Tranquilizandome (libre)

-¡Oh caray, si mi viejo me cogiera otra vez haciendo nada en vez de estar estudiando me mata!- suspiraba algo avergonzada mientras pensaba en el sermón que hace unos días me dijo mi queridísimo padre por no comportarme como una señorita. Pero luego mi bipolarismo me volvió a atacar. Al hacerlo mis facciones que demostraban un rostro lleno de preocupación por ser la Oveja Negra Boogodk cambiaron a la milésima de segundo y luego mi parte optimista me salió a relucir. -¡Pero qué va nadie me molestara en estos momentos debo tranquilizarme y vivir en armonía con los mi edad para que no me mate!-dije con pesar y comenzaba a silbar caminando hacia el bosque.

Era un día totalmente perfecto. Los prados estaban pintados de verde y de muchos colores, mientras que el camino estaba bañado de un tinte color anaranjado por la luz del sol, que estaba brillando con todo su esplendor. Lo malo era que hacía mucho calor. La temperatura parecía de 110 grados Celsius. Parecía como si estuviese en un horno de microondas cocinándome viva; pero por lo menos eso era mil veces mejor que los festines de lluvia, que arruinaban una perfecta pasadía.

Me senté en uno de los prados, y de mi bolso saque un block de dibujo y me senté a dibujar sin ningún ánimo

A veces soportar las reglas del instituto, las exigencias del club de deportes, las constantes tareas que mandaban los maestros, el día entero sin dormir una siesta y encima la angustia que le provocaba el estár enamorado de un italiano malhumorado, eran cosas un tanto estresantes, y lo único que podía relajarle era tocar la guitarra, cosa que hacia días no había podido hacer gracias a su compañero de habitación que amenazaba con romperle el instrumento cada vez que intentaba tocar.
Ese día era o liberarse de toda esa angustia o morir en el intento, no tenía otra opción, así que tomó su guitarra y salió de la habitación ante los ojos del italiano, sin prestarle mayor atención, sin despedirse y sin mirarle siquiera.
Caminó hasta el bosque lo más rápido que pudo, era lo más alejado del instituto y de ese cuarto que podía estár y no pensó en otra cosa.
Era un precioso atardecer y al menos eso le alegró un poco, podría tocar con calma.
Al llegar, vió a la chica dibujando y se acercó sólo para observar antes de poder sentarse a tocar, no iba a hacerlo mientras ella estuviera ahí, no quería molestarla, y tampoco quería alejarse más de lo que ya estaba.
Tal vez iba a ser entretenido verle dibujar.

-Continuaba dibujando como si se me fuese la vida en ello , más bien era mi forma de des estresarme y buscar un poco de paz escuche que alguien se me acercaba pero se detenía a unos cuantos centímetros de mi , volité la cara y mire a un chico de piel oscura y de ojos verdes – Oye sabes que es malo espiar a la gente-dije sonriendo abriéndole un lugarcito al lado mío –Si quieres te sientas , no muerdo ni nada- digo sonriendo -

Sus mejillas se tiñeron de un leve color rojizo al darse cuenta de que había sido descubierto, la timidez no era lo de él y siempre tenía la mejor de sus sonrísas para cada uno de sus compañeros,sin importarle lo demás ni lo vergonzoso de la situación, pero tal vez en ese momento la depresión le afectaba, y probablemente también esa singular forma de sonreír, la simpatía y extraño atractivo casi infantil de la chica.
Retrocedió algunos pasos aferrandose a su guitarra como si aquello le asustara, pero después de varios segundos recobró la expresión habitual de su rostro, esbozando la mejor de sus sonrísas mientras se sentaba a un lado.

- Gracias.~ -Fué lo único que dijo mientras se acomodaba.

-jejeje-dice sonriendo- te gusta dibujar ?-dice enseñandole su dibujo de una forma infantil- no soy buena dibujando como papa pero si tengo mis dotes de artista-digo avergonzada - y como te llamas? el mio es Natali -digo sonriendo- mucho gusto-

- Ah... La verdad creo que no soy muy bueno dibujando. -Respondió a la primera pregunta sonríendo algo apenado.

Observó el dibujo durante segundos, estaba bien, a él le gustaba, la chica al parecer era una artista, y era perfecta, tenía una linda sonrísa, era bonita y agradable, si él hubiera sido Lovino, seguramente en ese instante estaría intentando ligarsela, pero no era así... Lamentablemente.

