Cazando seres paranormales [Manuel/Toris/Roderich]

Estaba muy oscuro: como si en el cielo las estrellas y la luna se hubiesen desaparecido misteriosamente dejando solo un manto de tinieblas que se cernía sobre el bosque. El silencio era sepulcral y tan solo se escuchaba el crujir de las hojas a merced del frío viento.
Ya debían ser altas horas de la noche.
Mei Mei miró hacia todos lados buscando a las personas que debían acompañarla en aquella búsqueda ¿Donde diablos se habían metido? ¿Porque no llegaban?
"Juro que si alguno se acobarda...Le sacaré las tripas."
Suspiró intentando calmar sus nervios ¿La habían abandonado? Las manos le temblaron un poco al pensar en aquella posibilidad, pero inmediatamente negó regañándose a sí misma por tan estúpido y desconfiado pensamiento.
"Se deben haber quedado dormidos."
La única luz que poseía era la de su linterna, las otras que había conseguido las reservaba para el resto de sus compañeros de misión.
-Te atraparé...seas lo que seas.-Dijo en voz baja revisando la linterna para enfrentarse con la oscuridad infinita que en frente de sus ojos estaba mientras esperaba a sus aliados en la entrada del bosque.

Nuevamente había recibido una extraña invitación luego de una larga y extraña dramatización que había hecho junto con una chica en presencia de un par de jóvenes. Con lo cual se rió bastante, una que otra vez había tenido oportunidad de jugar un par de videojuegos de temática paranormal y de supervivencia, los cuales a veces se asemejaban a sus libros. Lo que le atraía aún más.

Guardó todas las cosas que creyó necesarias dentro de una simple mochila y se vistió para la ocasión. Unos pantalones negros de buzo y una camiseta manga corta del mismo color, lo que aseguraba su camuflaje dentro de la oscuridad y unas zapatillas azul marino que había encontrado dentro de sus cosas. Sonrió nuevamente al cargar sus cosas, esta vez incluyendo su móvil y se amarró el cabello en una coleta para más comodidad.

Partió evitando le vieran, esta vez a pesar de ir nuevamente en contra de las reglas, le divertía un poco más. Esta vez era un tema que a él mismo le agradaba. En menos de 10 minutos llegó al sitio acordado, donde ya estaba presente la joven.

- Cheryl~ -Rió levemente al recordar la pequeña obra de teatro que habían armado de la nada- Vale… ¿No ha llegado nadie más? –comentó con una agradable sonrisa. Sacando su propia linterna de entre sus cosas.

Estaba emocionado, realmente emocionado. Había recibido una invitación a "hacer travesuras" en la academia, con lo estricto que eran los profesores, creía que todos serían unos cuicos con miedo a hacer algo fuera de las reglas. Le alegraba de una manera escalofríante -a su parecer- conocer gente fuera de esa categoría.

"Esto será genial, espero que encontremos algo"

Pensaba mientras corría con dirección al bosque, bordeando todos los obstáculos en su camino, vigilando que nadie lo siguiera. Traía consigo nada más que su vestimenta y el reloj donde revisaba la hora. Soltó una maldición al verlo. Iba fácilmente treinta minutos tarde y sabía que eso molestaba a los demás; odiaba esa costumbre suya de no poder llegar puntual a ningún sitio, ni siquiera cuando era algo en lo que se esforzaba en cumplir.

Visualizó a la chica taiwanesa y al lituano a la distancia: sonrió, no estaría mal asustarlos un poco.

- Sólo para calentar los ánimos.- susurró y se escondió tras un arbusto cercano comenzando a hacer crujir ramitas que encontraba en el suelo-


(->Cuicos: Adinerados que al parecer de Manu no harían nada que enojara a sus padres)

Se maldijo internamente por que su curiosidad habia sido seducida por un mero mito escolar. No pensó que enfrentar tal situación fuese tan difícil, pero cuando llegó el momento de ir al bosque, un cierto temor se le aferró a la espalda como si alguien estuviese trepado en esta, factor que le hizo temblar hasta que vislumbró a los dos chicos frente a él, dispuestos a cazar lo que estuviese en el bosque. En primer lugar, acudir a este no era algo bueno, si les encontraban serían fatalmente castigados, pero en cierto modo, la pequeña rebeldía que estaba cometiendo le permitía superarse un poco más, se respetaba a si mismo por ese valor, así que no le pareció mala idea acudir.

