Tras el telón | [Arthur]

Con guión en mano y seguido del inglés termina por entrar al cuarto, un lugar bastante ordenado cosa que se agradece de ambas partes, lo más desordenado son las miles de hojas y libros sobre su escritorio pero eso ya es un tema personal. Nota a sus pies y ve la carta que debieron dejar cuando ninguno de los dos estaba presente en la habitación.

-“Ahora si cruza los dedos Kirkland”- Se hizo a un lado para dejarlo pasar y a su vez empezar a abrir la información con cuidado.

Entró a su cuarto y simplemente se dejó caer boca abajo sobre su cama, ladeando el rostro para observar lo que hacía su compañero. Soltó un suspiro sonoro antes de comenzar a hablar.

-¿Y qué dice? - Volteó el cuerpo hasta quedar boca arriba, con los brazos extendidos - De seguro será alguna estupidez, con la suerte que tengo... -Se soltó los primeros botones de la camisa luego de haberse quitado la corbata con facilidad. Movió un poco los pies y sus zapatos cayeron al suelo. Igual no le estaba prestando demasiada atención al otro chico, tenía más necesidad en pensar que haría en ese momento, tal vez una ducha o algo así.

Cerró la puerta apenas Arthur pasaba de largo y se tiraba de lleno en su cama, en cambio el escocés se apoyó en la puerta cerrada mientras abría el sobre, pensó en gastarle una broma de que realmente les habían asignado habitaciones distintas pero ni cabeza tiene para eso ahora, así que se aclara la voz y se dispone a leer en voz alta.

O al menos a intentarlo.

-“Veamos, dice: … bla bla blaaa”-Si, realmente está toda esa introducción innecesario que omite son esos fonemas-“La dirección, bla bla, cambios bla bla… la lista”-ahora se detiene unos segundos para ver como habían quedado finalmente-“Felicitaciones Kirkland, te honraré con mi presencia todo lo que queda de año”-

-Oh God, creo que esta vez la suerte no está de mi lado -Se incorporó para echarle una vista general a la habitación, y entrecerró los ojos, bufando - Bueno, ya sabes las reglas, no tener demasiado desordenado, no traer gente rara aquí... La habitación es el único lugar donde puedo descansar del resto de engendros, así que espero que respetes eso, yo por mi parte lo haré -Dijo poniéndose de pie mientras caminaba a uno de los muebles, rebuscando algo de ropa.

Tal vez no sería tan malo como esperaba, al menos no le había tocado habitación con el pervertido del francés o con el hiperactivo del americano, si bien detestaba en parte al escocés, sabía que si no se metía con él las cosas no irían tan mal. Sacó shorts y una camiseta algo ancha y se dirigió al baño -Me iré a dar una ducha así que... Me tomaré mi tiempo - Dicho esto cerró la puerta tras de si, y solo se oyó desde adentro el sonido del caer del agua.

-“Pues tómate tu tiempo no tienes que decirme esas cosas”-Ríe algo burlón encogiéndose de hombros restándole importancia, era el cuarto de ambos ¿no? Hasta el respetaba esa regla, cada quien puede hacer lo que quiera, estos espacios son sagrados, la tranquilidad fuera de todo estudio o de cualquier otro lugar del instituto, y por más que tenga sus riñas y diferencias con el inglés deben al menos sobrevivir como personas civilizadas en este pequeño espacio. Así que la normal es; No meterse en los asuntos del otro.

Sonido de la puerta del baño cerrándose es suficiente para que pudiera avanzar y planificar que hacer ahora, no tenía más clases en la tarde y se pregunta si el taller de teatro tendrá alguna reunión extra oficial para confirmar la obra, estaba pensando seriamente en proponer otra pero no descarta la posibilidad de aprenderse una vez más este guión del clásico. Tira el guión y la carta sobre su cama y se encamina a su propio armario viendo algo más cómodo para usar, se quita la camisa dejando su pecho descubierto y busca con la mirada alguna cómoda camiseta cuando recuerda que la suya la dejó lavando y tendría que ir a buscarla más tarde junto a otro puñado de ropa. Rueda los ojos y mejor olvida ese asunto, para ello mejor se sienta sobre su cama recostando la espalda en la pared y volviendo a tomar el guión entre sus manos para buscar una página al azar.

