Einsamkeit begleitet [Vash]

Ingresó a la habitación inspeccionandola con la mirada por encima, más relajada de lo que esperaba. Pasó como si se tratase de su propia habitación y se sentó en la cama recostandose enseguida subiendo uno de sus pies a la misma dejando el otro en el piso, notando recién que estaba descalzo aún. Su pollito saltó al estomago del albino y caminó con dificultad por su cadera y por su pierna hasta llegar al piso comenzando a explorar el nuevo lugar.

- Ksé... que Drama Queen Westo. - dijo aquello como si realmente no le importase habere visto así, aunque aún intentaba saber que le había ocurrido, por que se lo había tomado tan a pecho y por que no le había partido la cara de un golpe. Quizás solo necesitaba tiempo... quizás había tenido algún problema con alguna chica en el colegio y venía sensible... la simple idea le hizo fruncir el seño y decidió no pensar en ello.

Alzó su cabeza para mirar al suizo y sonrió al dirigir sus orbes carmines a la marca en su cuello, su mano se deslizó por la cama y palmeó la misma para invitarle a acercarse.

Cerró la puerta tras de si, estirándose un poco mientras observaba su propio cuarto. Afortunadamente estaba más ordenado que la última vez. Aún podía ver cuadernos tirados en el suelo con varios papeles haciendo juego de diferentes materias. (Especialmente historia)

Ignoró el libro de matemáticas para no recordar el examen que mañana tendrían que efectuar, el cual seguramente reprobaría. Y en cambio se dedicó a seguir al mayor con la mirada, intercalándola con el ave que bajaba torpemente del cuerpo de su dueño hasta el suelo.

-Cállate, me ha dejado congelado. No esperaba esa reacción- señaló mientras se preguntaba que miraba el albino con tanta atención, deduciendo rápidamente que se trataba del “adorno” que había hecho en su cuello. Tapando la marca con su mano izquierda, sin poder evitar la vergüenza que se formaba en su estómago.

Viró los ojos, avanzando sin mayores prejuicios hasta su cama mientras se sentaba a un lado del pruso; suspirando audiblemente. – Quizás nos hemos pasado un poco...-

Sonrió al verle cubrirse la marca con vergüenza, ya tendría que verselas al otro día como cubrirsela para ir a clase a no ser que quisiese que todo vieran aquella evidencia. La cama se inclinó un poco por el peso del suizo y el brazo del albino volvió a envolverle para atraerle hacia él y recostarlo en la cama. Se acomodó para quedar ladeado y abrazandole por la espalda lo forzó a quedar en posición cucharíta con él.

- No pienses en eso, es un exagerado. - al hablar su respiración entivió la nuca del otro y sus labios rozaron los cabellos disparejos del rubio acabando por un beso en esta.

Cerró los ojos gracias a la calidéz que le brindaba el cuerpo del otro. Era una noche un poco fría, quizás debía de haber bebido algo de alcohol para subir su temperatura corporal antes en la habitación del mayor.

Dejó de pensar en aquello y sonrió ligeramente al sentir los labios del albino sobre su nuca; acariciándole las manos con la punta de sus dedos.

-¿Tienes idea de por qué a reaccionado así?-

Negó con su cabeza acercandose un poco más al cuerpo del otro amoldandose con sus piernas y pecho a la espalda ajena y lamiendo la nuca antes de responder - Es maníaco por la limpieza, seguro entró en shock al vernos en su cama haciendo "cosas sucias", a parte creo que es algo homofóbico... - dijo intentando relacionar lo que su hermano le mostraba a algo lógico para él.

Presionó su entrepierna contra el trasero del rubio y en el silencio solo el sonido de la tela de los jeans rosandose se escuchó con un leve crujido de la cama cuando el alvino se movió para abrazarle más posesivamente mordiendo la nuca.

Aguantó un suspiro al sentir su lengua contra la piel de su nuca, concentrándose en la voz del otro para ingerir su respuesta. Ladeando un poco la cabeza hacia la izquierda.

