Electric Motion. [ Privado. ]

- ¡¡Y NO ME BUSQUEN EN UN BUEN RATO!! - el sonido del azote de la puerta hizo eco en todo el pasillo de los clubes. El platinado salió de su propio club furioso, con su guitarra al hombro y el cable de esta enrollado y colocado transversal en su pecho. Se había peleado con su club, simplemente no se ponían de acuerdo en un nombre para la banda que se quería formar de manera extra curricular… tampoco el estilo pues como era un club tan amplio había desde electrónica, pop a rock.

Buscaba un lugar donde pudiese descargarse, estar un momento solo y tocar como deseaba, así que se dirigió al auditorio, allí no entraba ni los perros cuando no había eventos. Abrió con cuidado la puerta e ingresó, frunció el seño al ver las luces encendidas, su entrada había sido silenciosa y se quedó quieto al escuchar un violín, ese sonido amble y suave potenciado… Esperen… ¿potenciado? Sonrió y caminó por el costado del auditorio vislumbrando en el escenario a quien enseguida reconoció, su secretario y el presidente del club rival, el señorito. Evitaba ser visto por lo que se movía contra las sombras.

Al llegar detrás del escenario se acercó con cuidado por la espalda del castaño, se colocó su guitarra conectando el largo cable y desenchufando el violín enchufó su guitarra. Enseguida la miró mientras sus dedos veloz mente se movieron por el brazo de la guitarra deslizándose sobre las cuerdas mientras su derecha efectuaba un fluido punteo. Le estaba haciendo burla al interpretar en un hábil punteado de guitarra una conocida melodía de Mozart, Eine Kleine Nachtmusik.

La melodía se detuvo y su izquierda descanzó en el brazo de su guitarra mientras avanzó hacia el castaño parandose a un metro o menos de este observandole - Será que tu te cruzas en el mío. - expetó con su ladina sonrisa altanera que normalmente ostentaba. Sus dedos volvieron a posicionarse sobre las cuerdas y un suave y mudo sonido apenas rozó los oídos del otro que estaba cerca del austríaco, solo era el sonido del tensar de las cuerdas y el roce de los dedos del alvino al marcar el acorde que terriblemente amplificado daba esa humanidad al perfecto y límpio sonido electrico. Con una suavidad casi enigmatica las yemas de los dedos del prusiano comenzaron a rozar las cuerdas y el amplificador comenzó a emitir un sonido tranquilo y dulce que ocultaba una marcada fuerza y vitalidad que solo la música amplificada con electricidad podía dar. Claro, sonaba Für Elise.

Sin cortar la interpretación, como si esta fuese música de fondo comenzó a hablar. - ¿Acaso ahora los señoritos de música clásica vieron que se descubrió la electrícidad o les eres infiel? - su sonrisa no se borraba y parecía burlona mientras le miraba desde un nivel superior.

Llevaba su buzo estilo canguro de color rojo, la capucha estaba puesta sobre su cabeza y el zipper abierto, por lo que se veía la camisa desarreglada por debajo con la corbata suelta. Sus mechones platinados se escapaban por debajo de la capucha y los más largos rozaban sus cejas. Por fuera de la camisa colgaba su cruz de hierro y desde ese ángulo el austriaco podía ver de cerca las manos del prusiano, blancas e inmaculadas con sus uñas pintadas de negro un poco descascarado, del puño del buzo asomaba una cadenita de pulcera. Sus ojos rubí le miraban con una filosa dedicatoria.

Posiblemente no evaluaba demasiado los argumentos que Gilbert utilizaba en su contra, pero su instinto estaba acostumbrado a siempre darle una respuesta, pues estaba fuera de su consideración el permitir que el peliplata osara callarle en algún momento, alguien sin delicadeza o sensación alguna de conducta humana correcta no podía salir victorioso en alguien que claramente, se esforzaba por subir en calidad humana. Había colocado el violín en su estuche pero aún tenía el impecable arco negro azabache en su mano. Al desdoblar las rodillas se puso de pie y dirigió el objeto hacia la barbilla del chico, levantándosela como para indicar dominio en él.- Gilbert, deja de hablar en plural cuando sólo me encuentro yo presente. Deberías cuidar más tu vocabulario, que pareces niño de primaria.