-“ Más homicidas son tus ojos, diosa mía, que las espadas de veinte parientes tuyos. Mírame sin enojos, y mi cuerpo se hará invulnerable.”- Susurra bajito en la primera línea que leyó de la hija 20. Bufa, tan utópico, como si eso pudiera ser posible.

Dejó que el agua corriera por todo su cuerpo, nisiquiera se molestó en moverse del lugar en el que se encontraba por un buen tiempo. Siempre estuvo ocupado pensando en las tareas y exámenes, principalmente su vida se dividía en deberes, el club de música, y discutir con personas. Tomó de una pequeña repisa dentro de la ducha su gel de baño se pasó lentamente una esponja por el cuerpo, haciendo muecas raras al intentar llegar a su espalda.

-Agh... Como sea... -Murmuró molesto, luego de enjuagarse, salió de la bendita ducha y se cubrió con una toalla una vez hubo cerrado la llave del agua. Se secó a medias el cuerpo y se vistió rápidamente, quedando con el cabello empapado aún, tomó su uniforme ahora doblado y salió del baño, con una gran nube de vapor a su espalda.

-¿Ensayando? La vida no es solo el club al cual perteneces... -Dejó su ropa doblada sobre una silla junto a su cama y luego se sentó en el colchón, encogiendo las piernas, cuya palidez quedaba al descubierto por lo corta de su prenda- ¿Te has dado cuenta que la mayoría de obras que intepretan son de amor o tienen que ver con el romanticismo? -Rió ligero antes de relamerse los labios- Vaya ironía...

Eleva la vista del guión sólo por encima mirando al inglés un poco más relajado, es bueno tener aunque sea momentos de paz y que pareciera que pueden convivir sin matarse (a lo menos unas horas). Ríe por lo bajo y sólo después de ese comentario baja el guión de su rostro para poder verle completamente sentado al otro extremo de la habitación.

-“Es esto o los deberes de matemáticas o terminar unos papeleos para el consejo estudiantil”- Y ninguna de esas cosas le motivaban lo suficiente como para dejar el ensayo de lado porque aún era muy temprano para dormir y demasiado frío como para salir a practicar algún deporte. Sus piernas de flexionan sentando se a lo “indio” apoya un brazo en su rodilla y luego la cabeza en la mano para pensarlo unos momentos-“¿Dónde está la ironía? Su toda la vida es una gran ironía”-No, no quiere ponerse a filosofar si no que en cierta manera comparte ese pensamiento porque objetivamente así son las cosas-“Es la musa universal, cual tristemente es mucho más perfecto cuando es actuado”- Los grandes amores de la historia eran tan… irreales, que sólo en el teatro puedes surgir.

-Considero que las matemáticas son divertidas -Murmuró encogiéndose de hombros usualemente cuando decía esa clase de cosas todos se le lanzaban encima preguntandole si estaba loco, pero para él era así, las matemáticas eran pan comido. Se quedó en silencio en espera de terminar de oir lo que el otro le decía -Musa universal... Yo digo que es una malinterpretación de los instintos... Amor, son solo ganas de follar disfrazas con elegancia... -Recordó esa frase que una vez había oído por ahi, y prácticamente ahora era su lema, comenzó a reir disimuladamente y alargó el brazo hasta tomar su guitarra eléctrica.

-Bueno, digamos que de todas formas no se puede hacer nada en contra de ello -De su mesita de noche cogió una uñeta y comenzó a practicar, aunque el instrumento prácticamente no sonaba ya que no estaba conectado al amplificador- Mhmhm~~ -Tarareó suavemente una melodía, siguiendole el ritmo al tono que estaba tocando, era una de sus canciones preferidas de The Ramones, "Poison Heart".

Si al inglés le gustaban las matemáticas era un extraño, un completo extraño. Pero eso le hace gracia, que puede decir, Arthur es un completo extraño ante el mundo, bueno, no es que los británicos no lo fueran ante el resto del planeta, es un sello característico y no l molesta del todo ya que quiera o no, es parte de esa tradición también-“Me has roto las ilusiones Kirkland”-se desprende todo el sarcasmo en sus palabras pero no hacia el inglés, si no que mas bien lo ha dicho en gracia ante aquella frase que puede ser tanto cierta como falsa, le gusta pensar en un término medio-“Sólo intenta no mencionárselo a las señoritas o allí si huirán de todos”-Ella piensan más con el corazón, bastante diferente a los hombres. Especialmente que no se lo diga a las jovencitas que siempre van a ver las obras suspirando a montones cuando recitan tales promesas de amor y fidelidad como una utópica novela.