"No sé por qué no me convence..."

Ludwig, llorar. Simplemente no conocía una razón posible, si fuera homofobia o manía por la limpieza no habría llorado... les habría dado una paliza...

Intentó analizar la situación hasta que la entrepierna del otro se presionó sobre su trasero, haciéndole salir de sus pensamientos, casi instantáneamente sintiendo los brazos de este apretar más sobre su cuerpo en un abrazo, calibrando su respiración mientras el mayor le mordía y le obligaba a soltar un leve quejido.

-Gilbert... no me dejas pensar- señaló a modo de advertencia de que detuviera las cosas allí o acabarían como en su habitación.

Su mano se movió acariciando por encima de la ropa el vientre ajeno y subiendo este para volver a acariciarle contra su piel succionando un poco con sus labios la nuca mordida y apartandolos para poder hablar. - ¿Pensar que? - dijo con malicia remarcada en su tono. Sus dedos seguieron subiendo hasta atrapar la tetilla del suizo. Presionó y retorció sin soltarle con su otro brazo apretandole la cadera contra su pelvis.

Su respiración se alteró levemente mientras besaba nuevamente su cuello dando pequeñas mordidas como pellizcos seguido de cortas lamidas. No quería pensar en su hermano, no ahora, y menos con sus problemas que venía acumulando con el menor.

Se mordió los labios mientras lentamente regresaba esa oleada de placer a su cuerpo, el calor formándose como una suave capa sobre su piel, aguantando un suspiro que salió cono una brusca respiración por su nariz.

-Sabes perfectamente qué, arschloch..- dijo con el ceño fruncido; volteándose mientras empujaba al mayor contra la cama y se quedaba sobre él. Su cuerpo acomodándose con el del otro en lo que prácticamente se recostaba sobre él, sus labios rozando debajo de su lóbulo mientras su cálida respiración se extendía por la zona.

Su cuerpo se ladeó a la par del rubio estirandose sobre el colchó hasta quedar con su espalda estirada y boca arriba con una suave sonrisa en sus labios. Sus manos acariciaron la cadera del suizo mientras sus pieras se entrelazaba con las ajenas para presionarle la entrepierna con su muslo y viseversa.

Apartó su rostro para dejarle acariciarle el cuello mientras sus manos le quitaban la prenda superior - Quitame la ropa... - murmuró en un suspiro moviendo su cadera para rosarse contra él.

Soltó un gemido ronco al sentir la pierna del otro situada en semejante lugar, sus labios aún sobre su piel, respirando de forma sonora un segundo antes de apartarse; sus manos acercándose hasta el borde de su camiseta.

-Gilbert... ¿Estás seguro?- No solía dudar así, pero esta vez preguntó, deteniéndose a media acción mientras clavaba sus orbes claras sobre las carmínes del otro. Le daba la impresión de que a Ludwig no le agradaría para nada...

Con su espalda recta en la cama flexionó su pierna para presionarle le entrepierna ajena contra la intimidad del suizo observandole con palpable lujuria en su mirada. - Si no estuviese seguro no te lo pediría. - sus propias manos comenzaron a acariciar por debajo de las prendas superiores ajenas delizando sus dedos por la suave piel clara levantando así las ropas y deshacerse de ellas.

Movió su cadera para rozar su propia intimidad contra la pierna ajena tensando poco a poco sus pantalones mientras sus dedos jugaban con las tetillas ajenas arrastrando su uña corta sobre estas presionando sus dedos contra la delgada figura del otro.

Se mordió los labios, apretando los ojos un segundo mientras presionaba su propia rodilla contra la entrepierna ajena más fuerte, tirándo de su camiseta mientras se inclinaba hasta sus labios, besándole casi con desesperación.

Demonios, ¡Le daba la impresión que estaba haciendo algo malo...!