Vestía jeans oscuros y una camiseta negra, sólo para pasar mejor desapercibido en el momento. Tráia una pequeña mochila al hombro con objetos ocasionales por si acaso, y una linterna en la mano derecha. Estuvo a punto de saludar a ambos chicos, cuando el crujir de algunas ramas le erizó toda la piel de una forma desmedida, ocultándose detrás de Toris actuando por primera vez como una chica en apuros. Las cosas que desconocía le aterraban.- De seguro es un animal .. Sí, debe serlo. -Apuntó con su linterna hacia el arbusto, en ese momento el viento había soplado con fuerza emitiendo un grave soplido, como el de un monstruo.

De pronto escuchó unos pasos acercándose, dio media vuelta sorprendida y apunto con su linterna al ser que había llegado, preparada para echar a correr en caso de que fuera necesario.Sin embargo no era un monstruo, ni nada: era Toris Lorinaitis, el representante de Lituania, el cual había conocido hace poco en la Academia, pero le agradaba y compartían algunos gustos en común. Respiró aliviada al verlo y borró la mueca de preocupación de su rostro para reemplazarla por una agradable sonrisa.
-Eres un mal padre Harry~ ¿Que hubiese pasado si cabeza de pirámide hubiese aparecido~? -Comentó disimulando su nerviosismo.- Aunque...
Iba a responder cuando escuchó algo parecido a un crujido. Tragó saliva ¿Había llegado alguien más? Con tal oscuridad aún no podía ver casi nada...Miró fijamente al lituano y pudo percatarse de que alguien más había llegado. Era Roderich Edelstein, el representante de Austria...también lo había conocido hace unas horas, sin embargo no habían hablado mucho. Le vio esconderse detrás de Toris y por cortesía evitó estallar en risas, pero algunas pequeñas carcajadas no pudo reprimirlas.
Miró hacia el lugar donde la linterna del austriaco iluminaba: Ahí se encontraba el monstruo que quizá buscaban, por inercia tomó una piedra del suelo y la lanzó hacia los arbustos.
-Si es muy grande y tienes colmillos. Corran.-Anunció.

- ¿Tan mal padre me encuentras, Cheryl?... Sabes que nunca te dejaría sola frente a un Pyramid Head~ –Musitó antes de escuchar un par de ruidos y notar como el castaño austriaco, que había visto hacía unas horas se escondía tras su espalda. Le sonrió con cierta ternura, hasta cierto punto le creyó parecer un lindo gatito asustado. Miró nuevamente hacia el lugar en donde parecían haber sonidos. Crujidos de quizás alguna clase de animal que se movía. Agudizó un poco el oído, cerrando sus ojos y escuchando atentamente.

- Hey… calma, tampoco puede ser algo tan peligroso… -En cierto sentido era algo escéptico, después de todo, muchas veces sólo se encontraban animales. Pero si tenía la suerte de encontrar algo de verdad paranormal, sería bastante divertido. Se separó un poco de Rod y él sólo avanzó lentamente hacia los arbustos, abriéndolos de golpe y mirando al chico que entre ellos se escondía- No es un animal… es un chileno –Rió levemente.

Tuvo que contener la risa al ver la reacción austriaca, definitivamente esperaba que la taiwanesa o quizás el lituano reaccionarán así, pero no el señorito del país que no sabía donde quedaba. Aguardó entre los arbustos hasta que una piedra le golpeó, dio un rosario de maldiciones y la linterna lo alumbró.

- Maldición Toris, arruinaste la diversión. -Acotó saliendo de los arbustos sobándose la cabeza e incorporándose al grupo. Miró a los otros tres alumnos y vió que todos parecían listos para la guerra. Con mochilas, bolsos, linternas...les faltaba sólo un arma. - ¿No creen que exageraron un conchito? Ni que les fueran a hacer algo, es cosa que no los webeen y listo.

Spoiler:

Le habían atrapado. Se sintió ligeramente humillado, pero en verdad le
molestaba lo desconcido al grado de asustarse, sobre todo en ese
bosque. Se perdía con facilidad en los sitios que no conocía, así que
buscó quedarse cerca de esos individuos para no perderles el rastro.
Llevó una mano hacia sus anteojos y los acomodó, algo ruborizado por
semejante pena. Después sujetó con firmeza la linterna, cambiando la vista hacia la líder del equipo.