-“Por supuesto, no puedes ir contra el mundo por más que quieras”- Ya que hay paradigmas que nunca cambiaran y la vida les sirve bastante bien de esa manera. Se queda un momento escuchando al otro, o más bien, son las notas de su guitarra las que resaltan por sobre su tarareo, con que es aquello en lo que Arthur se apasiona, si lo suyo era el teatro para el otro era la música-“Well, I just want to walk right out of this world, 'Cause everybody has a poison heart?”-repite parte de la letra en voz alta-“No seas tan trágico”-

-Aunque no lo creas... A ellas les gusta tanto como a ellos - Hizo una mueca algo obsena, era su faceta no tan obvia, pero tenía un cierto grado de perversión corriendole por las venas. Quizás porque en su "rebeldía" había cumplido la mayoría de fantasías que podía llegar a tener. Claro que nadie sabía de aquello.

-Es una buena canción, creo que dice la verdad... -Detuvo la tonada y sonrió - ¿Acaso quieres que toque algo más... romántico? - La sonrisa se tornó burlona, y sus dedos se deslizaron finamente por las cuerdas, llegando a tocar los acordes necesarios para iniciar con la cancion "Time is running out" de Muse -I think I'm drowning, asphyxiated I wanna break this spell~ that you've created- Siguió tocando y su voz volvía a entonar aquella canción.

-You're something beautiful a contradiction I wanna play the game, I want the friction- Sus dedos siguieron tocando, pero detuvo su cantar para comenzar a hablar- ¿Lo ves? A la larga el amor es solo eso, fricción... Cuando se acaba el "apetito" es cuando se muere el amor... -Se mordió el labio inferior de solo pensarlo- Aunque a veces nisiquiera es necesario ponerle nombre al celo... -Se echó a reir con ganas, dejándose caer por completo recostado sobre su cama, dejando descansar la guitarra a un lado.

-“¡Pero ellas detestan admitirlo! Que poco caballero de tu parte”- Le bromea en contra y ladea una sonrisa ¿qué era esa nueva faceta que estaba mostrando el inglés? ¿qué pasó con el aburrido estudiante malhumorado? Sea lo que sea, esta nueva faceta suya le entretiene mucho más-“¿Tocarás algo romántico para mi, Kirkland? me siento honrado”-chasqueó la lengua ansioso para escuchar con que es lo que saldría en este momento, esperaba alguna canción con declaración de odio o mejor, indiferencia.

Interesante opción, el amor según sus palabras, como dice, todo se reduce a una deliciosa fricción. ¿Negarlo? Jamás-“Es parte de la vida, el humano necesita satisfacer toda clase de… deseos, pero iluso el que cree que sólo es eso, probablemente todo moriríamos de SIDA si fuera de esa forma”- No, no lo dice de cruel, sólo deja entre visto de que no se va por la vida yendo de persona en persona ¿o si? Ya nada le sorprendería. Nota como se ríe mofándose de su verdad, no puede culparle, todo es parte de un punto de vista dependiendo de las experiencias personales ¿tan desilusionado estaba? ¿O simplemente sólo había ido rienda suelta a los deseos sin mirar más allá?

Debe dejar el guión de lado y levantarse, para sentarse en el suelo justo al lado de la cama del inglés para que pudiera verle, deja ambos brazos sobre la superficie de la cama y se lo piensa un momento-“All you need is love”-canturrea divertido, no es lo suyo pero le sigue el juego como la gran contradicción-“All you need is love~”- repite exagerando la última nota. De los Beatles, un clásico.

-Hahahahah casi... ¿No estamos muriendo ya todos de SIDA? -Parte de su cama se estaba mojando por culpa de su cabello húmedo, pero no parecía importarle en absoluto, acarició las cuerdas de su guitarra que estaba a un lado suyo y volteó el cuerpo hasta recostarde se de lado y ver directamente al escocés.

-Love, love, love, love, love, love, love, love, love...There's nothing you can do that can't be done~ Nothing you can sing that can't be sung~ - Cerró los ojos, recordando cuando sus padres escuchaban aquella clásica banda inglesa, claro ¿quién no los escuchaba por allá? También le gustaba, solo que esa precisamente esa faceta cursi la que no le gustaba mostrar.