En ese instante la sensación de poseer el dominio en la situación le sedujo tanto que no pudo detenerse. Avanzó un paso y quedó quizás a medio metro de él, teniéndole sumamente cerca de su cuerpo. Sin embargo, no parecía cohibido o intimidado, estaba mirándolo con un desdén increíble, como si le demostrara que realmente el mirarle no le parecía ni siquiera importante, quizás podría notarse una muy efímera superioridad en su vista, que a pesar de todo estaba acostumbrada a la modestia y la calma. Cambió la punta del arco hacia la mejilla ajena, y presionó con suavidad en su piel.- No tengo por qué darte explicaciones, Gilbert. Confórmate con saber que si se me da la gana, podría fácilmente superar tu estilo con ese violín. -Sonrió de lado. ¿Qué estaba diciendo? ¿Realmente podría .. ? Claro que sí. Sabía todo lo necesario sobre las cuerdas de esos artefactos, pero el simple hecho de estarle retando tan de frente le emocionaba.

Comenzó a separarse y tomó el estuche, volvió a cometer el error de darle la espalda y así, fue acomodando el instrumento debidamente junto con su arco y las partituras dobladas con buen orden. Se encontraba sonriendo, estaba esperando el estallido digno del peliplata en todas sus pláticas.

Sus dedos seguían ágiles sobre las cuerdas mientras la música seguía sonando, apenas meros roces y presiones de dactilares sobre tensas cuerdas de metal que en la combinación justa daba aquella interpretación. Sin interrumpirla alzó el brazo de la guitarra para apartar el arco del violín de su mentón cuando intentó alzarlo sin dejarse controlar, solo manteniendo su sonrisa ladina - Esa música que tocas te duerme las neuronas. Me refería al club de Clásica ¿ya quedas tu solo allí? - el brazo del instrumento bajó tranquilamente mientras la melodía se repetía dejando notas vibrantes en el aire.

Una nota desafinó cuando le escuchó y la música se cortó seguida por la risa del alvino - ¡¡Ksesesesé!! ¿Tú? ¿Superar mi estilo? Deberías fundar un club de comediantes, bocchan~ - se le aproximó cuando se inclinó dándole la espalda y alzando su pie lo apoyó en la baja espalda ajena ejerciendo presión suficiente para hacerle perder el equilibrio - Si tan bueno te crees, demuéstralo. - retiró el pie alejándose un paso mientras la perilla de su guitarra era girada hasta que el parlante vibró y el rasgado que hizo sus dedos contra las cuerdas en una nota de Sol hizo temblar el diafragma del amplificador estallando aquel prominente sonido por todo el auditorio y probablemente por el pasillo… y en el oído del austriaco que se encontraba a escasos centímetros de la fuente del acorde. El alvino solo sonreía de su gracia.

Siempre que le daba la espalda al peliplata era una sorpresa, ahora le había colocado el pie sobre la columna y se vió obligado a apoyar una mano frente al amplificador que le servía de mesa, todo con afán de conservar su equilibrio. No debió haber mencionado exactamente esas palabras, pues significaba que ahora se encerrarían en el auditorio a un reto que probablemente, sería eterno. Era una pena que nunca se rindiera a los retos que específicamente Gilbert le ponía. Abrió su estuche y tomado el cable del violín lo conectó en otro espacio del amplificador, dudando un poco de lo que hacía .. Bah ¿Qué importaba ahora? Sujetó el instrumento color blanco y lo acomodó correctamente en su hombro, mirando al peliplata de reojo.- .. Mira .. -Levantó el arco de nuevo, pero en vez de tocar su barbilla con él, acercó su rostro para mirarlo muy de cerca. Al percatarse de los pocos centímetros que quedaban entre sus rostros, sonrió astuto.- Y aprende.

Retrocedió algunos pasos para hacerse espacio, específicamente entró un poco en el escenario, para recibir un poco más de luz. Como lo que pensaba tocar ya se lo sabía de memoria, no necesitaba usar partituras y ahora podría expresar su destreza al máximo. Esperó unos segundos hasta entrar en concentración, y cuando lo hizo comenzó a tocar decidido a hacerlo sin freno.

[ https://www.youtube.com/watch?v=Mf8UDIuRg4Q&feature=related ]

Conocía la melodía, la había escuchado muchas veces y escribió una partitura para estudiarla en una ocasión. Sólo la había practicado con un violín acústico, pero este no era diferente. Resonaba un poco más la fuerza y eso hacía la pieza más interesante. Había cerrado los ojos y ahora los dedos eran los únicos maestros de aquella obra, no se detenían y con pericia sabían en cada momento colocarse. La melodía seguía un trayecto hábil, era un estilo casi moderno mezclado con la elegancia del violinista. Llegó al momento en donde los acordes se volvieron más intensos, y con rapidez los efectuó sin problemas, pero la dificultad se reflejó en sus labios, cuando el inferior se mordió por un costado, cerca de su lunar.

