Bendito Shakespeare [Lovino]

Ya se estaba hartando, con lo enorme que era aquella biblioteca y por más que buscase en los miles de estantes no lograba hayar el libro que estaba buscando. ¿Tal difícil era? ¡Por el amor de Dios, solo era William Shakespeare! Una lectura obligatoria para cualquier estudiante de cualquier país alrededor de todo el mundo.

-Bien -Dijo en voz alta, pero solo para sí - Ya busqué en el estante de literatura clásica, y no está... -Caminó a lo largo de áquel pasillo, más mirando los libros que a donde caminaba -Por autor... -Posó una de sus manos sobre el lomo de un grueso libro -Alexandre Dumas... D... ¿De? - Caminó con más prisa, llegando a la famosa letra "S".

Y allí estaba, sí, sin lugar a dudas cumplió su cometido. Tomó un libro en cuya tapa decía en un dorado (muy cursi) y resplandeciente "Shakespeare". Abrió y observó la primera página. Romeo y Julieta. Romeo... Y Julieta.

-!¿Ah?! ¿Qué acaso Shakespeare es solo Romeo y Julieta? Quiero "Triolio y Crésida", no esto... Tsk -Se apoyó en el estante mientras ojeaba el famoso libro, mientras murmuraba un sinfín de maldiciones.

Pareciera como si suerte nunca cambiará, y las pocas veces que lo hacía, era para peor. No es que odiara los libros, es decir, existían muchas novelas de su agrado, como las de suspenso o, preferentemente, crimen organizado. Pero justo ahora, cuando pretendía tomar una larga siesta después de tanto problema en su habitación por el nuevo compañero, le tocaba hacer la recaudación de los libros para la próxima clase de literatura. ¿Por qué él?, si ni siquiera prestama demasiado atención en clases. Ah... Eso era.

Maldijo al Profesor entre dientes mientras rondaba los pasillos de tal biblioteca, que de por si le ponía de pésimo humor, más que el de costumbre. Al menos el silencio era un punto a favor. Pasó por décima vez por el pasillo de clásicos, hasta toparse inesperadamente con alguien, al no mirar por donde iba.

- ¡Maldición!, ¡¿Por qué no te fijas...?!. -Iba a decir un gra insulto para terminar de cargarle la culpa a esa persona, pero al notar que era el rubio inglés, se detuvó.- Kirkland. -Le nombro con desagrado.

Su mirada se dirigió lentamente hacia el italiano, si bien la presencia de aquel chico siempre le traía consecuencias nefastas, esta vez su molestia se centraba principalmente en la falencia de aquella bibliota. Si no encontraba aquel libro, su ira podría acrecentarse al punto de quemar un aula entera.

-Tsk... Lovino ¿No te enseñaron a mirar hacia el frente? -Dijo en un tono más o menos alto, mordiéndose el labio inferior al recordar donde estaba, y que seguramente si volvía a hacer algo así lo sacarían de aquella sala. Miró el libro que cargaba, Romeo y Julieta no era una lectura muy extensa, por lo que el libro era liviano. Sonrió con algo de malicia y golpeó suave la cabeza del castaño. - A ver si con esto se te acomoda el cerebro y se te quita lo gruñón -Dijo en tono burlón.

-Por cierto ¿qué haces aquí? Si quieres puedo ayudarte a conocer la biblioteca... -Esbozó otra sonrisita, conocía ya lo fácil que era hacer enojar al italiano, le recordaba hasta cierto punto a él mismo, y colmarle la paciencia era una de las cosas le subía el ánimo. Quizás, era una forma de desquite.

De todas las personas desagradables sobre esa institución, tenía que tocarle el peor, el que menos soportaba. Aunque pensandolo bien, tenía la oportunidad perfecta para fastidiarlo, cosa que le divertía en demacia, por lo que no dudo en idear alguna forma de hacerle perder la paciencia con burlas.

Justo cuando pensaba abrir la boca para decir una ironía, sintió como el libro golpeaba su cabeza, perdiendo un poquito de la escasa paciencia que guardaba, no sé caracterizaba por ser muy amigable. El surco de una vena se marco en su sien, alzando una mano para dar un manotazo al aire, con la intención de alejar el libro.

- ¿No es obvio, Cejudo?. Busco libros. -Respondió, sobandose disimuladamente el sector de la frente para después revisar la tapa del libro, haciendo una mueca.- ¿Romeo y Julieta?. ¡Dio!, que macho eres. -Ya iba ganando, seguro.

-Pf, ni que lo digas, mi querida Julieta -Le dio otra vista a la portada del libro para volverlo a meter en la estantería. -Estoy en busca de un libro que al parecer no está en esta biblioteca, de seguro han de tener un solo ejemplar, pero es extraño que alguien más lo haya pedido -Se rascó la barbilla mirando al techo de manera pensativa.

Aún le quedaba algo de tiempo antes de informe, y molestar al italiano era una situación que ya tenía servida casi en bandeja de plata. Alzó una de sus manos y rozó aquel llamativo rizó que sobresalía de la castaña cabellera ajena y comenzó a reir bajito, luciendo bastante divertido.

-Oye, Vargas ¿Y qué libro buscas? ¿"Como conquistar a un español"? Aunque de seguro a ti se te da eso natural, solo debes... Darle la pasada, ya sabes. En esa clase de cosas... - Llevaba un buen tiempo notando la actitud de este con el idiota sonriente llamado Antonio. Pero le divertía enormemente, esos dos parecían estar hechos el uno para el otro, y la actitud del italiano era tan arisca que todo siempre terminaba al revés. -Te quería recomendar una sección, está algo empolvada eso sí... Es de libros de ¿cómo se llama? Ah, sí, Autoayuda. Creo que te hace falta aprender a relacionarte con el resto.

Bien, las cosas comenzarón mal y, por decirlo menos, iban peor. Y es que sencillamente no cabía en el rango de personas que pudieran simpatizarle. Si lo analizaba con detenimiento, nadie le caía bien. Pero el inglés le irritaba más que de costumbre, su sola presencia le hacía hervir la sangre.

Nuevamente se propuso a llenarle de insultos, pero el intencional roce en aquella zona tan sensible para él, hizo que un escalofrío le atacará la columna, estremeciendose brevemente y tensandose en totalidad. Esa se la iba a pagar.

- N-No vuelvas a hacer eso, Pervertido idiota. -Amenazó, retocediendo unos pasos. Justo cuando pensaba que no podía pasar a un nivel más malo, el hispano salió al tema. Sus mejillas adoptaron un tinte rojizo, muy pequeño, pero perceptible, luego de escuchar al rubio.

- ¡¿Q-Qué mierda tiene ver ese retrasado en todo eso?!. -Alzó la voz, inconcientemente, al dejarse llevar por el nerviosismo. Pero luego bajo el tono, fulminando con la mirada a quién tenía en frente.- No me jodas, Arthur. Seguro esos libros te ayudarán más a ti, no sé, uno que sea para buscar amigos, que te hacen falta. Se nota que estás desesperado por atención. -Sonrío de medio lado, burlesco. Lo había jodido al principio, pero volvía a tomar la delantera. Ese cejudo no le ganaría.