-¿Acaso alguna vez te has enamorado? Eso sería divertido de ver... -Y tal vez sería más divertido para él porque según sus experiencias, aquello que tanto llamaban amor era signo puro de perdición, y normalmente se tenía a idolatrar al ser amado, por eso quizás ver a aquel egolatra adorando a alguien que no sea el mismo, definitivamente tendría que verlo. Lentamente comenzó a entonar aquella canción que que recordó en solo un instante - If I fell in love with you... Would you promise to be true And help me understand~? 'cause I've been in love before, and I found that love was more... Than just holding hands - Cantó un poco más lento que el ritmo natural de la canción, luego suspiró con fuerza.

-“Triste, más gente se muere de SIDA que por penas de amor, a donde irá a acabar este mundo”- Ríe bajito, sabe que el mundo va de mal en peor pero por otro tipo de cosas, pero sabe como agregarle drama al asunto sólo para poder contradecirle. Apoya un brazo con el codo y en esa mano reposa su mentón escuchándole atentamente cantar, lo gracioso es que seguía con las canciones y de alguna manera se entendían con las letras, claramente el inglés tenía una voz mucho más privilegiada que la de él pero no se lo admitirá y tampoco se avergonzará de aquello.

-“¿Enamorarme? No, pero no le veo nada de malo”- Hay gente que le teme, él no, sólo no ha tenido la oportunidad, muchos compañeros en su vida y alguno que otro en su cama, pero ninguno ha logrado encender esa chispa, podría sonar a tragicomedia pero no quiere adelantarse a los hechos-“Yo supondré que tampoco tú, Kirkland”- sus propios puntos de vida confirman esa teoría. Otro clásico, eleva una ceja escuchando la letra y ladea una mueca divertida entornando los ojos. Se lo medita un momento, debía ser una canción completamente contradictoria a esa pequeña verdad, pensó en algún grupo clásico pero se acordó de un tema de los Artic Monkeys que intentaban cantar en ese estilo-“Baby, I'm yours, And I'll be yours until the stars fall from the sky, Yours, until the rivers all run dry, In other words, until I die~”-

Comenzó a reir de forma suave y ligera, casi espontaneamente. Mantuvo los ojos cerrados mientras emitia las casi inaudibles carcajadas y luego abrió los ojos para observarle al hablar.

-¿No le ves nada de malo? No me digas... Uhm, pues, yo tampoco me he enamorado, y no quisiera hacerlo, siendo sincero... Mis prioridades ahora son otras - Oyó la canción atento, logrando identificarla. Hasta la pareció curiosa la manera en que avanzaba aquella jornada, si cualquiera los viese juraría que eran buenos amigos, tal vez porque ahora no estaban muy preocupados de ofenderse mutuamente.

-Oh oh, ¿tanto te gusto, McGregor? -Comentó divertido, pretendiendo en modo de broma que el otro le estaba dedicando la canción- Uhm... Look at the stars, look how they shine for you, and everything you do, yeah~ They were all... Red, like your hair~ -Cambió la letra a último momento volviendo a reir divertido, solo que esta vez extendió su mano hasta coger un mechón de aquel llamativo cabello, secretamente era algo que quería hacer desde hace bastante, solo que se vería bastante extraño si solo llegaba y lo hacía.

-Hahaha... Es extraño... -Tiró suavemente de aquel mechón, nisiquiera explicó a qué se refería y no tenía ganas de hacerlo. En realidad lo que era extraño era él mismo, o como se estaba sintiendo.

-“Prioridades, Prioridades, puede que yo no sea un experto, pero se que estas cosas no se planifican, que aburrido sería planificar tener al `amor’ como un prioridad o no”- Interesante, realmente tenía un concepto muy básico, muy simple, tal como lo tiene él, sólo que él ya asumió que es algo que simplemente pasa pero; ¡hey! Aún son tan jóvenes, aún queda tanta fricción por disfrutar.

-“Ni te imaginas, Kirkland”- Responde con el mismo tono en broma, entre una cosa y la otra ¿acaso no todo lo que decían era así?, tsk, el inglés era rápido buscando letras adecuadas hasta presume el poder alterarlas a su favor, él demora un poco más sabiendo que aquel el músico es el otro. Mira de reojo como parece llamarle la atención su cabello, no le ve nada de especial al convivir con ese rojo todo el tiempo y sinceramente cree la letra original le gusta más: Yellow ¿por qué será?-“Definamos extraño”-Porque ciertamente lo más raro no era una diferencia genética para el color de pelo, si no la situación en si.

