Evento. - El club de la pelea.

El día había llegado, desde temprano el prusiano se había metido en aquel lugar acondicionándolo, haciendo espacio y levantando aquella barrera… Todos los objetos del sótano se quedaron arrinconados en una esquina, allí había una puerta pero esta quedó clausurada, la única salida a parte de la entrada por el instituto pasando por el cuarto de limpieza era la que daba a la puerta trampilla que les dejaban en el jardín lateral del instituto.

El espacio era tan amplio como el piso del instituto, todo estaba despejado a excepción de la esquina y una mesa con dos sillas donde había una caja con candado, una valija con una cruz roja para primeros auxilios y los papeles de los inscriptos… o algo así. Junto a esta mesa había un cuadrado pintado con aerosol en el piso de un amarillo que resaltaba en el gris piso de material, un piso árido y rasposo… seguramente no era agradable caer allí. Había un espacio de tres metros por cuatro para las peleas, se consideraba más que suficientes para lo que estas iban a ser.

Esperaba al austriaco para comenzar a organizar un poco mejor aquello, claro, si llegaba ya la gente tenía como atenderles. La parte de abajo del escritorio no era nada más ni nada menos que cajas de alcohol, entre cerveza, wiski, ron y vodka tendría fácil unos 50 litros de alcohol. Todo el maravilloso mercado negro que se podía llegar a mover con un poco de influencias…

El albino vestía demasiado simple para lo que era normalmente, solo unos pantalones deportivos negros, unos tennis de igual color y una remera blanca. No traía su pollito, aquel no era lugar para él…

La escalera retumbo con un grupo de pazos fuertes y continuos acompañados por un constante y alegre -Ve~ Ve~ Ve~- que se repetia con igual frecuencia. Se lo vio entrar vistiendo una remera blanca con cuello de marinero con una inscripcion en su espalda que decia 'Soy el Numero 1' y unos pantalones del mismo azul del borde del buzo. Entro saltando en un pie, iba descalzo de un zapato y con el otro en la mano, probablemente por haber recien despertandose de su siesta. Pareciese que por ir de deportivo iba listo para pelear pero claro que cualquiera que lo conociese sabia que Feliciano no estaba hecho para pelear... Ademas, quien pelearia con un buzo de marinero?

-Hola!- Grito al entrar dejandose caer en el suelo para poder colocarse el zapato en su lugar. Sonrio al ver al prussiano y darse cuenta que no estaba solo -No llego tarde, no?-