zona de placer en el otro. Ya no sabia si estaba demasiado bien dotad o el cuerpo de Narayan era más angosto de lo que pensaba, al menos esa zona que intentaba hacer suya, de nuevo. Al comenzar a sentirle mas dilatado le tomo de una de sus manos, sujetándose aun de la cabecera, sin detener sus estocadas contra el otro, jadeando cada que entraba y salía del otro

¿Qué rayos?!... estaba pensando, no podía dejarse llevar a lo estúpido por algo así, pero allí estaba abriendo las piernas para el rumano que usaba su cuerpo para satisfacer sus deseos, pero igualmente no podía ser hipócrita… a él también le gustaba; adoraba sentir ese miembro abriéndose paso entre sus esfínteres que se abrían a regañadientes por el impulso de ir y venir de ese falo. No importaba si lo tenía grande o no, pero lo usaba siempre de la mejor forma para hacerlo delirar de lo rico que llegaba a frotarse contra él.

Levantó la mirada a los ojos del otro, dudaba que fueran necesarias las reglas morales; Marius estaba haciendo que se derritiera del puro morbo de imaginar lo bien que se debía de ver la escena de ambos cogiendo de una forma tan intima y cerrada, tan pegado, con sus pieles aun más sensibles y parte del menor atorada en su cuerpo.

-idiota… -murmuró contra sus labios antes de atraer su boca a la suya, reclamándole con sed y hambre de no poder probarla por estupideces cuando se moría por probar su saliva todos los días, y más cuando el descarado se ponía a comer chocolate frente a él como si deseara pasar esa lengua sobre su cuerpo.

Subió ambos brazos a la cabecera, comenzando a mover la cadera como uno de esos sensuales bailes de su tierra natal, cerrando los ojos totalmente entregado a lo bien que se sentía y seguramente el tonto europeo disfrutaba verlo con la cara sonrojada, aunque era un tono más tostado por su piel, los cabello revueltos, y el sonidito de la pulsera de jade pegando con las otras metálicas que había decidido llevar ese día.

Lo primero que hizo fue deshacerse de esa maldita pulsera que usaba el mayor, esa cosa roja que tanto le desagradaba verle puesta, no la usaría cada vez que cogieran y se lo hizo saber al lanzarla al escritorio del moreno, acallando cualquier queja al comenzar a golpetear su próstata con mas insistencia, gimiendo con gusto. Cada vez se colocaba mas y mas caliente, como sentía su abdomen mojarse ante el liquido seminal del hindú, haciendo que soltara los tubos de la cabecera al entrelazar sus dedos con los de el, mirando su cara roja de placer, buscando la sensación de su lengua y saliva de nuevo, jamás se cansaría de besarlo. Soltó una de sus manos para acariciar el cuerpo bajo de si, saliendo para mover el cuerpo del otro, dejándole boca abajo, abriendo sus nalgas sin pizca de pudor, lamiendo esa zona que ya estaba bastante mas abierta y se contraía de una forma muy morbosa en manera de queja de que estaba sin ocupar

-Seré idiota pero te encanta que te coja y te manosee

Le dio una buena nalgada en juego, levantándole con facilidad, para poder regresar a su cuerpo, embistiéndole mucho más fuerte ahora, como mas profundo. Cerro los ojos, dejándose solo llevar por las sensaciones de placer que le recorrían el cuerpo entero ante el acto que tenían, abriéndoles solo para toparse con la ventana que estaba frente a la cama de Narayan, con el atardecer pasando ya a la noche. No lo dejaría en paz, aunque el otro se quejara quería pasar la noche abrazado del cuerpo del otro sin que luego lo tirara de la cama. Bajo a lamer y morder partecitas de su piel, llenando esa espalda morena de marcas que no se notarían tanto, pero que tampoco pasarían desapercibidas del todo. Sus labios bajaron hasta los hombros, pasando mas tiempo en mimar el hombro lastimado hacia días, el feo moretón ya estaba desapareciendo del todo. Sus manos masajeaban los testículos y nalgas de su compañero, sin parar sus fuertes embestidas contra el otro, ladeando la mirada y se rio bajo al ver la imagen que hacían gracias al espejo que estaba en la puerta de su closet en forma de ataúd, a lo que se acabo sujetando de la cadera de Narayan para embestirlo con mas fuerza, escuchando la cama moverse bajo su acto, como el espejo que mostraba completamente como lo hacian