Algo de música nacional también vendría bien-“I only heard…his talk, but…he saw it”-aprovecha de hacer ese pequeño arreglo para no ofenderte tan rápidamente-“ I only touched his lips but he saw it. I only kissed his lips, but he saw it ”-A medida que intentaba cantar, o más bien, intentar susurrar afinadamente, se acomodó de tan forma de que sus rodillas se apoyaran en el suelo firmes para así poder levantar un poco más su torso de su lugar y acercarse a la par un poco más al rostro del otro, en donde sus brazos también se apoyaron entrecruzadas sobre la cama-“Gonna have to tell him tonight”-

Sus dedos jugaron un instante con aquel cabello, algo le llamaba enormemente la atención en ellos y ahora debía aprovechar de jugar con ellos, puesto que estaba seguro que otra oportunidad así no habría. Parpadeó un par de veces al verle acercarse un poco más, y al oirle cantar de esa manera.

-Nice... -Murmuró ya cuando lo tuvo frente, viendo de manera analítica su rostro, no detenía los ojos porque se paseaban por las facciones del escocés, mientras de sus labios se entonaba otra melodía- Stop playin' with my heart, finish what you start~ When you make my love come down- Se mordió el labio inferior, sonriendo un poco antes de seguir- If you want me let me know~ Baby, let it show... Honey, don't you fool around~ Don't try to resist me... -Sus dedos bajaron justo por la frente del pelirojo, y el índice se detuvo en la punta de su nariz.

Retiró el dedo, tal vez porque le estaba impidiendo el acerca un poco más el rostro cosa que hizo por simple instinto, solo tenía una ligera necesidad de más cercanía, o quiso convencerse de ello, ahora que lo miraba más de cerca se daba cuenta de un par de cosas, y quizás la razón por la que siempre volteaba a verle no era solo su cabello llamativo, si no que hasta podría considerarlo guapo, o muy guapo, o tal vez...

Sus ojos se movían a la par con los de su compañero, no quiere perder en ningún momento las reacciones del inglés o a lo mejor simplemente quiere observarle de cerca, nunca había tenido el tiempo para observarle con tanto detalle, sus mejillas, su nariz, sus labios entreabiertos, moviéndose tentadoramente mientras canta, danzaban ligeros susurrando aquellas letras ajenas esta vez dirigidas para él. Ladea la sonrisa al escucharle y aún más cuando su mano se aventura de su cabello a su rostro, de la frente a la nariz en un esporádico tacto que ya significaba un gran avance para los dos.

Alzó sus cejas lentamente ¿se había acercado…? Porque ahora la necesidad de cerrar esos centímetros que lo separaban se hacían fuerte. Podía inspirar la respiración del otro, tan cerca que ya sólo puede verle a él. Debe tomarse unos segundos antes de susurrar contra sus labios, rozándolos a propósito-“ When you kiss the base o'my spine. Make my body into your shrine. You give me this feeling deep inside...One that I can no longer disguise~”-Termina por sellar la distancia con sus labios sobre los del otro, suaves y algo le dicen que adictivos.

No tuvo mucho que hacer, había dejado de pensar en el momento en el que el escocés cantaba sobre sus labios, entornó los ojos hasta encontrarse con los contrarios, una vez que cualquier distancia entre sus bocas fuese apartada.
Entonces cerró los ojos con lentitud, iniciando el movimiento de sus labios con suavidad, provocando pequeños roces con la boca ajena hasta transformarlos en besos, pequeños pero constantes.

Ahora inclinaba un poco más su cuerpo, volviendo el beso ligeramente más ansioso, tal vez porque en un inicio había quedado con ganas. Sí, ahora lo admitía, aquello que le estaba removiendo durante todo el trayecto a la habitación era el hecho de que tuvo la oportunidad de besarle, solo para probar y no la había obtenido. Ahora que podía no lo quiso desaprovechar, y una de sus manos llegó hasta la mejilla ajena, bajando lento hasta cuello, para terminar alojándose en su nuca, enredando los dedos en aquella cabellera roja que tanto llama su atención.

Le atrajo más con la mano, entreabriendo los labios en búsqueda un contacto un poco más profundo, delineando ahora con su lengua los labios del escocés, mientras un sonrojo comenzaba a apoderarse de sus mejillas.