- Bien ¿Hacia dónde vamos a buscar? -Cuestionó con calma, luego fue turnando la vista de una zona a otra, considerando los caminos menos peligrosos para avanzar. No quería caerse en algún pozo, tampoco lesionarse. Cuando vió el camino más excento de obstáculos, levantó el índice hacia el mencionado, a pesar de que era una zona totalmente oscura, sin más que ruídos extraños.- Creo que por ahí es la mejor opción.

-Eres mejor detective que padre, Harry~-Bromeó con el lituano. Al descubrirse la farsa se rió por culpa de los comentarios del chileno. Le dio una palmaditas en la espalda en señal de que la broma no le había molestado, es mas, le había parecido divertida.
Al estar todos reunidos decidió que era tiempo de que comenzaran con la verdaderas expedición.
Escuchó las palabras de Roderich atentamente repasando con su vista a todos lados, sin embargo se concentró cuando este le señalo con el dedo índice un punto a lo lejos.
-¡Bien! Me alegra que en nuestro equipo tengamos un buen observador.-Dijo a modo de halago, esperando darle algo más de confianza al austríaco después del bochorno.- Ahora~ Algunas indicaciones antes de que nos adentremos en el bosque.
Levantó el dedo índice, se aclaró la garganta y comenzó a hablar.
-Si ven un maestro o alguna autoridad escolar aunque lo dudo por la hora...No corran, intenten escabullirse apagando la linterna y pasen desapercibidos. Para avisar que vieron algo <<paranormal>> deben hacer que su linterna parpadee tres veces, si el objetivo es peligroso griten a todo pulmón y corran. Iremos en parejas para lograr abarcar más terreno.-Se sentía casi como un instructor dando los pasos a seguir para completar una misión.- Por último~ Creo que deberían saber algo que encontré en la biblioteca de la escuela.
De entre sus ropas sacó un libro en muy mal estado, con algunas hojas arrancadas y otras carcomidas por el paso de los años.
-Aquí...Hay un mapa de este bosque y habla de extraños sucesos paranormales...Incluso criaturas de otros mundos...-En su tono de voz se impregnaba la emoción que sentía en esos momentos. Los miró a todos, intentando adivinar que les había parecido el hallazgo.

Spoiler:

- En algo tenía que ser bueno, Cheryl… -Sonrió divertido mientras observaba la reacción de todos los presentes. Suspiró con algo de fuerza mientras el austriaco elegía el camino a seguir y luego escuchó con atención todas las instrucciones dadas por la taiwanesa. En definitiva ella podía estar en el equipo de deportes con semejante carisma.

Se volteó a ver a cada uno de los presentes y sonrió nuevamente- Vale… entonces como vamos en parejas… elijan quien quiere ir con quien, a mi realmente me da igual, puedo ir con quien quiera… -le sonrió amistosamente, volviendo a observar alrededor sin miedo. Entonces escuchó lo último de la chica, respecto a esa extraña y macabra historia- Pues será divertido averiguar si realmente son ciertas esas cosas –Les miró- Será mejor nos pongamos en marcha antes de que se haga aún más tarde~

Analizó a sus acompañantes buscando cual sería el mejor compañero de equipo. Miró al lituano de reojo, era un chico simpático pero se veía valiente y no podría asustarlo con facilidad. Giró su vista a la taiwanesa, era una chica que sabía del tema y más que temer era alguien que le ayudaría a asustar a los otros. Finalmente vió al austriaco, era miedoso y el tipo de persona con el cual no se juntaría en toda su vida, sin embargo, ¿qué clase de representante de uno de los países con más tribus y grupos urbanos era si no podía lograr que Roderich fuera su amigo? Y así lo decidió.

- ¡Quiero hacer grupo con el cuico! -gritó alegre señalando a Roderich para luego pedir perdón recordando que estaban en un lugar prohibido. Sacó una de las linternas que la taiwanesa había traído y la probó mientras escuchaba lo del libro- A todo eso de la historia, no sería extraño que penaran o que hubieran duendes....si estuvieramos en mi país tendríamos que tener mucho cuidado, sobretodo Mei..podría venir el trauco y despedazarte...-dijo como si no fuera nada, para poner los ojos en blanco.- O quizás algo peor, podría dejarte preñada....