Apartó aquellos pensamientos de su cabeza, llevándo sus labios hasta el lóbulo de su oreja, deleitándose con el aroma propio del peliblanco, su lengua rodeando aquella parte de piel mientras lo atrapaba entre sus labios. Sus manos se posaron sobre el pecho ahora descubierto, delineándo sus músculos con la yema de sus dedos mientras paraba para acariciar sus tetillas.

Sus dedos bajaron por su pecho dejando marcas sobre su piel, suaves arañazos que desaparecerían a los pocos minutos pasando por ambos lados de su ombligo hasta sujetarle la pretina de su pantalón abriendo nuevamente este.

Intentaba no pensar en lo que ocurría al otro lado de la pared, si no ocupaba su mente en otra cosa terminaría volviendose loco. Su hermano estaría bien, aquel pensamiento tenía que prevalecer... quizás solo estaba desepcionado de él.... ese pensamiento le hizo contrarse algo en su pecho y sus manos dejaron de moverse por unos segundos así como su rostro borró sonrisa. ¿Si su hermano estaba desepcionado de él por su sexualidad? Ahora que lo pensaba nunca le dijo "West, soy bisexual", solo dejó que las cosas se diesen.

Cerró sus ojos y bajó los pantalones del rubio hasta su media nalga y sus dedos delinearon su miembro a travez de la tela de su ropa interior, su seño se había fruncido con seguridad, tal cual cuando pensaba seriamente en algo. Era SU sexualidad y él tenía derecho a vivirla como deseara... si tan solo supiese el albino lo equivocado de sus pensamientos.

-Hn-hngh...- Gimió al sentir los arañazos, finalmente cerrándo los ojos, más divisando el cambio de expresión del albino antes de dicha acción.

Un temblor subió desde la punta de sus dedos hasta su cabeza, abriendo los ojos nuevamente mientras notaba la concentración que mantenía a pesar de las acciones que estaba efectuando. Al sentir su mano sobre el cierre de su pantalón se adelantó y le besó fervientemente, de una forma que claramente deseaba arrancarle cualquier rastro de respiración sobrante. Su lengua entrelazándose con la del ojirojo en lo que su propia mano cubría el área de la entrepierna de este; abriendolo entre caricias y movimientos suaves sobre la zona para retirarlo con suavidad.

Sus pensamientos fueron arrancados violentamente de su mente haciendole caer en la situación cuando sus labios fueron arremetidos con tal fuerza y deseo. Como si estos fueran contagiosos le recibió con igual intensidad emitiendo un gemido contra la boca ajena mordiendo su lengua, labios e incluso algún incómodo chocar de dientes entre los brutos movimientos de ambos.

Sus manos se aferraron a la ropa interior del suizo y la bajó para liberar su erección para poder tomarla entre sus dedos aferrandose al tronco y comenzar a masturbarle. No le permitía apartar sus labios, sus dientes le sujetaban el labio inferior y jalaba cuando se intentaba apartar.

Su cadera se movía buscando el contacto ajeno, su piel caliente se herizaba en contacto con el aire frío de la habitación por lo que buscaba el calor del cuerpo ajeno apretandose contra este.

Gimió fuertemente cuando el mayor comenzó a tocarle, sonido que se perdió entre sus húmedos besos y bruscas mordidas. Una corriente eléctrica deshaciendo la poca cordura que le quedaba mientras tiraba de su ropa interior con brusquedad.

Descubrió el miembro del mayor, e instantaneamente le tomó del mismo modo que este hacía con el suyo, comenzando a masturbarle rápida y firmemente. Ciertamente pensó en que perder su virginidad con el engreído líder del club de música alternativa no era lo que había esperado. Solía suponer como todo iluso que su primera vez sería con alguien con quien compartiera un fuerte sentimiento de afecto, más ahora mismo solo deseaba tocar al albino debajo de él hasta que su voz no le permitiera gemir más.

A pesar de esto, un sabor amargo se sintió al saber que había rechazado a su hermana momentos antes, alegándo que no estaba listo para este tipo de situaciones.

"Qué Hipócrita..."