Ladeó la cabeza en necesidad de profundizar el contacto, para que sus perfiles calzaran a la perfección y así parecía serlo, algo torpes al principio, acostumbrándose a la calidez y la boca del otro, pero era parte del tentativo juego. Sigue los cortos besos pero la ansiedad les obliga a querer más. El tacto de su mano se desliza por su cuello, aforrándose, enredándose.

¿Esto no es acaso lo que había perdido hace momento atrás? Aquel pequeño juego en donde había apostado a ganar pero termina evitándolo, un ciego que no había codiciado ni imaginado la recompensa final, arrepentirse debería pero ahora no importaba si ahora podía tener sus labios bajo su merced y a la vez entregarse a la par. Sus manos no pueden quedar atrás y para mayor comodidad sus piernas subieron poco a poco sobre la cama, una tras la otra mientras sus palmas terminan por colocarse sobre cada mejilla roja ajena.

Muerde ligeramente el labio inferior de Arthur y echar un último vistazo a sus facciones, verle y que sus manos le piquen ávidas de sólo pensar que tienen permiso para acariciarlas.

Suspiró con suavidad, incluso si el beso fue dándose de forma pausada, él mismo se estaba aguantando la respiración quizás por no saber bien que hacer. Pero ese aire contenido se escapó ligero de sus labios, y un escalofrío le recorrió la espalda al momento en que su labio había sido mordido, era una sensación bastante agradable para su sorpresa.

-Mhm... -Abrió los ojos con algo de lentitud, tal vez un poco temeroso de interrumpir con eso lo que se estaba llevando a cabo en aquel momento. Una vez sus miradas se encontraron, sintió que el calor volvía a agolparse en sus mejillas, entonces aún le sostenía de la nuca con una mano, aprovechando de usar la libre para rozar deliberadamente con el dedo índice el pecho del pelirrojo, bajando lentamente en una forma de poder delinear sus tenues músculos con ella.

Quería otro beso, pero no se atrevía a pedirlo, de hecho quería un poco más, pero no sabía describirlo, ni hallaba la forma de hacerle al otro entender, sin embargo mantenía su mirada fija en la expresión del otro, los dedos en su cabellera se seguían moviendo muy suavemente, como jugueteando con un pequeño mechón.

Toparse con su verdosa mirada logró que un escalofrío recorriera su columna, instintivamente se relamió los labios al notar el brillo de sus ojos, podía notar las mismas ansias que seguramente él también mostraba, la necesidad de tener nuevamente la cálida sensación de sus labios bajo los suyos. Siente como su tacto baja inocentemente por su pecho, en un toque tan ligero pero que creaba un roce delicioso. Ahora se pregunta si logra eso con una minima caricia ¿Qué pasaría si…?

Ahora no piensa, en estos momentos no se piensan cuando el cuerpo es el que manda y se mueve fuera de voluntad, queriendo sentir y hacer sentir. Acaricia sus mejillas tranquilizando su inquietud, puede sentir como su boca le llama discretamente y él no puede resistirse, ni quiere, por lo que vuelve a besarle, esta vez de forma más hambrienta, más exigente y a la vez más entregado, dando un ritmo rápido y profundo, juguetea con sus labios, lame, y quiere que le den el pase, por lo que la punta de su lengua pide permiso para explorar la suave cavidad de su boca.

Poco a poco se va acomodando también, termina encima de él, con sus rodillas flectada como soporte a cada lado y sus manos se elevan hacia su rubio cabello, mojado aún pero eso sólo pasan a ser meros detalles.

Por más que sus necesidades se iban cumpliendo, nacían otras nuevas y más exigentes, sin embargo sus labios iniciaron la tarea que tanto ansiaban, prácticamente devorando los ajenos, y asimismo entreabriéndose para darle paso a la lengua del escocés en su boca. Entonces inició el juego, logrando entrelazar ambas lenguas en una caricia mucho más profunda y húmeda, y aquello le estaba llegando más a fondo de lo que pensaba, tanto que no aguantar un ligero gemido que se había escapado de sus labios, chocando con la boca de su compañero.

Ahora era su cuerpo entero el que comenzaba a acalorarse, aún asi estaba buscando la manera de crear un contacto más cercano con el cuerpo contrario, por ello ambas manos fueron a parar a los hombros del escocés, tomándole firmemente mientras buscaba la manera de atraerle, casi sin intenciones de separar ambas bocas.

