Siesta de media noche

No tenía ganas de llegar a su habitación, quería pasar la noche bebiendo con alguien o dándose calor con el cuerpo de alguien más. Pero nadie parecía disponible, esa moda de todos con pareja parecía extenderse cada vez más y más, provocando que le quitaran diversión. Por lo que termino por acomodarse bajo la sombra de un enorme roble, usando su mochila como almohada y se cubrió mejor con el abrigo que usaba esa noche. Hacia frio y seguro que algo se aparecería por entre las plantas o al menos escucharía gritos o algo parecido, daba miedo, pero nada que para un rumano no haya visto ya. Nacían viendo sangre….bueno no, pero no temía, de hecho buscaba ver un fantasma con todas sus ganas, era de sus sueños dorados.

Suspiro, el viento agitando las plantas, el sonido de los animales que se filtraban por el casi bosque, las luces a lo lejos del colegio y el ruido de risas y gritos de aquellos que hacían fiesta escondidos entre el follaje. Como claro, esos sonidos de placer carnal que dejaban salir parejitas que buscaban emociones al hacerlo en un sitio peligroso. Se levanto, arreglándose la ropa y se metió mas al bosque, hasta hallar una zona tranquila, callada y totalmente escalofriante. Se recostó, hasta acabarse por dormir, necesitaba algo de sueño o volvería a quedarse dormido en clases y por consiguiente castigado por no cumplir con las tareas. Se movió un poco, despertándose cuando sintió como algo se movía entre las hojas, pero se quedo acostado, como esperando a ver primero qué o quién era el que venía y de ser necesario defenderse. De algo servía practicar tanto en el club y mas que nada, hacerlo con Narayan, era un contrincante que lo obligaba a superarse cada dia.

Pero al ya no escuchar nada se sentó en el suelo, mirando a su alrededor, nadie, ni nada se miraba, debía ser solo el viento, seguro. Busco un cigarrillo en su mochila, fumando en silencio mientras se volvía a acostar en busca de paz y silencio. El piso era duro, pero ayudaría para el dolor de espalda que tenia desde hacia semanas tras de que cayere mas en la practica

Había salido a la tarde con su arma y unas latas a la parte más lejana del instituto, para que nadie escuchara los disparos. Practicaría puntería, nadie sabía cuando era necesaria. Cuando se aburrió y las latas ya no servían más, comenzó a caminar por el bosque, le parecía interesante lo espeso que era ese jardín.

Comenzaba a oscurecer, y la idea de salir a caminar no parecía tan divertida cuando comenzó a notar que el sol se ocultaba.
Ya le sería imposible volver, tenía muy mala orientación, y ni hablar si estaba oscuro.
Esa tarde, había dejado a su oso, Kuma-chan, en el baño de su dormitorio, con comida y agua para que no se sienta mal, por lo tanto Matt se encontraba solo caminando por el extenso jardín del instituto.
Escuchó ruidos, por lo que sostuvo su arma en una mano, preparado por si un animal salvaje se le acercaba. Se acercó hacia un árbol, apoyando su espalda en él, relajando su respiración que se había agitado al sentir un poco de miedo.
Era fuerte cuando quería, pero seguía sintiéndose desprotegido en un lugar tan grande y más aún si no veía todo lo que había a su alrededor.

-Maple..

Susurro contra su oído, riéndose fuerte. No lo había podido evitar, Matt olía a maple y dulces siempre y cada que estaba cercas le daba hambre, como no podía evitar el molestarlo un poco. No era como si pudiera molestarlo como al resto, no sabía que tenia que no podía perturbar o golpear o cosas parecidas a chicos como Matt y otros que el daban ternura. Era como ver ositos o gatos y por consiguiente, no poderles mas que molestarles con cositas o besarlos como si nada. Lo olfateo disimulado, olía a maple y galletas, como siempre, como a su champo, olía rico en pocas palabras. Miro lo que traía en la mano, bueno el osito maple sabia disparar, así que ese era el ruido que había escuchado antes, eso lo explicaba muy bien .

-¿Qué haces aquí solo y sin tu oso? Normalmente siempre andas con tu oso en brazos o con tu hermano….o siendo ignorado. No sé cómo alguien puede ignorarte, eres un rubio con un oso, no es como si eso no fuera muy notorio

Busco en su mochila algunos dulces y se los dejo en la mano, sacando su botella de agua para darle algunos tragos. Había descansado bastante, aunque sonara raro la haber dormido ene l suelo, lleno de rocas, palos y demás objetos extraños. El silencio reinaba bastante bien en ese lugar del jardín, como solo algunos rayos de luna se lograban filtrar entre las copas de los arboles. Un lugar obscuro y callado, perfecto para una pareja en busca de privacidad o de algún asesino para esconder un cuerpo…sonrió ante ambas cosas

Se había exaltado al escuchar esa voz, primero en su oído y luego ya más lejana, abrió los ojos ampliamente y lo miró, sonrojado por sus palabras. Bajó el arma y recibió los dulces con una sonrisa.
Guardó su arma y comió un dulce con una sonrisa aún más amplia.

-yo... yo... hace varios días salgo sin él... si lo ven me lo pueden quitar... y aunque muchos me ignoran...- su voz sonó triste al decirlo -el sub-director no lo hace, me trata como al resto, y no quiero que me lo quiten...-

Su voz se cortaba, pero intento respirar profundo y no hacer caso a eso.

-t-tu... que haces aqui? a estas horas?-