Spoiler:

-Eres un tonto Manuel.-Dijo dándole un zape al escuchar lo de "preñada". El comentario no le había agradado y además...El lituano tenía razón se estaba haciendo muy tarde, por lo que debían apresurarse.
Roderich le preguntó algo con respecto al libro y no pudo evitar sonreír de manera casi siniestra, haber conseguido ese pequeño patrimonio histórico de la biblioteca había sido una de sus más grandes hazañas. Sin embargo...al momento del querer responderle sintió un escalofrío, el cual hizo que se estremeciera de pies a cabeza.

"Clap, clap, clap"
Un horrible sonido que le martillaba los oídos, algo parecido a unas cadenas arrastradas, no eran hojas definitivamente y el chileno no podría haber hecho algo así tan cerca de ellos.
Quiso salir corriendo de allí, perderse entre los árboles y no ver lo que a ellos se acercaba. Su mente le grito que huyera y que no mirara atrás, sin embargo sus piernas no le respondieron, mejor dicho ninguna parte de su cuerpo quiso reaccionar ante la amenaza. Tragó saliva sabiendo que no había opción de escapar, pero ella en su interior tenía claro el porque de la situación. Ansiaba el poder descubrir un misterio en aquel entorno tan normal. Deseaba destruir la normalidad.
Hizo una señal y apagó su linterna.
Sus manos comenzaron a transpirar...Si que estaba nerviosa, aunque quizás la palabra correcta era...Ansiosa. Se colocó en cuchillas para evitar que cualquier luz pudiese delatarla y espero que la amenaza del bosque apareciera...

Durante unos pocos minutos sintió que todo estaba bien. Estaban reunidos, al parecer a él le tocaría ir con la chica, lo cual le iba a ser bastante divertido. Ambos parecían ser los más valientes de dicho grupito, aunque el chileno también se veía bastante audaz, pero él parecía tomar las cosas más al chiste. Si bien la taiwanesa y él no se tomaban las cosas con mucha seriedad, ya claramente se había notado que estaban interesados en mantener al grupo relativamente seguro.

Entonces ese sonido los alertó a todos. Notó como unos parecían desconcertarse con aquel extraño ruido. Más bien, él también estaba un poco desconcertado. Tenía que ser alguna clase de persona para que estuviera cargando con lo que parecían ser pesadas cadenas. Notó que Mei apagaba la linterna. Por lo que hizo lo mismo y miró alrededor, bastante atento a cualquier cosa.

- Puede ser un maestro… - Susurró hacia los otros – Apaguen sus luces… y manténganse atentos… -Les miró con seriedad, manteniendo la voz sumamente baja y observando alrededor. En espera de que alguna cosa y/o persona les saltara encima.

Recibió el golpe sin alegar, se lo merecía por decir tal cosa a la taiwanesa y no iba a replicar. Iba a comenzar un discurso sobre lo valientes que eran por estar ahí, buscar lo paranormal o algo por el estilo cuando el helante sonido de las cadenas hizo que todos se paralizaran. Ahogó un grito; no era que fuera miedoso ni nada parecido sino que estaba...emocionado, sí esa era la palabra. Negó con la cabeza al sentir la pregunta muda del austriaco y apagando la linterna se escondió tambien.

- Dudo que sea un maestro Toris, a menos que el viejo ande a próposito asustando cabros- replicó a lo dicho por el lituano e hizo la señal de silencio al escuchar el sonido más cercano. Su cuerpo temblaba de la emoción, nunca creyó que en verdad verían algo en un bosque como ese. Que era espeluznante, eso nadie podía negarlo pero al grado de estar con criaturas fuera de duendecillos...lo encontraba poco probable. Mantuvó la mirada al frente, preparando sus piernas en caso de tener que huir si se encontraban con algo mayor a lo que podría imaginar. Silencio, nada se oía.- ¿Están seguros que....?- No alcanzó a terminar cuando el tintinear de las cadenas parecía tan cercano como si el dueño de aquellas estuviera entre ellos.