Comenzó a mover un poco sus piernas, logrando rozar con las mismas a las del chico más alto. Definitivamente ya solo podía reaccionar. El razonamiento no estaba de su parte pero no parecía acomplejarle en absoluto, más bien le encantaba, porque simplemente no podía hallar algún recuerdo de haberse sentido así antes.

El gemido vibró en su boca, adictivo, necesitaba sentirlos tanto como escucharlos, lo que lo impulsó en la búsqueda de satisfacerle, que se sintiera a gusto con sus atenciones, de que sintiera esa electricidad que él estaba experimentando. Sigue el ritmo impuesto de sus lenguas, indirectamente jugueteando a cual tiene dominio sobre la otra, degustando de su sabor y perdiéndose en el contacto. El beso se vuelve más lujurioso, demandante, logrando que su lengua se abra paso a la cavidad, delineando, explorando y guardar en su memoria cada sensación.

Sus manos que se habían enredado en sus cabellos ahora viajaban en dirección puesta, delineando el contorno de su rostro, al cuello, pasando por el pecho hasta finalmente afirmarle de su estrecha cadera degustándose antes de la curva de su cintura, interesante curvatura aquella, deseará recordarlo cuando pueda rozar su tacto sobre la piel libre, porque de un momento a otro desea quitar todo estorbo que le impiden disfrutar de su calor, por eso las manos terminan coladas por debajo de su suelta prenda, en su vientre. Sus piernas no quedan ajenas antes la tentativa de las otras, son gestos tan pequeños pero a su vez tan transparentes para el idioma del cuerpo, queriendo concebirle la misma intensidad.

En cuanto los dedos ajenos lograron rozar directo la piel de su vientre, aquel cosquilleo que había comenzado a sentir se hizo más pesente, y se estremeció de pies a cabeza. Lo tomó como algo definitivo, no daría paso atrás sin haber probado, tocado o sentido un poco más, por ello guío sus manos hasta su propia prenda superior y se la quitó como pudo, teniendo que interrumpir el beso al hacerlo. Y aprovechó aquel instante para asaltar el cuello ajeno, atrapando la piel del mismo con suavidad entre los dientes, delineando con la lengua aquella zona después.

Se tomó un lapso muy corto de tiempo, mientras su boca succionaba la piel anteriormente mordida. No supo si tomar la iniciativa o no, aquella que le ayudaría a dar un paso más adelante. Ahora, si el otro no correspondía terminaría metido en un asunto bastante vergonzoso. Esbozó una sonrisa, valía la pena correr el riesgo si de ello dependía obtener lo que ahora estaba comenzando a desear.

Sus manos se posaron el torso del pelirojo y bajaron tentativas por aquella zona, deteniéndose un segundo en su vientre, y luego bajaron juguetonas hasta rozar el inicio de la tela del pantalón ajeno hasta detener sus dedos sobre la costura que se encontraba directamente encima de la entrepierna del escocés.

Mentiría si negara que su iniciativa le incitó de sobremanera, relamiéndose el labio y reprimiendo el gemido de sorpresa. El momento antes de que desprendiera su prenda superior chocó un instante con la realidad ¿Qué tan en serio quería ir el inglés? Porque hasta ese momento no había pensando si él otro estaba de acuerdo, se había cegado y sólo se había dejado llevar por sus instintos, pero el momento en que Arthur parece mudamente de acuerdo, una sonrisa adornó su rostro rindiéndose a su toque, sus labios en su cuello mimándole eran un privilegio que agradecía.

Pactaron en silencio, sus cuerpos se entendían y no lo dejarían. Tomó el puesto del espectador por unos momentos, viendo o mejor dicho, sintiendo las caricias impartidas por su compañero, recorriéndole superficialmente pero aún así transmitiéndole gratas satisfacciones. Resopló animado para se cuando sus manos iban en serio, demostrándole que tan lejos quieren llegar, eso le dio un vuelco al estomago entusiasmado.

Ahora quería ser un protagonista, la mueca de sus facciones se volvió mas depredadora, y con sus manos, que tuvieron que dejar de tocar aquella suave piel por unos segundos, indicaron a los brazos del inglés que se elevaran para porque quitarle también su holgada prenda, dejando su pecho expuesto, la yema de sus dedos cosquillearon admirándole. Ahora fue él quien atacó su cuello, hasta el omoplato, degustando con la punta de su lengua para luego mordisquear queriendo tornar su piel de color rojizo, mientras que una mano propia guió a la de Kirkland nuevamente hasta su entrepierna, presionando juntos.