Aquel ser le desafiaba como ninguno y sus actitudes le caían como piedras al estomago, más el ser retado tan descaradamente con una confianza y arrogancia dignas de... si mismo. Aquel pensamiento le hizo ladear su sonrisa mientras le miraba avanzar, "Tan como si mismo" Un pequeño egolatra, confiado, terco, cerrado y por sobretodo edonista... una versión aristocrata, y castaña, de si mismo. - Ksé~ No tan awesome. - musitó en una suave risa mientras la música comenzaba a sonar.

Le dejó continuar, emocionarse, moverse como solo quienes tocaban violín lo hacían, le miraba desde un segundo plano. Lentamente se adelantó para enganchar la melodía de la guitarra con la del violín, improvisando notablemente haciendo un eco al secundar armoniosamente de manera suave, respetando, increíblemente, el protagonismo del otro.

A la primera pausa un rasgado estridente modificó el tiempo del ritmo comenzando a opacar al violín con un inicio que parecía ser una canción de death metal enseguida modificó a algo que el austríaco coocería.

[ https://www.youtube.com/watch?v=pn0JxTiiGDE ]

Le vencería con el propio repertrio de su oponente, la exquisita mezcla de la música clasica con la estridente fuerza de una guitarra electrica era algo que al alvino le ponía los cabellos de la nuca en punta... claro, obviamente, era una interpretación hecha por él, era perfecta de donde se la viese. Incluso la pose de sus piernas algo separadas con una rodilla semi flexionada, torsoladeado y mirando al austriaco como si aquella canción fuese expresamente dedicada a su persona su mirada carmín parecía brillar bajo la luz del escenario.

Entreabrió los ojos cuando le escuchó tocar, esa presentación limpia que en los eventos que había hecho era impecable, pero la arrogancia que demostraba en el escenario le parecía competencia a su propio talento, uno que hasta entonces seguía emitiendo sonido con ayuda del violín blanco, por el cual circulaba electricidad hecha música. No se detenía, no le gustaba frenarse ante los retos de cualquier individuo, y cuando estuvo a punto de terminar la pieza, emitió una tenue carcajada. Esta se volvió más fuerte cuando terminó de tocar. Reía, le causaba gracia el considerar que realmente, juntos hacían algo que sonaba magnífico, era la combinación perfecta de estilos.

Pero eso no podía ser, pues a pesar de que finalmente podían hacer las pases con la música, entre actitudes estaban demasiado lejos de ello. Se dió media vuelta y volvió hacia el amplificador, en cierto modo se sentía decepcionado por no tolerar a ese talentoso individuo, tendría que sepultar las millones de ideas que habían nacido de una mezcla entre ambos club, ambos exquisitos en su propio ámbito y sublimes en uno solo. Desconectó su violín y lo acomodó en su estuche junto con el arco y las partituras, ya no podía seguir jugando a esas cosas. Cerró el estuche y avanzó hacia las escaleras descendientes del escenario, pero antes volteó a verlo una sola vez.- .. Eres bueno. -Fue lo único que su orgullo le permitió decir, a pesar de que opinaba muchas más cosas. Devolvió la vista al frente y fue caminando en dirección a la salida.

La deliciosa mezcla de estilos con los sonidos eléctricos del clasicismo de la melodía era sin duda algo épico para quien les mirase, más al tratarse los líderes de ambos clubs rivales declarados compartiendo escenario efectuando aquel espectáculo. El albino le siguió un par de pasos cuando el castaño se retiró, pero solo para ocupar el centro del escenario. La interpretación se detuvo dejando solo el temblar de las cuerdas y el acorde sostenido vibrar en el aire cuando el austriaco admitió su talento. La sonrisa triunfal, socarrona del prusiano invadió su rostro y le hizo acercarse mientras el ajeno se retiraba.

- Ksé~ era hora que lo admitieras. – dijo mientras él mismo desconectaba el cable de su guitarra y lo enrollaba para colgarlo a su hombro mirando de reojo al castaño retirarse. - Tú también lo eres.- dijo en tono normal mientras bajaba del escenario, no le importaba si le había escuchado, él lo dijo, ya no era su problema… pero era algo que debía admitirse a si mismo, ese violín eléctrico interpretado por esas manos talentosas eran algo que le removía el piso.