- Me gusta como dibujas, tu padre debe ser un excelente dibujante, creo que tu también lo serás. -Dijo emocionado, realmente le gustaba el dibujo.- Mi nombre es Antonio... Y soy de España, ¿Tú eres del Sur de América?, eres linda como las chicas de por alla.

Sólo lo dijo como lo que era, la verdad, sin ninguna segunda intención ni nada parecido.

-Ehhh gracias- Dije con las megillas encendidas creo que competiria con los tomates de la casa de mi abuela..-ehh si soy latina , soy de Venezuela -dije sonriendo - bueno mi papa no se hizo cargo de mi , no me reconocio como su hija-dije recordando a mi padre- pero bueno , tu tambien eres muy bonito tienes los ojos de un color precioso -dije sonrojada-

El rojo intenso de las mejillas de la latina era como el de unos tomates, le parecía adorable y por un momento sintió deseos de morderle la mejilla, como hacía con el italiano, con sus antiguos amigos o parejas, aunque la mayoría dela veces se llevaba insultos e incluso golpes, por esa misma razón lo dejó y no lo hizo.

- Oh, creo que tu padre fué cruel, pero seguramente estará arrepentido cuando sepa lo linda que eres.~ -Dijo sinceramente, sintió un poco de pena por la situación aunque a la chica parecía no afectarle mucho.

Cuando escuchó el comentario acerca de su rostro y sus ojos, no sólo sus mejillas ardieron en rojo intenso, si no que todo su rostro parecía el mas rojo de los tomates, y no supo que responder a eso, ni siquiera un "gracias" salió de sus labios.

-Vi como el chico se sonrojaba sonrei un poco y le di unas palmadas en su espalda- nee no seas modesto claro que eres lindo -dice sonriendo dandole un besito en la mejilla- ne no te preocupes aun lo sigo esperando y no vuelve-dice la chica triste- no creo que se arrepienta -dice

Cuando la venezolana le besó la mejilla, el calor de su rostro por la verguenza ya le estaba mareando, así que recobró un poco la distancia separandose escasos centimetros.

- Ah... ¡C-Claro que se arrepentirá!. -Exclamó convencido, el tipo tenía que hacerlo.- No te pongas triste, yo creo que algún día volverá... Y sí no lo hace... Lo obligaré. -Dijo lo primero que se la pasó por la cabeza, y no estaba demasiado seguro de poder cumplir, pero al menos lo intentaría, pensó, no era lindo ver triste a una chica tan bonita.

-tu crees-dice la chica sonrojandose- nee el me dejo por una mujer mucho mas bonita que yo-dice recordando a su madrastra- me dejo sola -dice la chica. Triste comenzando a llorar.- yo no le agrado a nadie el me dejo por que no era bonita como ella y me dejo sola-dice bajando la cabeza- de seguro pensaras que soy tonta -dice la chica en susurro-

(of: o mi gunis estoy peor que las emos de las novelas XD)

- P-Pero... No llores... - Si había algo que odiaba, porque le afectaba, era ver a las personas llorar, bueno, siempre y cuando podía entender la situación, porque era tan despistado que nunca lograba comprender nada, pero ésta vez había entendido, y hasta llegaba a doler ver a la chica tan linda sintiendose así.- No eres tonta, creo que eres una chica inteligente, y seguro que eres muchisimo mas bonita que esa mujer que te quitó a tu papá, porque si hizo eso ella no puede ser linda... Tú me pareces hermosa, ¿sabes?.

Le abrazó y permitió que llorara, era bueno desahogarse.

- Y a mi me agradas mucho.~ - Quería animarla, y era cierto que le agradaba, le parecía bastante simpatica.



[ Jajajaja. xD ]

-Capaz el chico tenia razón , ella no había hecho nada malo para que su padre la dejara al cuidado de un orfanato a los 8 años y que después no volviera mas ni le diera señales de vida , ni e escribiera alguna carta o algo, baje la mirada mientras mi ojos se comenzaban a llenar otra vez del liquido salado y bajara por mis mejillas y desapareciera al final de mi mentón y cayeran en la camisa del chico mojándola un poco, mire hacia el suelo mientras aun era abrazada de un modo paternal y cálido , subí mi mirada y le sonreí al chico , era una buena persona y le ayudaba apenas conociéndola –

-Gracias por tu ayuda eres la primera persona que me hace sentir mejor-

-Dije sonriendo secándome las lagrimas con la manga de mi camisa, separándome del chico y agarrando otra vez mis materiales y dedicándole una sonrisa al muchacho -