"¿Debería huir...?" Esas palabras resonaron en su mente una y otra vez, tenía miedo de aquel ser pero no pudo vislumbrarlo tan cerca como el austriaco. Motivada por su curiosidad siguió agachada y miro al monstruo, mínimo media dos metros y algo, el cuerpo era de un color grisáceo aunque claro eso podía deberse a la oscuridad, la cabeza era calva y lo peor de todo era el hedor que este emanaba, parecido al de un cadáver viviente.
El estudio del monstruo sin embargo no le duró mucho, este se había enfurecido y había emitido un horrible sonido. Ella misma había tenido que soltar la linterna para taparse los oídos.
De pronto la bestia salió corriendo a buscar a los compañeros de equipo, se le heló la sangre por completo y solo el sonido de su corazón latiendo a mil por hora pudo escuchar.
Se mordió el labio inferior y recordando su experiencia de survival horrors tomó la linterna del suelo y la encendió, las criaturas de la oscuridad siempre perseguían la luz con un extraño complejo de polillas que tenían.
Apuntó al monstruo esperando llamar su atención, lanzó lejos la linterna para ocuparla de señuelo, sin pensárselo dos veces metió el libro a su mochila y luego tomó del brazo al lituano.
-¡Corre!-Gritó jalándolo y echando a correr.

Ante aquel extraño jadeo de inmediato retuvo la respiración. Un escalofrío demasiado incómodo recorrió su espalda al momento de que notaba como el austriaco y el chileno, salían corriendo sin mirar atrás. Asomó un poco la cabeza para vislumbrar que era lo que tanto había asustado a ambos representantes. Entonces lo notó, simplemente impresionante, aterrador y por completo paralizante. Se estremeció un poco viéndole, notando casi tardíamente que la chica ya le tomaba del brazo y ella huía.

- “¡MIERDA! ¡Si debería saber que siempre que se separa la gente alguien muere!” –Pensó antes de salir corriendo de inmediato tras la chica, alcanzando a tomarle por la muñeca para poder correr ambos juntos. Una de las cosas que había aprendido en los juegos de survival horror que había jugado, era que mientras el grupo no se separara, había menos posibilidades de salir herido.

Ya cuando en su carrera, notó que la luz estaba lo suficientemente lejos, dejó de correr, sujetando a la chica para que se detuviera. Mirando alrededor, jadeando levemente y por completo alerta a cualquier cosa que pudiera moverse o emitir algún sonido- Ya sabes que no hay que separarse…. –murmuró mirándole de vez en cuando- Hay que ir por Roderich y Manuel y salir de aquí antes de que les pase algo… -Tomó la linterna que llevaba con él, aún sin encenderla- Tenemos que buscarlos…

- ¡CONCHA*******! -gritó al ver al ser, espíritu, alma en pena o lo que fuera esa wea que salió de la nada. No dudó en seguir al austriaco, debían huir como fuera. Si aquel ser había aparecido de forma tan violenta era por que no tenía buenas intenciones; no quería ser su amigo, ni darle un mensaje, tendrían suerte si los mataba rápido. Continuó corriendo como alma que persigue el diablo hasta que a los lejos ,entre los árboles, distinguió algo blanco: un edificio.

- ¿Qué es esa weá? - Dijo mientras detenía su carrera, para señalar lo que parecía una casona. Sin esperar la respuesta del austriaco, comenzó a caminar hacia el lugar señalado sin soltar la mano para asegurarse que lo acompañaba. El miedo que sentía en su pecho, como espinas que le apresaban no era nada comparado con las ansias de descubrir un lugar nuevo; si tenían suerte y salían vivos de ahí...sería la mejor prueba para demostrar que lo que pasaban era real a los demás. A medida que se acercaban se empezaba a notar como le faltaba parte del tejado y tenía las ventanas selladas con maderos. La escalinata de entrada estaba deteriorada y llena de maleza. De pronto en esa misma escalinata apareció una "cosa-ser" sentada y detuvó el acercamiento.- D-dime...que...hay algo sentado ahí, y no soy yo el que está alucinando.....

Spoiler:

Su corazón estaba demasiado acelerado, fácilmente este explotaría y le dejaría tirado ahí, sin capacidad para seguir vivo. Afortunadamente, eso no ocurrió y después de sentir su latir en prácticamente todo el cuerpo, logró enfocar la mirada en el edifciio que había visto su compañero, suavemente iluminado por la luna, que aún no era cubierta por las nubes que en un futuro, podrían dar lluvia al escenario.