Volvió a besarle intensamente para dejar de pensar en aquello, los hermanos menores no eran un tema adecuado en ese mismísimo instante. Más importante era pensar su siguiente acción, quizás conseguiría estar arriba si jugaba bien sus cartas...

Su mano se movía con pericia sobre el miembro ajeno masturbandole mientras su otra mano jalaba de sus pantalones para terminar de quitarselos y poder desnudarle. Sus manos ansiosas buscaban distraer su mente y esta se esclavisaba de las sensaciones que le daba su cuerpo. Más aún que ambos germanos tenían problemas con sus hermanos menores.

Se levantó un poco apoyandose con sus manos en el colchón para sentarse y descansar su espalda alta contra la pared y las almohadas pudiendo llegar con más comodidad a sus labios. No halbaba, no había necesidad, sus manos se comunicaban perfectamente uno sobre la piel del otro acariciando la palidez de la superficie como si fuese una obra de arte.

Tacto deliado que se prolongo por su miembro con su diestra y por su espalda con la siniestra y con esta última se transformó al sus uñas enterrarse en la piel del suizo atrayendole para besarle dejandole unos caminos carmines por donde sus uñas pasaban. Un jadeo le delató en lo exitante de la acción.

Volvió a gemir entre sus labios, mordiendo el inferior del mayor mientras tiraba de este con sus dientes ligeramente. Quedó observando sus ojos nuevamente, eran increíblemente expresivos, y brillaban de una forma bastante deslumbrante sis e les miraba por mucho rato.

A pesar de su embelesamiento siguió acariciando sus áreas bajas, sus largos dedos tocando el glande y bajando con gentileza pero brusquedad al mismo tiempo.

Terminó de tirar los pantalones del mayor lejos y le quedó viendo al estar en ropa interior, recorriéndole con la vista sin mayor vergüenza mientras un dedo de su mano libre se encargaba de trazar un camino desde una de sus tetillas hasta su vientre.

Cada caricia de la mano suiza sobre su miembro le hacía soltar cortos jadeos colaborando mientras le desnudaba. Cuando le miró casi que se exhibió orgulloso de su cuerpo delgado y marcado así como pálido al punto de ser casi blanco en algunos lugares y algo sonrosado en otros, virgen del contacto del sol y de cualquier marca. Solo su cadena rodeando su cuello y la cruz de hierro de tono negro.

Sonrió deteniendo sus movimientos para bajar la mirada al dedo que se desliaba por su pecho relamiendo su labio ante el cosquilleo de tal acción. Le esperaba - ¿Qué harás, Vash? ¿Qué pretendes? - s voz era baja y un poco venenosa, como si las respuestas del menor fuese tan peligrosa para la salud de este como el filo de una navaja sobre su cuello.

Durante unos segundos ese tono le dejó ido, haciendo que reconsiderase sus acciones, analizándole en el silencio de la habitación, el cual solo era interrumpido por sus jadeos y respiraciones aceleradas.

Su dedo se coló ligeramente entre sus piernas y sus ojos subieron hasta los carmínes; haciendo ligera presión en sus áreas bajas. - ¿Qué crees que haré Gilbert?- inquirió en un susurro. Sus labios bajando por su vientre en un deslíz sensual hasta descubrir su miembro, sus labios bañándole de un cálido aliento mientras aquél furtivo dedo acariciaba su entrada, sus labios dándo una lamida ligera.

El silencio era casi parte escencial en esa intimidad, contrastando segundos antes con el sonido electrico, metalico y gutural que era la música de Rammstein que había sonado en el cuarto del albino. Su mirada se dirigió a la celeste ajena y su sonrisa se amplió mientras se acomodaba en abriendo sus piernas, permitiendole el paso a su entrada.