-Ah… si…eres un idiota… y un mocoso –jadeo- Supongo que por eso dices varias cosas que son ciertas –rió entre jadeos

Levantó la cadera para poder hacer las cosas más fáciles. Marius era un bruto cuando estaba bastante caliente y aunque él se sentía igual no podía dejar que se pasara de listo y aun más que lo dejara caminando mal al día siguiente que tenían prácticas. Apretó los dientes con fuerza cuando el miembro empujó hasta hacerle sentir que tocaba algo más dentro de su cuerpo, jadeando como un perro apareándose y por momentos se sentía mucho menos que eso; Se arrancó la cadera con el pequeño dije de flor de loto, reventando la cadena y echándole al piso de la habitación junto con su anillo: Estando en esa cama solo era de Marius.

-…tan caliente –jadeo rasgando las sábanas de seda naranja y arqueaba levemente su espalda- Mm…Marius… hazlo con más fuerza…

Aunque dudaba que pudiera hacerlo y fuera un reclamo tonto de su parte; realmente empujaba con fuerza dentro de su culo, abriéndole casi a la fuerza mientras que sus testículos pegaban contra sus nalgas, se sentía tan rico el tener a ese hombre dentro, haciendo fricción entre sus carnes hasta hacerlo morder la almohada y poder acallar un poco sus gemidos.

No podía ver su reflejo en el espejo, no estaba en un buen ángulo, pero leves miradas que daba hacía el menor podía saber claramente que eras demasiado excitantes: El falo dentro de él que se endurecía más se lo confirmaban: Tenía tanta conciencia de su cuerpo que sabía perfectamente los cambios que ambos se presentaban, como su sangre le hacía arder las mejillas y a pesar de su piel morena de mostraba lo excitado que estaba, al igual… que su propia erección que sacaba chorritos de presemen.

Era tan perfecto el sentirle tan extremadamente caliente y excitado, el jadear y gemir de Narayan era la música más fantástica que hubiera escuchado y sabía, que escucharía jamás. Su cuerpo era tan extremadamente perfecto, hermoso en todo sentido, como sus esfínteres se contraían a cada dura embestida que le propinaba, el sentir como se mojaban sus manos de sudor y presemen que destilaban de los poros y pene del mayor. Sus músculos contraídos y el respirar agitado, estaban ambos entregándose con todo, dejando atrás el si Narayan era casado, si Marius era un golfo o si esto o aquello, solamente estaban ambos metidos en esa cama, haciéndole como adolecentes, solo eso. Gimió con gusto ante esos calambritos que el recorrieron, saliendo del cuerpo de su amigo, no quería venirse todavía, tenia tanto que disfrutar del hindú. Se paso los dedos por el cabello, haciendo esos sudados mechones hacia atrás, mirando la entrada de Nara que destilaba su presemen, como se contraía en busca de más. Le levanto de la cama, dejándole contra del ventanal que tenían, de modo que quedara de espaldas a si, el reflejo del vidrio les dejaría a los dos el ver sus caras contraídas de placer.

-Tienes el culo más rico de todos, Nara, no sabes cuánto ansiaba hacerlo contigo de nuevo

Le tomo de la cadera para penetrarle de vuelta, mordiéndose la lengua para no dejarse escuchar tanto, seguro que los vecinos los escucharían si seguían jadeando y gimiendo con tal fuerza. Estaba tan ansioso, se sentía de verdad un adolecente lleno de hormonas, amaba la sensación de las entrañas húmedas de Narayan, y aun así apretaba como si fuera su primera vez. Arañaba y mordía esa espaldita tersa bajo sus manos, dejándole sentir el estado de éxtasis extremo en el que logro Nara que llegara, lamiendo, besando y dejando marcas en cada parte de piel que lograba alcanzar, matando en ella sus jadeos y gemidos. Se sujeto de uno de los barrotes de la ventana, levantándole una pierna al otro para penetrarle mucho mejor, dejándole el campo abierto de disfrutarlo totalmente, dándole tan duro como al otro le encantaba. Le mordió con suavidad el cuello, dejándole una marca aún más notoria de la que traía, solo acelerando un poco sus embestidas, metiendo hasta el fondo del ano de su amigo su miembro, que amaba ser cobijado por esas paredes cálidas.