Y de repente, recordó una escena de una curiosa película llamada El Proyecto de la Bruja de Blair. Donde dos personas encuentran una casa de esa categoría, abandonada y prácticamente en ruinas. Sólo le faltaba una cámara .. ¿Y si encontraban manos de sangre estampadas en la pared? .. Terror, el austriaco comenzó a sentir terror. Si sacaba la película de su mente, podría deducir que en esa casa quizás había algún drogadicto, un criminal o realmente, un fantasma como el que anteriormente había visto.- .. O-Oye .. ¡Manuel! -Llamó al individuo, acercándose a él para tomarle de la manga y caminar detrás de él para no perderle.- .. ¿De qué ha-..? -Había alguien sentado en las escaleras, un suave llanto femenino comenzó a escucharse y de repente, la imagen desapareció. El austriaco estaba totalmente pálido.- ... Masoquista. Eres un masoquista, Manuel.

Tenía el rostro bañado en sudor, sus nervios le habían dominado por completo y su ansiedad se incrementaba cada vez más. Quería gritar y no saber nada más del bosque, corrió como nunca antes lo había hecho.
No miraba hacia atrás y el único sonido que escuchaba era el de su respiración y el crujir de las hojas y ramas que pisaba en su loca carrera buscando salida. Solo una vez miró hacia atrás y fue en el momento en el cual Toris le tomó de la mano. Le miró sorprendida sin embargo no se detuvo ni disminuyó su velocidad.
Realmente odiaba haberse descontrolado ante una situación difícil. Pero era algo que a ella la superaba ¿Porque no había huido antes? ¿Acaso tan poco valoraba su vida? ¿Tan aburrida se sentía?
Luego de un rato se detuvo cuando Toris se lo señaló. Lo miró intentando no demostrar que estaba inquieta y asintió a las palabras del lituano y respiró profundamente esperando tranquilizarse de una maldita vez, se sentía cansada, no debido al esfuerzo físico (le daba gracias al Taller de Deportes por ello) sino más que nada mentalmente y lo único que quería era irse de ese lugar. Pero todos estaba metidos en ese lío por culpa de ella y sus ideas...y más que nada...su propia curiosidad.
Volvió a respirar profundamente.
-Tienes razón Harry.-Le sonrió al lituano manteniendo a raya a su propio nerviosismo.-Soy Cheryl, es una mala costumbre huir ¿no?
Ahora ya más tranquila divisó donde se encontraban y sacó el mapa que se escondía en su mochila.
-Roderich y Manuel corrieron en la dirección contraria a nosotros.-Señaló el lugar del mapa donde se encontraban al principio.-Aunque si aplicamos los survival horror, esos monstruos siempre protegen algo...Así que a juzgar por el camino que recorría la cosa que nos atacó...Esos dos deben estar cerca "de ese lugar". Es una teoría eso sí.

- Sabes… En este momento estoy comenzando a sentirme orgulloso de ser uno de los que sobrevive en Silent Hill… -sonrió levemente, un poco intentando disminuir su nerviosismo y más que nada normalizar su respiración. Sí en definitiva debía comenzar a hacer más ejercicio. Quizás trotar en las mañanas podía ser un buen hábito de ahora en adelante. No quería terminar cansándose a mitad de camino de una persecución en la que él era el perseguido. Durante unos segundos no pudo evitar imaginarse una escena en la que algún perro amorfo, esa criatura, un fantasma o incluso algo tan imposible como un cabeza piramidal le persiguiera y él no alcanzara a escapar.

Tembló ligeramente antes de ajustarse instintivamente los pantalones y el cinturón. Negó un par de veces y volvió a mirar hacia la chica cuando sacó el mapa, mirando los alrededores mientras ella revisaba- Pues… entonces según lo que sabemos… es que lo más seguro es evitar “Ese lugar” pero en todos los juegos de survival, siempre el muy idiota del protagonista, no intenta encontrar una salida, si no que más bien encara al diablo ¿quieres ser como el protagonista?... –Le miró un momento, preguntándose él mismo lo que le acababa de decir a la chica. Si bien él no era el más valiente y de verdad sus piernas le decían que saliera huyendo. En ese momento habían dos compañeros que no estaban del todo muy seguros.