Su mano se deslizó por sobre la cama mientras su voz sonó un tanto más ronca por el aliento contra su miembro - ¿Y te crees capás de soportar el peso de tus acciones? - un escalofrío mezclado de calor y frío le recorrió por el contacto contra su entrada. Su mano que se había acercado por la cama tomó la mano ajena apartandola mientras la otra sujetandole de la nuca le empujó contra su intimidad exitada para adentrarse en su boca. Un gemido bajo escapó de sus labios - Ah... a.... No te apures... con eso... cosa suiza... - jadeó adelantado sus caderas buscando un mayor contacto. Su mano se aferró a sus cabellos mientras que la otra apoyó la mano ajena contra su nalga para que le tocase alejandolo de su entrada.

Le habría respondido gustoso, de no ser que el otro le había empujado contra su miembro e había inmovilizado su mano libre.

Sintió su pulsante erección dentro su boca y dejó que su lengua se deslizara por una vena prominente, sus labios acaparando la punta y dos centímetros del tronco. Así entrelazó su lengua en la punta y finalmente la adentró más en su cavidad, comenzando a moverse gradualmente dependiendo del ritmo que el otro proponía. Su mano sujetando su trasero mientras le acariciaba el muslo y luego regresaba a esa misma nalga.

Separó más las piernas del mayor y las acomodó sobre sus hombros, separándose un segundo de su miembro mientras lo recorría por completo entre besos sonoros y lamidas. Así regresando a la posición inicial.

Las acciones del suizo le estremecían en sobremanera, su lengua recorría cada rincón de su sexualidad con una soltura que le hacían emitir cortos gemidos por cada caricia de su lengua. Sus manos se apartaron para dejarle libre albedrío al suizo mientras sus piernas se cerraban un poco para atraparle subiendo uno de sus pies a la espalda del rubio presionándole para acercarle un poco.

Sus dedos se entrelazaron con los cabellos rubios dándole cortas caricias al cuero cabelludo arrastrando a su vez sus uñas mientras su cadera se alzaba en busca de un contacto mayor. Emitió un quedo gemido más alto que se fusionó con el nombre del rubio mientras alzaba su rostro para mirarle, no había sonrisa en su rostro, solo sus labios abiertos con una mueca de placer. - Vash… ahh… sigue… - sus músculos se tensaban y relajaban apeas remarcándose bajo la piel blanca aumentando la temperatura.

Jamás habría pensado que darle sexo oral a alguien podría ser tan placentero. El ver el rostro normalmente pálido del otro teñido en rojo, una ligera capa de sudor iluminando su tez y su voz cortada y aguda era algo delicioso y único. No muchos habrían tenido tal oportunidad de verle en aquel estado de vulnerabilidad tan notorio.

Dejó que sus dientes rozaran la piel, permitiéndose unos segundos más para admirarle mientras seguía moviéndose sobre su sexo, sus manos frotando su cintura mientras bajaba a sus nalgas y las acariciaba, furtivamente colando una de estas hacia su entrada nuevamente.

El ambiente parecía caldeado por el calor de ambos, o quizás solo era la sensación que tenía el albino por su agitada respiración jadeante y su cuerpo húmedo del sudor provocado por el rubio. Sus manos bajaron a su propia cadera apoyándose en las manos ajenas para guiarlas por sus nalgas y alejarlas de la zona del centro, haciéndole que le tomase por la cadera. Sus labios dibujaron una sonrisa mientras recostaba su cabeza contra las almohadas.

Sus manos se cerraron en torno a las muñecas del rubio y apartando sus manos de su piel las separó una de otra para jalarle y literalmente, arrancarle de sí. Subiendo sus manos para evitarle movilidad se ayudó con su codo y pierna para voltearse y tomar él la posición de arriba. Su sonrisa se mostraba altanera y divertida así como su mirada le acoplaba de una forma afilada y entonante con sus mejillas sonrosadas. Su rodilla se apoyó en las pierna ajenas para restringirle aún más el movimiento usando su pierna para presionarle contra la cama - Vash... creo que no eres consiente de tu posición. ¿Deberé consientizarte~? - jaló de sus manos para unir las muñecas por encima de la cabeza del otro apretándolas contra la cabecera de la cama, solo le miró en aquella posición con notorio deleite.