Sabia más que nadie cuanto detestaba Nara que le hiciera el amor con calma, desde esa primera noche se había quejado de ello, pero el amaba disfrutarle unos segundos mas de lo que los que tenía cuando se lo hacía con fuerza y rapidez.

Desde que se había quitado todo lo que lo enlazaba con el mundo real se había dejado perder en su propio mundo de placer: Una mezcla extraña de emociones para aquel hombre que le estaba recordando lo débil que era al tanto de otros varones. La mujeres le iba y venían por igual, casi era un obligación el casarse con esa chica que ni conocía; podía igualmente hacerlo con un varón, pero no tendría el mismo valor; porque entonces él sería de verdad un lado femenino, era difícil…

Se mordió la lengua tratando de controlarse, pero era imposible, terminaba jadeando y gimiendo, ahogándoles para que nadie más que ellos escuchara sus deseos. Llevó una de sus manos a una nalga para separarla. Otra mano ayudaba a que no se estampara contra el vitral, miró con dolor su reflejo… su cara brillante por el sudor, los cabellos mojados; su boquita tan irritada por los besos y las mordidas; Se sintió mareado por el golpe de calor cuando vio su cuerpo y como ese europeo empujaba contra su cuerpo una y otra vez.

-…n..no… aguanto, Marius… -jadeo

La fiebre del sexo lo estaba ahogando, hacía mucho que no lo hacía y ahora todo se le amontonaba de golpe en su parte baja; odiaba todo esto… ¿por qué simplemente no podía decir sí a todo lo que el rumano le había ofrecido ese día que lo hicieron en la bañera? Terminó bajando su mano a la erección para intentar controlarse, apretarla para no venirse, pero en cuando sus dedos rozaron la sensible piel, gimió bastante algo…

Cayó de rodillas pegando su cuerpo al frío cristal, le dolía el ano, sentía… una sustancia saliendo de este sus nalgas… esperaba que solo fuera el semen del menor…

Correrse se había sentido como la gloria, había sido fantástico, único y ahora estaba ahí abrazado al otro, con ambos de rodillas. Tardo unos momentos en recuperarse de ese mundo de intenso placer en el que flotaba, le gustaba esa sensación, la sentía con cada uno con los que compartía fluidos. Pero con Narayan, se perdía del todo, era enloquecedor como era que su mente se iba al mundo de los sueños y placeres eternos. Solo dos veces habían hecho lo que ahora y esos dos veces había acabado ahí. Salió del cuerpo de su amante, mirando su parte baja y tan solo se levanto para ir por la sabana para cubrir sus cuerpos. Lo había lastimado y seguro que cuando Narayan saliera del post orgasmo y lo notara se pondría como un energúmeno, pero para eso faltaba un rato. Se tiro al suelo, jalando al moreno con el, cubriendo sus cuerpos desnudos con la cobija, quedándose ahí acostados en el suelo. La luna iluminaba a ambos, mientras el silencio reinaba, pero no tardo nada en meter entre sus labios un cigarrillo, estaba totalmente de acuerdo con eso de fumar tras de tener relaciones sexuales.

-Podemos hacerlo cada que queramos, sin compromisos, solo joder tan rico como ahora. No puedes negarlo, amas que lo hagamos, gimes como toda una putita

Pero no le dio oportunidad de quejarse, ya que el cigarro fue dejado de lado para besar esos labios de encanto que tanto adoraba probar. Sabía que Narayan ya no se negaría tanto, nadie seria tan idiota de negar tener un buen polvo sin que se atara, si, sentía pro el mas que por todos aquellos con los que lo hacía, pero nunca metería la pata cuando ya estaba logrando lago..Un paso muy grande para llegar a Narayan como quería el llegar. E deseo buenas noches, dándole unas caladas al cigarro antes de apagarle y recostarse boca abajo, el piso estaba tibio y cómodo, además que ambos ya estaban acostumbrados al piso: Narayan seguido se acostaba ahí diciendo que le gustaba más que la cama y el, bueno, varias veces acabo dormido en el suelo tras de una borrachera y no poder llegar a la cama. Miro una última vez al mayor antes de dejarse llevar por el mundo de los sueños, sonriéndose amplio.

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