- Manuel y Roderich siguen ahí… -apretó los puños- ¿Qué haremos?...

-Nosotros seremos los protagonistas de esta historia.-Dijo decidida trazando una ruta imaginaria con su dedo por encima del mapa de donde podrían encontrarse.-Después de todo...¿Nuestra meta acaso no es conseguir el "God Ending", Harry?-
Le sonrió al lituano y le tomó el hombro apretándoselo ligeramente como vio que los personajes de las películas o videojuegos lo hacían, demostrándole que ella también estaba nerviosa sin embargo que ambos saldrían de esta como muchas veces el lo hacía el personaje principal, este generalmente no tenía poderes o una gran capacidad física, eran personas comunes que solo el deseo de salir adelante y el querer a otros los hacía triunfar por sobre el miedo.
-La única diferencia es que si nos matan no podremos reiniciar, a fin de cuentas...Estamos jugando sin memory card.-

De su mochila sacó una cinta de color rosado y la ató a un árbol marcándolo como señal. La ventaja de la tonalidad de aquella prenda era el ser distinguible por lo llamativa inclusive en la oscuridad.-Con esto sabremos si estamos dando vuelta en círculos, dudo que el monstruo tenga buena vista si se la ha pasado viviendo aquí. Entonces...volvamos al punto de partida y retomemos el camino que ellos tomaron ¿De acuerdo?-

Sonrió levemente ante las palabras de la chica, estaba claro que mientras bromeaban un poco con las cosas, estas se hacían un poco más ‘calmas’. Lo que significaba en sí, que empezaba a volverle un poco el valor del principio. Le apretó igualmente el hombro y suspiró suavemente- Vamos a por el “God ending”, después de todo, estos se parecen en sí a los bosques que ya visitamos una vez ¿no Cheryl?... –Rió levemente y luego miró nuevamente alrededor, observando a ver si aparecía algo.

- Otra diferencia que tenemos con ellos… es que ellos tenían armas… al menos un fierro con el cual poder golpear a las cosas… nosotros tenemos una linterna… -lo pensó un momento- Aunque… ahora que lo recuerdo, hay un juego en el que yo encuentro un cuchillo incluso y no lo uso y sólo salgo corriendo… -Negó un par de veces- Dios… terminaré volviéndome Harry… -se acarició la frente y apuntó la luz hacia el señuelo que había puesto la chica. Le asintió sin más y le tomó de la mano- Sabes tan bien como yo que no podemos separarnos… no importa donde, no me sueltes… -

-Deberíamos buscar quizá piedras que podamos lanzar...Si tuviesemos suerte podríamos encontrar hasta una vara de hierro...-Señaló reflexionando la situación y su concentración se rompió al escuchar que el lituano le lanzó aquella broma. Rió levemente y asintió.
-Lo siento Harry. Para nuestro juego soy Cheryl, pero en estas situaciones soy como Cybil.-Sonrió y apretó levemente su mano.-Aunque tener una pistola en estos instantes sería maravilloso.
Sintió como la mano del ojiverde se entrelazaba con la suya y asintió. Su miedo había disminuido y de vez en cuando se acercaba a algún árbol para marcar una señal y volver al camino, iba con un paso seguro y firme, pese a que su corazón latía rápidamente debido a la adrenalina descargada en su loca huida, sin soltar en ningún momento la mano de Toris. Miraba al cielo y se fijaba en las estrellas y la luna que alumbraban la misma nada y parecían un mero adorno.
Caminaron un largo rato ¿En serio recorrió toda esa distancia? Le parecía casi imposible.
La tranquilidad del ambiente desapareció cuando escuchó algo parecido al de que alguien estuviese arrastrando algo muy pesado. Al principio creyó que había sido una jugarreta de su imaginación...sin embargo de un momento a otro un estruendo metálico perforó sus oídos y de un salto empujó al lituano para que se hiciera a un lado.
Dolía.
Dolía...
Profirió una maldición entre dientes y observó su brazo derecho, la luz no le permitía ver con claridad pero el hedor a sangre y el dolor más que nada le permitían decirlo: la habían herido. Apretó los dientes y sólo pudo subir la vista para observar a su atacante.
-No...puede...ser...-Abrió más los ojos negándose a creer en aquella loca idea de que un videojuego se hubiese hecho realidad.
"Pyramid....Head?"